Así como el SEAT Salsa del año 2000 fue la presentación de Walter de’Silva como jefe de diseño en la marca, el SEAT Tribu del 2007 fue la de Luc Donckerwolke. Recién llegado de Lamborghini con las líneas del Murciélago y el Gallardo en su haber, este profesional belga que actualmente es jefe de diseño avanzado del Grupo Volkswagen vino a sustituir a de’Silva. Quien después de haber dado a SEAT una imagen corporativa solvente como anteriormente había hecho con Alfa Romeo, ascendía a jefe de diseño en Audi. Una baile de cargos que, en verdad, no es tanto ya que se produjo siempre dentro del amplio Grupo Volkswagen.
De hecho, quitando el diseño del Hyundai Kona el pasado 2017 y sus comienzos en Peugeot, todos los diseños de Donckerwolke se han dado dentro del consorcio alemán gracias a marcas como Skoda, Audi, SEAT o Lamborghini. No obstante, la labor de este diseñador al aterrizar en SEAT no requirió del grado de responsabilidad y creatividad que sí tuvo que desarrollar de’Silva. Lejos de ello, con la marca española ya posicionada en pleno siglo XXI, su misión consistía en actualizar la llamada “ línea dinámica “ y, sobretodo, incorporarla al mundo de los SUV.
Un segmento al que SEAT tardó en entrar, aunque finalmente lo hizo con la presentación del Ateca en el 2016. Con toda esta información, podemos empezar a entender las razones de la importancia del SEAT Tribu en la historia reciente de la marca. En primer lugar porque se trata del primer diseño de Donckerwolke para la misma. En segundo porque actualiza el estilo marcado por de’Silva haciéndolo más robusto y agresivo. Con volúmenes más rectangulares y salientes en la línea de lo que otras marcas ya empezaban a hacer en aquellos años. Y en tercero porque, a pesar de ser un dos puertas, el SEAT Tribu marca la dirección a seguir en materia de elevar la altura de la carrocería y progresar hacia la fórmula del SUV.
SEAT Tribu, entrando al mundo de los SUV
Echando un vistazo al último cuarto de siglo en SEAT, llama la atención la cantidad de prototipos y ejercicios de estilo realmente interesantes que ha llegado a producir. Algo realmente normal, ya que durante todo este tiempo la marca ha estado redefiniendo su identidad dentro del Grupo Volkswagen hasta llegar al momento actual, en el que tendrá que reposicionarse de nuevo entre otras cosas por la aparición de Cupra en forma de marca exenta.
De todos modos, entre esta panoplia de prototipos el SEAT Tribu destaca por su apuesta radical. Y es que no todos los días se ve a un dos puertas realizado con visos de todoterreno, pudiendo alternar la tracción total con la delantera. De esta manera se proponía un coche con visos recreativos y un nicho de mercado muy concreto. No obstante, analizar comercialmente al Tribu sería un error pues su nacimiento se debe única y exclusivamente a servir como muestra de por dónde iban a ir las líneas de SEAT en el futuro inmediato. Jamás se sopesó la idea de llevarlo a serie.
En materia de innovación, se cuidó bastante la cuestión de las luces. Investigando en nuevos diodos y formas de integrarlos en la carrocería, lo cual se ve muy bien en la parte trasera al estar situados detrás del panel transparente dando una mayor pureza de líneas. Además, a pesar de ser un ejercicio de estilo, SEAT quiso que el Tribu fuera plenamente operativo, por lo que le dotó de un motor de cuatro cilindros en línea con dos litros y unos 140 CV.
En el interior también se hizo un interesante trabajo de diseño, contando con cuatro asientos independientes en forma de baquet. Un toque bastante deportivo, el cual anunciaba la llegada de los SUV y esa forma de entender la deportividad no en la conducción sino en el estilo de vida, pudiendo llegar a caminos y lugares de ocio. Un segmento sin duda discutible y discutido desde el ámbito de la ingeniería, el de la eficiencia e incluso el del gasto de materias primas. Pero que, al fin y al cabo, es el dominante hoy en día. El SEAT Tribu marcó la senda para que la marca se dirigiera hacia ello.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS