Opel ha estado calentando el ambiente y allanando el camino para su nuevo lanzamiento, un momento especialmente importante para la marca pues con ello, se adentra de lleno en una nueva era. Opel vive buenos momentos bajo el amparo de PSA y tras el Opel Corsa y su variante eléctrica, el Corsa-e, llega el momento de dar paso al primer coche íntegramente desarrollado totalmente integrado en el grupo industrial francés: el Opel Mokka.

El nuevo Opel Mokka, sin la X, es el primer modelo de la marca alemana que adopta la nueva identidad que lucirán todos los coches con el rayo en el frontal. De hecho, el frontal será una de las principales señas de identidad de la “nueva Opel”, cuyo diseño se inspira en el Opel GT X Experimental Concept dado a conocer allá por agosto de 2018. Desde la marca han separado en dos su nuevo lenguaje de diseño y por un lado tienen en “Opel Compass” y por otro el “Opel Vizor”. El primero es básicamente un diseño que se pone como centro el “Blitz”, el logotipo de la marca. El segundo, se trata de una línea de diseño exclusiva de los coches eléctricos y autónomos, que se centra en la calandra del vehículo.

La marca asegura que el diseño del nuevo Opel Mokka y de algunas de sus soluciones, se han inspirado en el ya mítico Opel Manta, que acaba de cumplir 50 años. Los diseñadores tomaron como punto de partida la calandra frontal del Opel Manta A y la rediseñaron para que sirviera de base al diseño de los próximos Opel como integrantes de PSA. Además, este nuevo Opel Mokka no solo presenta un diseño totalmente nuevo, también toma como base de partida la plataforma CMP (Plataforma Modular Común) que admite la monta de propulsión eléctrica.

“Con la nueva generación del Mokka, prácticamente estamos reinventando Opel” – Michael Lohscheller, CEO de Opel

Estrena un nuevo lenguaje de diseño que adoptarán los futuros Opel

Opel ha puesto mucho en juego con este nuevo Mokka, que rompe con todo lo visto anteriormente y pase de ofrecer una imagen compacta y maciza, a presentarse con un claro talante dinámico, con una silueta más esbelta y unas ambiciones mucho mayores que el retirado Opel Mokka X. De entrada es mucho más corto que la generación saliente, nada menos que 12,5 centímetros menos, dejando la longitud en 4,15 metros. Es mucha la diferencia respecto al Mokka X, aunque la batalla crece en dos milímetros.

No obstante, su diseño no resulta tan pesado a la vista como antes y se encuentra más cerca de un utilitario convencional que de un B-SUV. Los voladizos son bastante cortos, situando las ruedas casi en las esquinas del coche y la distancia respecto al suelo parece ser suficiente para un SUV que no pisará nunca caminos de tierra. Tendencias que sigue el segmento, cuyos coches se usan casi en exclusiva para circular por asfalto. Que la distancia respecto al suelo sea contenida tiene sus ventajas, como un centro de gravedad más bajo garantizando una buena estabilidad.

Las ruedas en las esquinas se debe, además de la búsqueda de máximo aprovechamiento interior, a la plataforma CMP. Ésta ha sido diseñada para adoptar todo tipo de propulsión, incluida la eléctrica como ya se ha visto en otras ocasiones, que sitúa las baterías en el piso del vehículo y entre las ruedas. Es decir, las ruedas en los extremos buscan dejar hueco a las baterías de la versión eléctrica que, de hecho, ha sido la primera en ser presentada y la que protagoniza las fotos oficiales.

Volviendo al diseño, el frontal será una de las zonas más características del Mokka y de los próximos Opel. En este caso, la calandra se encuentra carenada y llama la atención por lo pequeño que resulta el conjunto “calandra-faros”, con la zona inferior del paragolpes (con grandes entradas de aire) dominando la vista delantera. Las ruedas también resultan algo grandes en comparación con el resto de coche y la zona acristalada es relativamente pequeña, con mucha cantidad de chapa en los laterales aunque, al menos, sus formas no son recargadas ni rebuscadas, más bien son fluidas y suaves hasta la zona de los pasos de rueda, donde una línea de tensión rompe con la suavidad de formas.

Su vista trasera es quizá la que más personalidad presenta. Sigue tendencias de diseño con unos pilotos llevados a una mínima expresión, tomando forma de “L” y dando protagonismo al Blitz de Opel en el centro del portón del maletero. Vuelve a haber mucha chapa en esta zona, pero el paragolpes trasero, con una parte de plástico negro, rompe un poco con tanto metal y ofrece algo de contraste. Al ser un modelo de motor eléctrico, como cabe esperar, no tiene salida de escape.

El nuevo Opel Mokka inicia el auténtico cambio dentro de la marca

Enorme salto adelante para el habitáculo

Podemos decir sin temor a equivocarnos, que su exterior es una adaptación del Opel GT X Experimental Concept para su producción, guardando entre ambos modelos un parecido notable. Con el interior ocurre algo similar, ya que algunas de las formas que luce el nuevo Opel Mokka recuerdan al mencionado concept car. Resulta un paso adelante respecto al Mokka X, tanto por diseño como por equipamiento, sobre todo en la versión eléctrica, tomando del concept presentado hace dos años la instrumentación digital formada por dos pantallas y ligeramente curvada. A ambos lados de la mencionada instrumentación, que forma un bloque con la pantalla central para el equipo multimedia, se sitúan los aireadores, dos placas de color negro y función indeterminada en el caso del prototipo.

Dicha instrumentación digital recibe el nombre de “Opel Pure Panel” que prescinde, según cuenta la propia Opel, de animaciones decorativas sofisticadas e inútiles, sino que se centra en ofrecer una interfaz fácil y cómoda de gestionar, con una “experiencia clara y limpia”. Se compone de dos pantallas unidas en un mismo marco, con hasta 12 pulgadas tras el volante y con la información más importante sin congestiones, con hasta 10 pulgadas para el equipo multimedia. Para permitir un uso más intuitivo y evitar distracciones al tener que mirar la pantalla para la navegación en diferentes submenús, los diseñadores han mantenido algunos mandos físicos para controlar funciones esenciales como la climatización del habitáculo.

El nuevo Opel Mokka también tendrá en opción diferentes tipos de asientos, todos ellos con diseño ergonómico. Se podrá optar por tapizado de Alcántara o el clásico cuero (inusual en un B-SUV). Contará con carga inalámbrica para teléfonos móviles, habrá conectividad Apple CarPLay y Andriod Auto, también se ofrecerá los servicios OpelConnect, navegación con información de tráfico en tiempo real, conexión directa con asistencia en caso de avería y el sistema “SOS”, realiza una llamada de emergencia automática si se activa los tensores de los cinturones o los airbag.

Más ligero y eficiente, gracias al motor eléctrico

Los cambios en el Opel Mokka, como se puede ver, son importantes. Es más, el coche entero es un cambio respecto a la generación saliente y apenas comparten el nombre y la categoría en la que militan. supone la entrada de Opel en la nueva era y se nota en todos los apartados, incluido el peso y la rigidez del conjunto. En el primer apartado se ahorran por el camino hasta 120 kilos según la versión y la rigidez torsional aumenta un 30 % en el caso del Opel Mokka-e.

El grupo motor es el mismo que emplea el Opel Corsa-e, el Peugeot e-2008 y e-208, el mismo grupo motor del Citroën ë-SportTourer o el DS3 Crossback E-Tense, modelo con el que comparte muchas cosas también. Así, cuenta con 100 kW (136 CV) y 260 Nm alimentado por unas baterías de iones de litio con 50 kWh de capacidad. Puede cargar el 80 %en solo 30 minutos con un puerto de carga de 100 kW y anuncia 322 kilómetros de autonomía según ciclo WLTP.

Las ventas del nuevo Opel Mokka se iniciarán a finales del verano de 2020, mientras que las primeras unidades llegarán a los concesionarios a inicios de 2021. Más adelante llegarán los motores diésel y gasolina.

Galería de fotos