Tradicionalmente ha existido una brecha considerable entre los turismos y los vehículos industriales. Dos mundos muy distintos que se han ido conciliando gracias a la cada vez más cuidada equipación ofertada en los habitáculos de las furgonetas. De esta forma, las últimas tres décadas han sido testigos de la mejora de los vehículos industriales a la hora de poder compatibilizar usos laborales y familiares. Una realidad de la cual es buen testimonio la FIAT Doblò.
Heredera de la brecha abierta por la FIAT Fiorino a finales de los setenta, al tiempo que respuesta de la marca italiana al dominio en ventas ejercido por las furgonetas del Grupo PSA durante la década de los noventa. Modelos presentados como la conciliación entre familiar e industrial según la versión que se adquiriera, al igual que Ford hiciera de una forma muy acertada con su Transit Connect. Y es que los esfuerzos conjuntos de Peugeot y Citroën tuvieron su fruto cuando en 1996 lanzaron al mercado las Partner y Berlingo respectivamente.
Capaces de aunar en un sólo volumen el espacio de carga con el de pasajeros, dando en su diseño un salto de gigante respecto al de la antecesora C15. La cual marcaba más diferencias a la baja que estas dos respecto a la comodidad y calidad en ruta por carretera ofertada por los modelos turismos de los segmentos B y D. Así las cosas, el éxito de las furgonetas PSA se amplió con su adaptación a las gamas de Opel y Toyota. Además, gracias a estos modelos se definía de forma más precisa un concepto de automóvil donde las barreras entre utilitario y furgoneta comenzaban a disiparse. Frente a todo ello, los italianos contestaron con el lanzamiento de la FIAT Doblò.
Tradicionalmente había existido una brecha casi insalvable entre las furgonetas y los turismos, lo cual empieza a resolverse con estos vehículos de un único volumen
Fiat Doblò, un modelo extremadamente versátil
Con tan sólo dar una vuelta por cualquier pueblo o polígono industrial se sigue apreciando el éxito de ventas representado por las furgonetas PSA. No obstante, a pesar de su ingeniosa hibridación de usos lo cierto es que FIAT contaba con más experiencia en lo que se refiere a furgonetas más o menos habitables. En ese sentido, debemos remontarnos hasta 1977 con la primera FIAT Fiorino. Un vehículo basado en el popular 127, del cual tomó la base, el frontal y las mecánicas variando la carrocería para sumar un enorme y escasamente integrado en la línea tercer volumen.
Algo que se suavizó con el aplique aerodinámico incorporado por la segunda fase del Fiorino, basada en el FIAT Uno aunque aún visiblemente anclada en un mundo donde la brecha entre furgonetas y turismos parecía insalvable. No obstante, consultando crónicas de la época los probadores alababan su habitáculo y versatilidad como una de las mejores características de este modelo que poco a poco hibridaba cualidades. Eso sí, no de una forma tan efectiva como hace la actual Fiorino. Fabricada en común junto a sus antiguos rivales Peugeot y Citroën basándose en la plataforma del FIAT Punto.
Situándonos la presentación de la FIAT Doblò en el año 2000, lo primero que nos llama la atención de la primera generación es la gran capacidad de carga. Fijada – en líneas generales según las versiones más comunes – en un rango de 3.000 a 3.800 litros variando por la altura del techo. Respecto al acceso, las puertas correderas simplifican el mismo contando además con un amplio portón trasero para facilitar las labores de carga. En el interior FIAT insistió en ofertar un equipamiento muy similar al de cualquier turismo, contando con sistema de navegación y acabados acordes en un salpicadero más vertical que el presentado por los turismos.
Concebida como una respuesta a las furgonetas del Grupo PSA, la Doblò es un vehículo muy versátil tanto para trabajar como para el día a día o los viajes largos
En su estreno con la primera generación – del 2000 al 2006 – contó con hasta cuatro motorizaciones que iban desde los 64 CV del gasolina con 1,2 litros hasta los 105 CV del JTD. Además, se ofertó una variante alimentada por gas natural y, como es típico en Brasil para FIAT desde el 147 de 1979 capaz de funcionar con alcohol de caña, una que en el aquel país se adaptó a esta tecnología de combustión donde también se contempla el etanol. Otra de las muchas posibilidades de un modelo que, incluso, muchos tienen en cuenta como una buena opción para la camperización.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS