El mundillo de los coches clásicos tiene un encanto difícil de explicar. No importa qué le digas a un neófito, que las enormes sensaciones, el tacto de los mandos, el olor o el sonido son realmente especiales. No logrará entenderlo porque, a sus ojos, son coches viejos. En nuestra sociedad actual no tiene sentido lo viejo, solo hay que ver las normativas, que premian el tirar un coche “a la basura” a partir de los 10 años aunque funcione a la perfección.
Sin embargo, entre los coches clásicos las cosas son totalmente distintas. Aquí la edad del coche es importante, pero al contrario, es decir, cuanto más antiguo más interesante e incluso más caro. Es el mundo al revés, que ahora también se quiere adaptar a las tendencias actuales en cuanto a contención de emisiones y cuidado del medio ambiente, mediante la eliminación del motor de combustión antiguo y la implantación de un motor eléctrico totalmente nuevo y totalmente eficiente.
El motor es parte esencial de cualquier automóvil, le otorga personalidad, potencia el carácter del coche y da forma a la imagen general que su conductor se hace sobre el vehículo. Eliminar el motor original de un vehículo clásico, con sus defectos, para cambiarlo por un motor eléctrico, parece un sacrilegio desde el punto de vista de un purista y cambia por completo la personalidad del vehículo. De hecho, cambia tanto que podría considerarse perfectamente otro coche totalmente distinto. A veces no queda más remedio porque el motor original murió y no merece la pena arreglarlo.
Chesil E Speedster, el Porsche 356 Speedster eléctrico
No obstante, hay quien apuesta por los coches clásicos con motor eléctrico, aunque el simple hecho de sustituir el motor por otro completamente nuevo elimine el factor “añejo” que ofrece un vehículo entrado en años. Por ahora, estas transformaciones se han centrado en vehículos de alta gama y además, ofrecidas desde las propias marcas, como el Jaguar E-Type con motor eléctrico que la propia Jaguar puso en circulación.
La transformación de coches clásicos a la electricidad también se ha comenzado a experimentar, por suerte, en el mundo de las réplicas. Y decimos por suerte, porque así evitamos perder parte del parque móvil histórico en cambios de esta índole. Las réplicas ofrecen lo mismo o muy similar, que cualquier versión original del modelo replicado, siendo más barato, más sencillo encontrar una unidad que se ajuste a tus gustos (se hacen a medida) y también son coches que no “duele” tanto modificar.
Para la ocasión, aunque Porsche parezca, réplica es y además, con opción de motor eléctrico. Se trata del Chesil Speedster, una réplica del Porsche 356 Speedster que, a simple vista, puede pasar por una unidad original. Las formas del 356 son muy características, pero también son muy sencillas, muy fáciles de replicar y además, también son elegantes y deportivas. Es un coche muy buscado, tanto como un AC Ace (o Shelby Cobra), cuyos precios son astronómicos y que tiene en el mundillo de las réplicas un caramelo para los que no pueden acceder al original.
Chesil, que lleva fabricando réplicas del modelo alemán desde 1991, ofrece muchas opciones de personalización y entre ellas, una con motor eléctrico. No sabemos si a Ferry Porsche le hubiera gustado esta conversión, pero sabiendo que su padre realizó algún que otro proyecto con electrificación, es posible que se llevara uno a casa.
Base original para réplicas muy logradas
Chesil Motor Company fue adquirida en el verano de 2019 por una de las empresas rivales, Westfield Sportcars, que tiene la sede en Kingswinford (Reino Unido). No obstante, mientras Westfield continúa con su principal labor, que se centra en las réplicas del Lotus Seven, Chesil seguirá su camino con los Porsche 356. Ninguna se roba clientela, pero ambas se apoyan cubriendo una parte del mercado. Mercado, por cierto, muy popular en lugares como Reino Unido, pero una odisea en otros como España, donde comprar un coche en una caja y montarlo tu mismo está considerado no menos que una locura.
Lo bueno de las creaciones de Chesil es que emplean un bastidor original de Volkswagen Beetle al completo (suspensiones, dirección, frenos, motor…). Lo malo es que hay que desguazar un “Escarabajo” para tener tu copia del Porsche 356, aunque tampoco debería ser un problema cuando se fabricaron millones de Volkswagen Typ 1. Además, como se aprecia en las fotos, el Chesil Speedster está realmente logrado y su línea recuerda sin lugar a dudas a los 356 de la década de los 50.
El Chesil E Speedster es el resultado tras la compra de Chesil por Westfield. Lo comparte todo con sus “hermanos”, incluido el chasis de Volkswagen original, aunque vestido con una carrocería fabricada con fibra de vidrio. Se vende tanto en kit como completamente montado y no sabemos si se trata de un vehículo que llegue a Europa. En nuestro país homologarlo sería difícil -y caro-.
Si no queremos un Chesil con motor eléctrico, se puede escoger entre tres opciones de gasolina (1.600, 1.800 y 2.000 centímetros cúbicos), siempre refrigerados por aire y alimentados por carburadores. Las potencias van desde los 70 hasta los 120 CV del 2 litros, potencia de la que también presume el motor eléctrico “Hyper 9”, que además tiene unas baterías Tesla que le permiten circular durante cerca de 200 millas, unos 321 kilómetros.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS