Muchas veces, quizá incluso demasiadas, tendemos a dar más importancia de lo debido a vehículos tan espectaculares como poco decisivos en la historia del automovilismo. De esta manera, la repetición visual de ciertos superdeportivos en todo tipo de publicaciones no sólo resulta tópica y manida, sino también injusta hacia otras creaciones más modestas aunque no por ello menos importantes para la evolución del diseño. En este sentido, un buen ejemplo de ello es el DAF 55 Siluro de 1968. No obstante, antes de seguir razonando nuestra tesis lo mejor será ponernos en contexto. Empecemos. Para ello nos tenemos que al norte de Italia en 1968.
Lugar y momento donde, durante los siguientes tres años, se va a dar la llamada revolución del diseño en cuña. Algo de lo que ya hemos hablado otras veces, aunque siempre refiriéndonos a prototipos como el Alfa Romeo Carabo, el Ferrari Modulo o el Maserati Boomerang. Todos ellos basados en mecánicas y chasis muy alejados del automovilismo popular y masivo, naciendo además como piezas conceptuales que jamás podrían haber llegado a serie. Por todo ello, aunque reconocemos los efectos de aquel torbellino producido entre los carroceros italianos en todo tipo de modelos popularizados en la década siguiente, lo cierto es que nunca pensamos en coches de base popular al analizar aquel movimiento.
Y eso es una gran injusticia. No en vano, el DAF 55 Siluro no sólo es una creación del gran Giovanni Michelotti, sino que corresponde a 1968. Justo el año en el que comienza aquella preocupación por el perfil en cuña. Y sí, evidentemente el Carabo resulta mucho más llamativo. No sólo por sus líneas radicales sino también por esconder el chasis y la mecánica de un siempre mítico e icónico Alfa Romeo 33 Stradale. Sin embargo, no menos interesantes es este DAF. Pues tiene la virtud de participar en aquel movimiento vanguardista desde una base popular y, por tanto, mucho más creíble a la hora de poder ser llevado a serie. Y es que, al fin y al cabo, aprendemos por imitación. Por lo que a cualquier fabricante masivo le sería mucho más complicado aprender del Carabo – como sí lo hizo Lamborghini – que del DAF 55 Siluro.
La llamada revolución del diseño en cuña se hizo sobre prototipos de alto nivel, siendo una estupenda y llamativa excepción este DAF 55 del tempranero 1968
DAF 55 Siluro, diseño en cuña para todos
Antes de nada, no. Desgraciadamente el DAF 55 Siluro nunca llegó a serie. Y es lógico, pero no desde el punto de vista de la tecnología sino del contable. Y es que, por muy interesante que sea este modelo, la divergencia entre las expectativas levantadas por la carrocería y la realidad de su mecánica hubiera sido un hecho insalvable para logar ventas adecuadas. Algo así como lo que le pasó al VW SP2 – al menos fuera de Brasil – debido a esto mismo; a una carrocería de lo más estilosa bajo la cual se ocultaba el sencillo cuatro cilindros del VW 1600.
Pero, ¿qué base tiene el DAF 55 Siluro? Pues la de un sencillo 55 de 1967. Un utilitario vendido por la holandesa DAF en el ánimo de competir con el VW Beetle y el FIAT 600, montando el mismo bloque Renault de 1,1 litros y 55 CV que equipaba a algunas versiones del Renault R10. No obstante, sin contar sus excepcionales líneas aerodinámicas este prototipo montó una particularidad mecánica de la gama DAF bastante interesante en la historia del cambio automático.
Hablamos del sistema Variomatic. Un complejo diseño en el que se elimina el pedal del cambio y el diferencial, dominando la escena dos correas que transmiten la fuerza desde las poleas cónicas conectadas a los engranajes de transmisión del árbol hasta las poleas cónicas de las ruedas. Sobre este esquema, las variaciones entre los diámetros de las diferentes poleas hacen que puedan existir multitud de relaciones de transmisión. Un mecanismo algo complejo al ser muy diferente a las cajas de cambio habituales, pero que fue la seña de identidad de DAF durante no pocos años.
Finalmente DAF fue absorbida por Volvo en 1975, sin embargo antes lanzó modelos tan populares como el 55 con motor procedente del Renault R10
No obstante, aquello por lo que destaca el DAF 55 Siluro es, evidentemente, por su carrocería. De hecho fue realizada justo para eso, para destacar. Puesto que DAF nunca tuvo más visos con este prototipo que usarlo como un reclamo en el Salón de Ginebra de 1968. Tras esto, el vehículo permaneció en manos de Michelotti hasta su fallecimiento en 1980. Tras ello, y no sin permanecer un tiempo en propiedad de su hijo, acabó en el museo de DAF. Ahora allí representa, desde un inmerecido segundo plano, el papel de ser uno de los diseños más interesantes en la llamada revolución del diseño en cuña.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS