Más peajes en España aumentarán la siniestralidad, también lo dice el RACE

Más peajes en España aumentarán la siniestralidad, también lo dice el RACE

El 80 % de sus encuestados usarían vías alternativas, más peligrosas y peor mantenidas


Tiempo de lectura: 11 min.

Pese a los 30.000 y pico de millones de euros que aportamos los automovilistas a las arcas públicas, ese dinero no debe bastar (y no basta) para mantener las carreteras del Estado en buen estado. De hecho, no basta porque todos los impuestos que pagamos no son finalistas y se destinan a otras cosas. Por eso el Gobierno lleva años dejando caer -por fascículos- que nos van a cobrar por usar autopistas y autovías que hoy son gratuitas. A los de Bruselas (Comisión Europea) ya se lo han dicho.

La DGT insiste en recordar que las vías secundarias son más peligrosas y registran casi cuatro de cada cinco accidentes mortales. Pues bien, el RACE nos da la razón y “se opone frontalmente al nuevo intento del Gobierno a la hora de cobrar por el uso de las autovías”, posición que llevamos defendiendo en este medio desde que se fundó. De acuerdo a una encuesta que hizo en diciembre, y que vuelve a estar en la palestra, la idea del Gobierno es pésima y tendrá un coste tangible en muertos.

Ante la pregunta “¿Estarías dispuesto a pagar en tus desplazamientos habituales por autopistas y autovías?” un arrollador 73,7 % dijo que no, un 21,3 % marcó que sí, y el 5 % restante se mantuvo en la indiferencia o la indecisión. En un acto deliberado del que escribe por manipular al que lee -a ti-, deduciré que ese 73,7 % equivale a “ya estamos pagando bastantes impuestos por usar las carreteras”.

estudio RACE peajes autopistas 1

Fuente: RACE

El gráfico no deja mucho lugar a dudas. Solo el 15,7 % dijo que las utilizaría aunque tuviese que pagar, el resto haría lo posible, ya fuese siempre u ocasionalmente, para evitar más gastos. Los conductores más veteranos se acordarán de lo que era circular por una España en la que solo había unos pocos tramos de autopista y casi todos eran de pago, y que la red radial (del centro a las costas) era por carreteras secundarias.

El fin de las concesiones de varias autopistas de peaje, tras décadas de barreras, implica más carreteras a mantenerse por el Estado, que dice no tener dinero mientras lo desperdicia en un montón de gilipolleces

Cada viaje de media y larga distancia era una aventura por el nivel de tráfico, imposible de absorber por la red secundaria (por entonces, primaria), las velocidades medias eran muy bajas por el tráfico de vehículos pesados, y la supervivencia era también inferior. Eso de cuando el típico coche de un español no era un Opel Astra, un SEAT León o un Nissan Qashqai con ESP, cinco estrellas EuroNCAP y asistentes. Lo habitual era ir en un Renault 5, un SEAT 131 o un Citroën GS, con inseguridad activa y pasiva de serie.

Los encuestados por el RACE coinciden en un 80 % al “sí” a la pregunta “¿Los conductores las evitarán [vías de pago] y utilizarán más las vías secundarias?”, así como un 79 % de “sí” a “¿Crees que podría aumentar la accidentalidad por este motivo?”. Pues claro que va a aumentar, y esto es una evidencia apoyada por la estadística, no el juicio de un periodista o de un club de automovilistas.

estudio RACE peajes autopistas 2

Fuente: RACE

El informe sobre carreteras EuroRAP (el último es de 2020), en el que se evalúa la siniestralidad en la Red de Carreteras del Estado (RCE), y donde el RACE participa como socio junto a otros clubes europeos, no habla muy bien del mantenimiento de la red de carreteras de doble sentido de la circulación en la misma calzada. Sí, las mismas donde ya no se puede adelantar a más de 90 km/h, o como muchísimo a 100 km/h, aunque sea más peligroso el remedio que la enfermedad.

No solo las carreteras secundarias van a llenarse de turismos, furgonetas y motocicletas que no quieren pasar por caja o que tratarán de evitarlo. También lo harán, evidentemente, los camiones, con todo lo que eso implica. El tráfico de vehículos pesados, además de aumentar el riesgo para los profesionales del transporte y todos los demás, también acelera el deterioro de las vías por su peso.

Las autopistas y autovías serán un lujo para los que puedan permitírselas, todo muy progresista ultraliberal

Está demostrado que cuando los camiones circulan mayoritariamente por vías de alta capacidad baja la siniestralidad. Porque los camioneros, que de idiotas tienen muy poco, prefieren la comodidad de una vía con pocas curvas, donde no hay que estarse pegando con el cambio de marchas, y hacer cómodamente sus descansos en vías de servicio a la orilla de las vías rápidas, por no hablar de la mejora en su velocidad media o el gasto de combustible. Y los que pagan los peajes más altos son evidentemente ellos, también son los que más deterioran las vías por razones de aplastante lógica.

