Para las marcas italianas siempre ha sido muy común contar con la ayuda externa de diversos carroceros. De esta forma, resulta imposible disociar a Pininfarina de Ferrari, Zagato de Alfa Romeo o Bertone de Lamborghini. Un caso totalmente diferente al de empresas como BMW, la cual siempre ha tenido a gala hacerse cargo del diseño de sus automóviles creando una robusta imagen de marca basada en la parrilla de doble riñón incorporada por primera vez en el 303 de 1933. No obstante, lo cierto es que de forma espaciada pero constante han ido apareciendo prototipos como el BMW Zagato Coupé.
Un modelo experimental presentado en el Concurso de Elegancia de Villa D’Este 2012, donde sorprendió al coquetear con la idea de poder llevar a serie lo que parecía un modelo mucho más realista de lo previsto para un prototipo de Zagato. Posiblemente el diseñador italiano más disruptivo, el cual siempre se ha caracterizado por polémicos diseños donde las proporciones pueden estar en las antípodas de lo discreto. Una táctica arriesgada, pero útil para formar una comunidad de aficionados devotos capaces de valorar justo eso.
Una personalidad que cuenta con elementos como las zagas musculosas o el techo de doble burbuja entre sus elementos más característicos, presentes también en este BMW Zagato Coupé. Una creación que toma como base al Z4 de segunda generación. El sucesor de los míticos Z3 con líneas inspiradas en el elegante 507 de 1955, aunque aquí cobró un aspecto menos liviano y seductor debido a la intervención de Chris Bangle. Un diseñador rodeado de polémica, aunque autor de modelos tan masivos como el FIAT Bravo / Brava o los BMW Serie 5 E60 y BMW Serie 1 E81.
BMW ha colaborado en raras ocasiones con carroceros y diseñadores externos, aunque cuando lo ha hecho han nacido iconos como el BMW 700 o los coupés firmados por Pietro Frua en los sesenta
BMW Zagato Coupé, una vuelta de tuerca con la zaga alzada
A pesar de contar con algunas versiones propulsadas por un cuatro cilindros, las variantes más representativas del BMW Z4 montan un seis en línea. Algo que no resulta baladí, ya que junto a la sempiterna parrilla esta mecánica es otra de las grandes señas de identidad en la marca germana. Por ello, la transformación de un modelo tan emblemático como éste requería de la prudencia palpable en el BMW Zagato Coupé. Y es que, lejos de hacer experimentos como el Alfa Romeo SZ aquí el carrocero estuvo bastante comedido al intervenir tan sólo en detalles específicos y la zaga.
Posiblemente el elemento más identificativo de este coche, el cual toma las lineas “shooting break” del Z4 Coupé para crear una amplia forma en la que los faros se integran en una gran luneta negra al estilo del Alfa Romeo TZ3 Stradale. Una intervención característica de Zagato, la cual bebe de las zagas cortadas a lo Kammback en las Giulia TZ1 de los sesenta. Además, como otro guiño fundamental al pasado el techo incorpora de una forma suave y nada estrambótica -lejos de las jorobas del 750GT Zagato- la típica forma de “Double Bubble”.
Respecto a otros detalles, destacan las llantas de cinco radios y diecinueve pulgadas con indudable estilo clásico. Aunque lo que realmente se cuidó de una forma minuciosa fue la pintura con hasta ocho capas de trabajo para crear diferentes efectos según cómo incida la luz en la carrocería. De esta forma, el Rosso Vivace presenta un gradiente de tonos que van desde el rojo más brillante hasta matices muy oscuros cercanos al negro en ciertos pliegues. Otro de los atractivos visuales de este BMW Zagato Coupe, el cual esconde bajo el capó una mecánica acorde a las formas musculosas de la carrocería.
Aunque nunca llegó a serie, el BMW Zagato Coupé marca al fin un capítulo de colaboración entre la marca germana y el diseñador italiano más rompedor
Un seis cilindros en línea equipado con turbocompresor capaz de entregar hasta 340 CV de potencia. Una cifra bastante impactante, especialmente si tenemos en cuenta un peso de menos de 1.600 kilos. Por todo ello, el BMW Zagato Coupé asegura la experiencia de conducción deportiva típica de la marca, aunque envuelta en el traje de una pieza única. Aumentando la exclusividad cuando tenemos en cuenta que nunca antes Zagato y BMW habían colaborado de forma oficial para la creación de un modelo.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS