Cuando Carlos Goshn presentó durante el Salón de Tokio 2013 al Nissan IDX Nismo, estaba participando de, al menos, dos inteligentes jugadas publicitarias. Una a la cual estamos asistiendo desde hace un par de décadas y otra relativa a los comienzos de los años setenta. Veamos. En lo referido a la más cercana, estamos hablando sobre la resurrección bajo nuevas pieles de antiguos modelos icónicos en la historia de las marcas más señeras. Así las cosas, la nostalgia se ha presentado como una magnífica carta de presentación comercial, dando identidad y simpatía en forma de valor añadido a modelos como el New Beetle o los actuales (BMW) Mini y FIAT 500.
Todos ellos con excelentes cuotas de ventas, apoyándose en los conocidos modelos a los que homenajean desde el nombre y las líneas básicas de sus diseños. Llegados a este punto, quizás el último gran ejemplo en esta forma de proyectarse hacia el futuro rescatando el pasado sea el Peugeot e-Legend. Uno de los prototipos que más páginas ha copado en los últimos años. Creado sin ninguna intención de llegar a serie pero sí con una potente ansia de servir como escaparate tecnológico. Todo ello al tiempo que rinde homenaje al clásico 504 Coupé diseñado por Pininfarina en los sesenta. Sin duda una jugada perfecta, ya que se presenta innovadora hacia el futuro al tiempo que reivindica un pasado de prestigio.
Con todo ello, resulta innegable la forma y manera en la que el Nissan IDX Nismo intenta rescatar la memoria del Datsun 501 del equipo BRE. Uno de los modelos más recordados de entre todos los que han participado en la Trans-Am, habiendo ganado su clase tanto en 1971 como en 1972 para ser decisivo en la popularización de los Datsun-Nissan en los Estados Unidos. Punto con el cual llegamos a la segunda jugada publicitaria. Porque aquel interés por las carreras no fue, ni más ni menos, que la vía urdida por Datsun de cara a ganar un enorme prestigio en aquel mercado donde quería expandirse desde cero. Y bueno, vaya si lo logró. Al fin y al cabo, hacia 1973 Datsun era ya la marca importada con más ventas en los Estados Unidos. Especialmente entre los jóvenes más entusiastas del motor, deseosos por seguir las huellas del intrépido John Morton a los mandos de su 501.
Cuando Datsun quiso entrar al mercado norteamericano allá por comienzos de los años setenta, su estrategia de éxito se basó en competir de forma muy llamativa con unidades preparadas de su 501
Nissan IDX Nismo, un escaparate tecnológico con guiños al pasado
Aunque no está muy clara la autoría de la manida cita “ gana el domingo, vende el lunes “, lo cierto es que todo parece indicar a que proviene del ambiente de Ford. Sea como fuera, usar los éxitos en las carreras como un escaparate comercial con el cual maximizar las ventas ha sido y es una de las mejores estrategias publicitarias en la industria del motor. De esta manera, en Europa los sobrios Peugeot de los años sesenta ganaron fama de irrompibles gracias, entre otras cosas, a sus sonadas victorias en el durísimo Rallye Safari.
Prueba que, por cierto, ganó en 1970 un Datsun 501 del equipo oficial sin apenas cambios en su mecánica. De esta manera, cualquier comprador sabía que llevarse del concesionario uno de aquellos utilitarios nuevos en los Estados Unidos era sinónimo de calidad. Es más, a partir de 1971 también lo iba a ser de velocidad. Ya que gracias al equipo BRE los aparentemente familiares 501 se habían transformado en unas máquinas rabiosas siguiendo la estela del Datsun 2000 y adelantando lo que iba a ser el vistoso 240Z.
Contando con semejante legado a sus espaldas, Nissan fue muy inteligente cuando el pasado 2013 agitó las ilusiones de sus seguidores al presentar el Nissan IDX Nismo. De hecho, aunque finalmente no llegó a serie sí logró despertar una gran expectación en los medios especializados, pidiendo a Nissan que finalmente produjera este modelo donde se eliminó todo lo superfluo para así garantizar una experiencia de conducción lo más pura posible. Sin duda un deportivo para entusiastas de la vieja escuela.
Mediante un guiño obvio al pasado de la marca, este prototipo además apostó por la sencillez de cara a proporcionar una experiencia de conducción deportiva muy pura, al estilo de la vieja escuela
Dotado con un motor de cuatro cilindros en línea y 1.6 litros, el Nissan IDX Nismo entregaba hasta 230 CV para mover sus 1315 kilos de peso. Todo ello puesto al servicio de la operación mediática orquestada para su puesta en escena, sirviendo para recordar a la afición el pasado en carreras de la marca, al tiempo que renovaba la alianza con la parte más deportiva de su gama. Una pena que, finalmente, sólo se quedase en fase de prototipo. Eso sí, algunas marcas han tomado nota de todo aquello para llevarlo finalmente a serie, como hará dentro de poco Opel con la recreación eléctrica del Manta MK1. Sin duda se abren tiempos interesantes.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS