Son numerosas las ocasiones en las que un automóvil se considera una obra artística. A menudo, incluso los propios fabricantes toman la iniciativa de idear piezas únicas en colaboración con creadores de gran renombre, como por ejemplo el mítico BMW M1 Art Car ideado por Andy Warhol. Hoy os traemos una de estas obras, un restomod del Porsche 928 firmado por el artista Daniel Arsham y que ha contado con la participación del diseñador Khyzyl Saleem, así como el beneplácito de la propia marca con sede en Zuffenhausen. Ha sido bautizado como Nebula 928 y reinterpreta el Gran Turismo de Porsche aplicándole un tratamiento dosmilero, tendencia conocida como Y2K —año dos mil en inglés—.
Este modelo, en su concepción original, significó uno de los puntos de inflexión para la marca. Lanzado al mercado a finales de la década de los setenta del siglo pasado, montaba un propulsor de ocho cilindros en uve bajo el capó delantero, así como los muy acordes a su época faros escamoteables. Dicho motor tuvo diversas versiones que exprimieron en todo lo posible la potencia de sus ocho cilindros, para alcanzar los 350 CV y 5,4 litros de capacidad al final de su vida comercial—desde los 240 CV y 4,5 litros en el momento de su lanzamiento—.
El NEBULA 928 es un ejercicio de retrofuturismo, una corriente artística que pretende mezclar pasado y futuro para ofrecer creaciones como esta y que aglutina otras tendencias como el steampunk. En este caso concreto, es el artista contemporáneo multidisciplinar estadounidense Daniel Arsham quien firma la pieza, un creador con amplia trayectoria, durante la cual ha colaborado con diversas firmas de moda, entre otros trabajos. Su relación con el mundo del automóvil no es una novedad, como podemos observar en su perfil de Instagram. Sin ir más lejos, fue el responsable del especial diseño del casco de Lewis Hamilton con el que el piloto británico disputó el Gran Premio de Mónaco de la temporada pasada.
Realizado en colaboración con Porsche, Daniel Arsham y Khyzyl Saleem son los dos creadores detrás de la obra, que modifica los paragolpes y el interior del Porsche 928 para reintepretar este automóvil en clave dosmilera, estética característica de los primeros años de este siglo
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A la hora de llevar a cabo este trabajo, Daniel Arsham ha contado con la colaboración del diseñador Khyzyl Saleem, con dilatado recorrido como artista digital interpretando de forma futurista diversos automóviles más o menos actuales. Sirva como ejemplo este rediseño del Polestar 1, del cual el propio Khyzyl Saleem reconocía en una entrevista que se trataba de una adaptación del mismo al estilo del videojuego Need for Speed. Él ha sido el responsable de los nuevos paragolpes para el NEBULA 928, uno de los elementos modificados respecto del modelo original.
El color púrpura es el dominante en este NEBULA 928. No solo en su exterior, cuyas formas podemos apreciar que suavizan las aristas del modelo de Porsche, sino también en su interior, que ha sido dotado de una tapicería específica, también en el mencionado color. Esta ha sido provista por la compañía ByBorre y alterna la tela convencional con el cuero en los asientos y los paños de las puertas, donde también hay zonas cubiertas de la microfibra sintética que responde al nombre comercial de Ultrasuede, la cual domina en el salpicadero y la consola central.
Llama la atención también el nuevo volante, que es de aluminio y repite en el interior del aro los motivos implementados en los faros inscritos en los paragolpes, constituidos por circunferencias de distinto tamaño unidas entre sí a través de un corto segmento y que también se observan en los altavoces de las puertas. El pomo de la palanca de cambios, también de aluminio, ha sido a su vez rediseñado.
Esta pieza artística elaborada a partir de un automóvil tan especial como el Porsche 928 estará expuesta en el estand que la marca alemana posee en el SXSW, un evento que se está celebrando estos días en Austin, Texas, cuyo eje central está constituido por diferentes conferencias acerca de las tendencias actuales en cuanto a tecnología, el cine, la música, la educación y la cultura en general. Más allá de su mérito artístico, o de su capacidad para trascender su realidad como objeto y estimular nuestros sentidos —cuestión que estoy lejos de poder valorar—, despierta algún que otro interrogante. Y es que, como en un giro de la clásica pregunta de si un automóvil puede ser arte, ¿es este NEBULA 928 todavía un automóvil?
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS