Dentro de la gran gama de anglicismos presentes en el mundo del motor, el de “ sleeper “ es uno de los que más llaman la atención. Y eso, en verdad, no deja de ser una paradoja. Pues viene a referirse a cualquier coche que, aún no pareciéndolo, tiene una gran entrega de potencia. Un inesperado e indómito carácter prestacional escondido bajo la carrocería de algún turismo de gran serie de sobra conocido por sus cualidades familiares. De esta manera, los “ sleeper “ sólo son detectados por el ojo entrenado. Aquel que, donde los más de los observadores ven un coche normal y corriente, puede sacar pistas a partir de algún alerón, faldón o paso de rueda ensanchado. Justo algunos de los elementos con los que poder diferenciar al Volkswagen Passat R36 del resto de variantes presentes en la que fue berlina tope de gama del fabricante germano.

Pero vayamos al comienzo o, mejor dicho, a la mejor época de estos expertos del camuflaje. Los ochenta. Y es que durante aquella época ocurrió algo muy interesante en lo referido a los modelos de los segmentos C y D. El incremento de prestaciones en sus cada vez más frecuentes variantes deportivas. Así las cosas, gracias a la inyección electrónica o los turbocompresores florecieron modelos deportivos compactos en lo que fue la época dorada de los GTI. Además, en lo que respecta a las berlinas no pocas de ellas comenzaron a dotarse de propulsores no sólo potentes sino también con rabia y garra deportiva.

De esta manera nacía la edad de oro de las berlinas deportivas, aupadas en el crecimiento exponencial de la economía hasta el estallido y posterior recesión de los mercados a comienzos de los años noventa. Un contexto que nos legó modelos prestaciones de tres volúmenes como el R21 Turbo o, yendo a lo que para muchos es la máxima expresión del término, el Opel Lotus Omega. Así las cosas, el fenómeno de estos familiares potenciados fue tan potente que, aún languideciendo durante los años noventa, nunca llegó a desaparecer del todo. Motivo por el cual se explica la aparición en 2005 del Volkswagen Passat R36. Un modelo destinado a ser el tope de gama en la marca, al cual los años han encumbrado como un interesante “ sleeper “ para coleccionistas ya que, además, su fabricación fue más bien escasa.

Sólo detectables a primera vista para los aficionados más perspicaces, los ” sleeper ” son vehículos prestacionales que se esconden bajo la discreta apariencia de turismos de gran serie sobradamente conocidos

Volkswagen Passat R36, una deportividad suave

Quizás sean los años que suman edad, pero según pasa el tiempo muchos aficionados tendemos a valorar más la deportividad suave proporcionada por una berlina como el Volkswagen Passat R36 que el nervio echado al galope visto en modelos más compactos. No obstante, también está la admiración por la tecnología punta puesta a servicio de crear un conjunto eficaz, seguro, dinámico y equilibrado. Justo las coordenadas en las que se mueve nuestro protagonista.

Veamos, respecto al espacio y el confort hay poco que explicar. Al fin y al cabo estamos hablando de un Passat, ideal para largos viajes por autovía así como para desplazarse en el día a día sin llamar demasiado la atención de nadie. Visto esto, lo más interesante viene al analizar la combinación de tracción total, cambio DSG con doble embrague y motor V6 con alrededor de 300 CV y la capacidad de entregarlos suave y dócilmente desde marchas bajas.

Con estas características, está claro que el Volkswagen Passat R36 es uno de los mejores modelos de la marca para aquellos que valoren la excelencia tecnológica. Algo que se nota en el aplomo con el que lleva sus 1.740 kilos, pero también en la excelente manera en la que el cambio DSG pasa de una marcha a otra con una facilidad pasmosa. No obstante, lo más interesante y definitorio en el Volkswagen Passat R36 está en su motor.

Uno de los debates más interesantes en torno a este modelo es el poco éxito que tuvo en el mercado a pesar de ser una excelente berlina deportiva, algo que se entiende por motivos que tienen que ver tanto con el Golf como con la proyección de estado socioeconómico dada por una marca popular

Derivado del mismo bloque montado en el Porsche Cayenne, este V6 atmosférico cuenta con un empuje generoso desde el primer momento. Además, el Volkswagen Passat R36 contaba con tres modos de conducción – Sport, Comfort y Automático – para reglar las suspensiones y la dirección de formas diferentes según lo que apetezca. Y vaya, así podríamos seguir un buen rato indicando las bondades mecánicas de esta berlina. No obstante, tras todo esto la pregunta es obvia. ¿Por qué no se vendió más? De hecho, aunque revisando cifras de ventas no hemos podido encontrar una cifra certera respecto a las que registró en el mercado español, sí hemos encontrado el dato correspondiente a las entregadas en el Reino Unido. Poco más de 250. Y eso que estamos hablando de uno de los países que más y mejor valoran este tipo de berlinas – al fin y al cabo las inventaron ellos con el Jaguar MKII – . Bien, quizás la respuesta se encuentre en dos niveles. El primero correspondería a aquel que podemos llamar “ la paradoja del Safrane Biturbo “. Es decir, aquella que lastra a un coche excelente, prestacional, equilibrado, seguro pero, al tiempo, firmado por una marca popular. Dicho de otra manera: la mayor parte de aquellos que vayan a gastarse más de 50.000 euros en una berlina van a primar más la marca – y el estatus que proyecta esa marca – que las excelencias técnicas de lo que están comprando. Al fin y al cabo esto no desvela nada nuevo, viéndose muy bien en los superdeportivos constantemente estrellados a la primera de cambio por conductores con tan poca pericia y afición como sumas de dinero dudosamente ingresado. Dicho esto, el segundo nivel de análisis mediante el cual intentar comprender lo poco que se vendió un coche como el Volkswagen Passat R36 es que cualquier que esté buscando deportividad seguramente preferiría comprar un más compacto y nervioso Golf R. De esta manera, el nicho de mercado del Passat R36 queda muy reducido. No obstante, aún en los tiempos actuales donde las berlinas están cada vez más acosadas y arrinconadas por los SUV, los defensores de los modelos deportivos con tres volúmenes siguen estando ahí, recordando tanto a este Volkswagen como al Jaguar MKII, el Alfa Romeo 75, el BMW 528i Sport, el Lancia Thema 8.32 y tantos otros vehículos excelentes.