Recuerdo cuando era un chaval cómo los fabricantes iban presentando algunas variantes de sus modelos en versión eléctrica. En los años 90, PSA iniciaba una experiencia piloto en la localidad francesa de La Rochelle con versiones “a pilas” de los (por entonces) bien conocidos Citroën AX y Peugeot 106. Modelos que estaban pensados para un uso eminentemente ciudadano, y que verdaderamente podían cumplir bien con su cometido.
Los tiempos han cambiado mucho en estos treinta años, y los eléctricos han irrumpido en el mercado gracias a las diferentes políticas mundiales que, de paso, han aprovechado para demonizar todo lo que se mueva con combustibles fósiles. Pero hoy no toca hablar de política, sino de los frutos de estas normativas, concretamente de una categoría que está en auge: los hatchbacks de moderadas dimensiones con un claro toque deportivo. Y lo hacemos enfrentando, sobre el papel, al nuevo Alpine A290 con dos modelos de características parecidas (esta afirmación, con matices) que ya están en el mercado: el Abarth 500e y el CUPRA Born.
Aunque a los petrolheads que hemos vivido la etapa gloriosa de los Renault 5 Turbo o los Peugeot 205 GTI nos pueda parecer poco menos que un sacrilegio, cierto es que también nos lo parecía cuando Volkswagen se atrevió a usar las siglas GTI para una variante del Golf IV con motor TDI. Y no hay más que ver cómo los modelos diésel de espíritu deportivo terminaron irrumpiendo con fuerza y con prestaciones.
Pero volvamos a nuestros protagonistas. Aunque el primero en llegar fue el modelo español, prefiero comenzar por el más diferente de los tres: el Abarth 500e, presentado en 2023. El modelo italiano es de los pocos automóviles del segmento B que aún ofrece una carrocería de tres puertas (y además la variante Cabrio). Heredero de los Abarth 595 y 695, su llegada suponía la electrificación de la marca del escorpión. Menos radical que su predecesor con respecto a la variante FIAT, está equipado con un motor eléctrico de 155 CV que le permite una aceleración de 0 a 100 km/h en siete segundos (tracción delantera).
La autonomía declarada oscila entre los 242 y los 266 km, que se quedarán en menos si se pretende hacer un uso deportivo (y sin contar otras variables, porque en los eléctricos todo acaba afectando a la autonomía). Frente al FIAT 500e del que deriva, presenta una estética diferenciada (el kit exterior presenta parachoques, llantas y faldones laterales específicos), unos nuevos asientos delanteros (las plazas traseras siguen siendo muy pequeñas), frenos de disco en el eje posterior y una mayor agilidad en curvas. La velocidad máxima se queda en 155 km/h (frente a los 218 km/h de su antecesor). Sigue siendo un modelo llamativo (a lo que ayuda la paleta de colores escogida), pero no tanto como los 595 y 695 de combustión. Sí merece señalar el hecho de que Abarth ofrece la posibilidad de la reproducción del sonido de escape de las versiones de combustión. Queda por ver si, con la llegada de los recién anunciados FIAT 500 híbridos, Abarth se decidirá a sacar una variante deportiva.
El CUPRA Born, por su parte, es el más antiguo (2021) y el de mayor longitud de los tres. Derivado del Volkswagen ID.3, del que toma la plataforma MEB, mejora su estética de una forma apabullante con respecto al modelo alemán, dándole un toque mucho más deportivo. Fue presentado como prototipo bajo el nombre “SEAT el-Born”, pero en la peculiar lucha fratricida entre las dos marcas españolas, salió victoriosa la marca del tribal, que presentó la variante de producción como “CUPRA el-Born” para acortarlo finalmente a “CUPRA Born”, una decisión acertada en mi opinión. Su carrocería es de cinco puertas, y la autonomía declarada oscila entre los 424 y los 590 km.
Ofrece dos niveles de potencia (propulsión trasera): 231 CV (con e-Boost) y 326 CV (versión VZ), ya que recientemente se ha dejado de comercializar la variante de 204 CV. Frente al modelo de Volkswagen, tiene un mejor comportamiento en curva, pero no es tan deportivo como su aspecto nos podría sugerir. El motor de 231 CV tiene hace el 0-100 en 6,6 segundos (un segundo menos en el caso del VZ), con una velocidad máxima de 160 km/h (200 km/h para el acabado “veloz”). La altura libre al suelo también se reduce con respecto al ID.3, y nuevamente hay algunas diferencias en el interior, a nivel de asientos y del salpicadero. En 2022, CUPRA mostró un adelanto de la futura actualización de mitad de vida del Born en un evento en el Circuito de Terramar, que no debería tardar demasiado en ser presentado, y cuyo rasgo más característico es el nuevo parachoques frontal y los faros delanteros con motivos triangulares, muy parecidos a las actualizaciones de los León y Formentor, por lo que, previsiblemente, también debería tomar de ellos el nuevo diseño de la trasera con el logotipo de CUPRA iluminado.
Por último, pero no por ello menos importante, el modelo francés nuevamente es una derivación de otro modelo del grupo: el Alpine A290 está basado en el nuevo Renault 5. Esto implica cosas más y menos positivas. En primer lugar, se había hecho mucho hincapié en que la gama Alpine sería diferente de la de Renault, pero este A290 no puede negar su parentesco con el Cinco. Y como las comparaciones son odiosas, estéticamente hubiera esperado un diseño más impactante, como lo hicieron en su día los Renault 5 “culo gordo” y los Clio V6 con respecto de los modelos originales.
Presentado inicialmente como prototipo bajo el nombre A290_β, la versión de producción se sitúa en dimensiones entre el Abarth y el CUPRA, y cuenta con potencias de 180 y 220 CV que van directamente al eje delantero, como en el 500e. El motor menos potente acelera de 0 a 100 en 7,4 segundos, mientras que el de 220 CV rebaja esta marca en un segundo. También hay diferencias en las velocidades máximas: 160 km/h para el motor más pequeño y 170 para el tope de gama. La autonomía ronda los 400 km. Asentado sobre la plataforma AmpR Small (anteriormente conocida como CMF-B EV), la diferenciación con el R5 en el exterior es más profunda de lo que parece: además de los parachoques, las llantas y las taloneras laterales, cambia la estampación de una buena parte de piezas metálicas, pero sin embargo la sensación que da es que es demasiado parecido. En el interior, los cambios son patentes, con un volante diferente y con tres mandos (entre ellos, el de los modos de conducción y la función de ayuda al adelantamiento), unos asientos más deportivos y, sobre todo, una consola central de estilo Alpine. Como curiosidad, un tercer derivado del R5 se sumará en el futuro: se trata del sustituto del Nissan Micra, y del que la marca japonesa nos hizo un pequeño adelanto con el prototipo 20-23.
En resumen: nuevos tiempos, nuevas tecnologías. Los tres modelos son claros ejemplos de hacia dónde nos lleva la industria automovilística, aunque el que se queda más descolgado es el Abarth, por ser notablemente más pequeño y no disponer de cinco puertas. Quien busque en Stellantis una alternativa más parecida a los Born y A290 deberá esperar a la llegada del Abarth 600e, ya con cinco puertas y 240 CV de potencia que van directos a las ruedas delanteras, y que lo convierten en el Abarth más potente hasta la fecha. Pero aunque probablemente nos ofrezca también un altavoz con el sonido de un motor de combustión, seguiremos echando de menos el olor a gasolina…
Jesus Alonso
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