El Brabham BT62R es la versión de calle de un coche que podría definirse de muchas formas, pero no como “coche de calle”. Rival directo del McLaren Senna, es uno de los coches más radicales que se pueden comprar actualmente y, desde luego, uno de los más espectaculares. Lo comparte todo con la versión para circuito a excepción del habitáculo, que para la versión de calle está más equipado y cuenta con ciertos lujos.
Hacer que un coche como el Brabham BT62 sea un vehículo apto para circular por vías públicas no es nada sencillo. Brabham es una pequeña empresa que, aunque lleve un nombre con tanto peso histórico, no cuenta con el respaldo que pueden tener otros. Adaptar un coche de circuitos a su uso por carretera conlleva muchos cambios que deben realizarse para que se cumplan las normativas, pero también es cierto que los fabricantes con poca tirada tienen las cosas algo más fáciles para ciertas cosas.
Además, la puesta en circulación del Brabham BT62R se aprovecha para homenajear viejos logros en Fórmula 1. En concreto, se ha creado una serie especial limitada a 35 ejemplares que celebra las 35 victorias de Brabham en Fórmula 1, cada una de ellas con una decoración histórica y única, ya que no se volverá a reproducir en ningún otro ejemplar del Brabham BT62R.
“Lanzar el Brabham BT62R de calle es un gran logro para el equipo de Brabham Automotive. Todos los requisitos de diseño e ingeniería para un modelo de calle se han equipado en nuestro coche de carreras. Todo el proceso se ha realizado en la casa gracias a nuestro equipo de ingenieros, demostrando nuestros conocimientos y nivel de ingeniería.” – Dan Marks, CEO de Brabham.
Mismo motor que la versión de circuitos, pero con “tapón”
Vivimos en la era de la electrónica, pero también en la era de la sobrealimentación. Un gran número de propulsores modernos, por no decir todos, están equipados con algún tipo de sobrealimentación. Aquellos “viejos” gasolina atmosféricos dejaron paso a modernos motores turbo en la mayoría de los casos, que ofrecen enormes prestaciones con menor cilindrada. Son más eficientes, pero para algunos, son motores poco puristas.
Encontrar coches con motores atmosféricos y de altas prestaciones se torna complicado, incluso Ferrari, siempre del lado de los motores de aspiración natural, se ha dejado tentar. Hay notables excepciones, como el Gordon Murray Automotive T.50. En el fondo las normas antipolución marcan la pauta y al final, no queda otra que aceptar y poner sobre el asfalto algún turbo que otro.
No es que sea algo malo, un buen motor turbo es algo sensacional, pero un motor atmosférico bien afinado es otro mundo. Por eso, quizá, los deportivos tan radicales y especiales como el Brabham BT62R llevan un motor de aspiración natural, propulsor que procede directamente de la versión de circuitos, obviamente. Se trata de un V8 de 5,4 litros con 700 CV y 667 Nm de par, que ha requerido de pequeños retoques para refinar su funcionamiento y hacerlo más conducible por vías públicas. Y la palabra conducible es importante, porque el motor sigue siendo tan civilizado como en la versión para pista, es decir, poco.
La electrónica, por ejemplo, tiene nueva programación desarrollada para suavizar las reacciones en carretera, al mismo tiempo que se incorpora un nuevo sistema de escape que cumpla la normativa de emisiones Euro 6D, pero sobre todo, de ruido. Se puede resumir en que han puesto un nuevo escape que lleva un “tapón” (silenciador) para no dejar sordos a los viandantes, la normativa también limita eso. Las relaciones de cambio también se han revisado.
El bastidor difiere ligeramente del equipado por el BT62 “a secas” (la versión de circuitos no lleva la letra “R” en el nombre), ya que se han montado una suspensión regulable que permita sortear los baches de la carretera sin descomponerse, mientras garantiza la firmeza necesaria cuando se rueda en circuito. Suspensión que trabaja en combinación con unos neumáticos Goodyear Eagle F1 SuperSport.
Mayor refinamiento en el habitáculo, aunque casi todo es fachada
Con un precio cercano al millón y medio de euros, el Brabham BT62R no es un coche al alcance de cualquiera. Es algo típico en este tipo de automóviles, cuya fabricación es tan limitada y artesanal. Los precios bajos están en las grandes tiradas, pero estas no aceptan este tipo de coches ni este tipo de desarrollos. Simplemente, son coches para minorías como los que aquí trabajamos (si tuviéramos el dinero para comprarlo, claro).
Ese precio también hace obligatorio ciertos detalles que no siempre cuadran en un coche de este tipo, aunque muchos usuarios las reclaman. Por ejemplo, se tapiza todo el habitáculo con Alcantara y piel y no con la microfibra ignífuga que usa el Brabham BT62. El parabrisas está calefactado y se ofrece un equipo de aire acondicionado, que en ocasiones es una bendición contar con ello, como también ofrece un sistema de audio opcional. Por suerte no se prescinde de la fibra de carbono en su habitáculo ni tampoco se carga con material aislante.
Más extravagante son las unidades de la “Celebration Series”, que a la decoración específica con las grafías históricas hay que sumar un habitáculo específico, el llamado Track Pack (alerón, labio frontal y difusor para usar el circuito), así como algunos detalles en oro de 18 kilates.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS