Actualmente el Lancia Ypsilon es el único modelo comercializado por Lancia. De hecho, sólo se vende en Italia. Lugar donde es todo un éxito de ventas dentro del segmento B, esperando así la recuperación de la marca por parte de Stellantis dentro de su transición a la movilidad eléctrica. Respecto a su carácter y definición lo cierto es que se trata de todo un Lancia. Algo que quizá pueda sorprender a algunos con la mente puesta en los deportivos y los rallies, pero no tanto a aquellos que reconocen a la marca fundada en 1906 como una de las más innovadoras e inteligentes en la historia del automovilismo.
En ese sentido, desde modelos como el Y10 de 1985 o el Y de 1996 Lancia ha construido una tradición de solventes vehículos urbanos con tanta practicidad como estilo y diseño. Una suerte de pequeños modelos para el día a día sin tener que renunciar a los acabados de berlinas como la Thesis. No obstante, donde no se les suele imaginar con tanta facilidad es en el espectro deportivo. Por ello Lancia recurrió a Zagato en el 2005 de cara a idear una variante deportiva del Ypsilon. Idea en realidad nada descabellada por varios motivos.
El primero bebe de la existencia de precedentes en el nicho de pequeños coches urbanos potenciados para generar una euforia inusitada. Algo de lo cual tenemos bastantes ejemplos, siendo posiblemente el Autobianchi A112 Abarth el más brillante y conseguido. Primer modelo de Abarth tras su absorción por FIAT en 1971, presentándose como la réplica italiana al Mini Cooper con sus 70 CV para 690 kilos y un paso por curva realmente rápido. El segundo parte de una consolidada relación entre Lancia y Zagato en materia de preparaciones deportivas, con muestras tan icónicas como las Fulvia Zagato Sport Coupé o la Flavia Sport Zagato.
Lancia y Zagato ya contaban con una histórica saga de creaciones deportivas conjuntas, la cual suma aquí un modelo que parece seguir la estela del Autobianchi A112 Abarth de 1971
Lancia Ypsilon Zagato, la deportividad del diésel
Así las cosas, ambas empresas retomaron sus recurrentes colaboraciones para generar un modelo presentado en el Salón de Ginebra 2005 con el cual fusionar el uso diario con las prestaciones deportivas. Eso sí, prestaciones que vendrían más de las cualidades dinámicas de un modelo con dimensiones reducidas que por la fuerza bruta del motor. Posiblemente el elemento más imprevisto en este Ypsilon, ya que no se trata de un propulsor gasolina sino diésel. Concretamente el popular JTD Multijet del Grupo FIAT-Chrysler, utilizado aquí por primera vez en un coche tan pequeño en su variante de 1,9 litros y cuatro cilindros.
Nacidos en 1997 con arquitecturas variables entre los tres o lo cinco cilindros en línea, los Multijet entregan desde 70 CV en sus versiones más moderadas hasta 210 CV en las más preparadas. Una amplia gama que ha servido de propulsor a modelos tan variopintos como el Alfa Romeo Giulietta o el Cadillac BLS pasando por los Saab 9-3. Siempre ayudados por el turbocompresor, estos motores lograron una gran repercusión gracias al sofisticado sistema informático responsable de controlar la inyección de combustible.
Este elemento los hace especialmente eficientes en materia de consumos. Logrando medias de unos 5 litros a los 100 al aplicarse en modelos tres volúmenes como el Lancia Lybra o el Alfa Romeo 156 a marcha tendida por autopistas. Vehículos con mucho más peso que el Lancia Ypsilon Zagato, el cual se benefició del par del Multijet – 306 Nm – para su bajo peso. Característica que suma solvencia en las respuestas a una potencia ya de por sí elevada para un automóvil del segmento B: concretamente 150 CV a las 4.100 revoluciones por minuto conectados a una transmisión manual de seis velocidades.
La incorporación de una mecánica turbodiésel puede chocar, pero cuando pones en relación sus 150 CV con las dimensiones del Ypsilon todo empieza a encajar
Esto le permite ponerse a 212 km/h, sirviéndose para ello de la ayuda que la carrocería pulida por Zagato aporta en materia aerodinámica. Con un amplio techo de vidrio, frontal renovado con las amplias tomas de aire hexagonales típicas del carrocero y unas nuevas llantas de aleación creadas en exclusiva para este Lancia Ypsilon. Todo ello con un interior completamente rediseñado respecto al modelo de base, haciendo de este modelo un hito más en la línea de los pequeños deportivos con excelentes comportamientos dinámicos gracias a poner un buen motor sobre una base ligera y compacta.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS