La lluvia es el factor que eleva el atractivo hacia el desenlace. La pista húmeda siempre es bienvenida y hace a este final algo más interesante, pero los pilotos son los que, en definitiva, se encargan de montar el show. Son ellos los que cumplen con las expectativas, los que pagan la entrada. Mano a mano, palo a palo, cabeza a cabeza, dos coches alemanes se deciden el primer lugar. Son los metros finales en el Circuito de Valencia, bajo una nublada y mojada Valencia en el ocaso de la temporada, la novena fecha del noveno GT World Challenge Europe.
“Se aferra al liderazgo”, narra el relator, compenetrado con el momento. La referencia es para el ruso Timur Boguslavskiy, quien al volante del Mercedes-AMG GT3 Evo número 89 aguanta, por ahora, al Audi R8 LMS Evo número 25 del francés Aurélien Panis, que en los recientes giros ha logrado recortar. No lo ha dejado escapar y ahora la cámara on board trasera es elocuente: el R8 acecha pegado. Todo parece indicar que entre el GT3 y el de los cuatro anillos estará el ganador. Se han distanciado del resto.
Otro Audi R8 LMS Evo, que ocupaba la quinta posición a más de 26 segundos del ruso, logró adelantar al McLaren 720S GT3 del venezolano Manuel Maldonado y se consolida en el cuarto lugar. Es el número 32 del belga Charles Weerts y es notable cómo le ha estado achicando a los punteros entre seis y ocho segundos por vuelta, para pasar a estar de 14 a siete segundos y rápidamente a apenas cinco segundos del AMG. “No hará a tiempo de obtener el liderazgo, pero podría estar en el podio”, presagia la transmisión oficial.
El R8 de Panis sigue acechando, intenta atacar por afuera en las eses, obliga al Mercedes a maniobras de defensa extrema. Es la defensa del Mercedes la que se pone a prueba en cada curva y contracurva, incluso si eso le cuesta al Audi irse de lado con un leve derrape. “Puede que Boguslavskiy no sea tan rápido, ¡pero vaya si conduce un coche ancho!”, describe el narrador, a lo que el comentarista agrega que está haciendo todo lo que puede para defender la posición, manteniendo el ritmo del francés.
¡Última vuelta! El Mercedes-AMG GT3 lleva ventaja de tres décimas de segundo cuando ambos dejan atrás la Adrián Campos y entran en la recta, donde parece que toma ventaja cuando acelera en velocidad de punta, pero al salir en la Aspar, la primera de las 14 curvas del circuito, la diferencia se reduce a solamente una décima. Es llegando a la Aspar que Panis intenta adelantarse por adentro, pero la curva está demasiado cerca y debe recular. Panis no puede con el ruso y éste se limita a defender.
Es entonces que en esta apasionante definición, cuando la Aspar ya ha quedado atrás y asoma la curva Doohan, el tercer e inesperado actor entra en escena. El relator había adelantado que Charles Weerts venía recortando en grande y que era posible que entrara en el podio, lo cual ya está ocurriendo. Sin embargo, el número 32 del piloto belga tiene circuito libre por delante e imprime la velocidad que los punteros, que tanto se han ido de costado resignando así ventaja, no pueden por la lucha que están librando.
Después de la curva 1, Weerts se mantenía todavía a poco más de cinco segundos del líder y en un puñado de curvas logra, finalmente, meterse en la pelea. En la sexta curva se rompe la carrera. El belga y su impulso contra, insisto, la lucha de los punteros, pues el Mercedes número 89 se abre en exceso, una vez más, para evitar que el Audi R8 número 25 lo pase por afuera. Allí, a la salida de la Ángel Nieto, es cuando el belga se convierte en escolta, dejando a sus espaldas a un Panis que ya parece resignarse. El francés lo ha dado todo, de eso no caben dudas.
Boguslavskiy no soporta ya tanta amenaza. Ha soportado con talento los intentos del francés, pero, paradójicamente, perderá la carrera de la misma forma que hasta el momento había sabido defenderse. En la curva 11, en forma de U, no alcanza a abrirse a tiempo y esto es porque el R8 de Weerts, que es más rápido a esta altura, no se lo permite. El número 32 se adelanta por afuera.
Es cosa juzgada. En los controles del W Racing Team de Bélgica hay júbilo desatado y se huele el jolgorio. Weerts toma las curvas finales ya con varios metros de distancia sobre el ruso y el francés, quienes, absolutamente derrotados, empiezan a levantar el pie del pedal. Un final épico que nadie tenía en los planes, de los más inolvidables que nos han dejado las carreras GT de los últimos años.
Mauro Blanco
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