Mitsubishi Lancer EVO accidente Corrales de Buelna

Si el Gobierno sigue adelante con esta medida, ya sabe a qué atenerse: más muertos, más heridos graves que requieran hospitalización, desplazamientos más lentos, molestias, contaminación, ruido y trastornos en poblaciones que atraviesan las vías secundarias, una creciente impopularidad, etc. El RACE avisa. Nosotros avisamos. Otros tantos del mundo de motor también lo están haciendo, como Autopista, aunque también hay quien lo defiende, como Diario de Transporte o Motorpasión.

Los economistas snob creen en el mantra de que “deben pagar quienes más usan las infraestructuras”, como si fuesen a pagarlo ellos (lo harán sus clientes, en todo caso)

La experiencia más cercana la tenemos en Portugal, donde tienen básicamente tres tipos de vías: secundarias, red principal que era gratuita y ahora no lo es (se llamaban SCUT, “sin coste para el usuario”), y la red de peaje de concesionarias clásicas con barrera. Una mínima porción de la red es de alta capacidad y libre de cualquier clase de peaje, ya sea electrónico o de barrera. Portugal implantó los peajes electrónicos en 2010 porque alguien tenía que pagar la crisis económica, y ni eso logró.

La medida puede ser contraproducente, y de hecho, lo es. Contaba La Voz de Galicia en 2018 que tras ocho años de peajes electrónicos el Estado solo estaba recaudando entre el 25 y el 30 % del coste de mantenimiento de su infraestructura (unos 1.000 millones de euros al año) y que se estaban produciendo externalidades negativas. Nos vemos obligados a repetirlo y a recordarlo. Y en este país pasará seguramente lo mismo, nos parecemos más a Portugal que a Suecia o Alemania.

Autopista peaje Portugal

Precio de peaje de Valença do Miño a Oporto (Portugal) en autopista de peaje convencional – Fotografía: Alquiler de Coches (Flickr) CC BY

La misma información contaba que los conductores lusos aumentaron el uso de las vías secundarias y que resultaron perjudicadas poblaciones pequeñas, aumentando el fenómeno de la despoblación, por el coste añadido de los desplazamientos, así como una reducción del turismo interior y español con impacto negativo en su actividad económica. En cuanto a la siniestralidad, con datos de hace unos años (Pereira³, 2017), aumentó de forma leve sobre todo en vías secundarias cerca de municipios donde antes las autopistas aliviaban el tráfico. No encuentro datos más modernos.

¿Quién iba a pensar que iba a tener problemas implantar peajes electrónicos en un país “pobre”, donde los conductores prefieren mantener el dinero en su bolsillo que ir más seguros? ¡No podía saberse!

Resumiendo, querido lector, que un Gobierno que se denomina “progresista” pretenda que volvamos en movilidad a los años 90, cuando era un lujo viajar por una autopista gratuita y los españoles se morían cada año por varios miles, es un insulto contra la inteligencia del votante, incluso de los suyos. Lo más probable es que si la medida se implanta, tenga que desmontarla un ejecutivo posterior, obviamente por razones electorales, y el mantenimiento de la red tendrá que financiarse con impuestos repartidos entre todos, no por uso -en realidad, es un repago-. O eso, o el sistema suizo, si quieres ir por una autopista tienes que pagar cada año la “viñeta” (tasa fija), aunque solo pases una única vez.

Entre la imposición y el desmontaje de los peajes electrónicos, que funcionan como radares que tiran “micromultas” de céntimos por kilómetro, habrá un drama humano contable en muertos, mucho alcalde de poblaciones pequeñas afilando las guillotinas del museo municipal, camioneros hartos… y los únicos que se habrán alegrado serán los amiguetes, enchufados, relacionados y todos aquellos que tienen como modus vivendi chupar de la teta del dinero público, ese que “no es de nadie” (Carmen Calvo dixit, la Ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad de España).

BMW 130i Carretera Secundaria

Las vías secundarias son la primera vía de escape a los peajes

Algunos medios barajan finales de 2022 como fecha para convocar Elecciones Generales (aunque puede estirarse la legislatura un año más), y antes de esa fecha, por simple cálculo electoral, es dudoso que se implante esta medida antes de que el “CIS de Tezanos®” diga que los españoles estaremos encantados de pagar peajes por utilizar autopistas y autovías financiadas ya -de sobra- por los impuestos al combustible, a la matriculación, etc. Ah, y que el PSOE arrasaría en dichas elecciones, qué duda cabe. Por decir esto, ya puedo pedir mi carné de fascista.

La fecha crítica es posterior a dichas elecciones, cuando ya se pueden acometer medidas impopulares sin cortarse un pelo, y esto se aplica tanto a los actuales gobernantes y sus socios, como a fuerzas de la oposición que decidan tirar por la misma vía suicida de “portugalizar” unas infraestructuras que los españoles no usamos por capricho ni para correr, sino para no matarnos, llegar antes y de paso mejorar la calidad de vida de las poblaciones atravesadas por carreteras. Hay que acordarse de esas cosas a la hora de votar.

¿Cómo pensáis que se va a financiar el monstruoso gasto público derivado de la pandemia de coronavirus, que ha llevado a España a niveles de recesión propios de la Guerra Civil?

Finalizo esta exposición con un recordatorio, antes de los años 90 no existían todos los medios tecnológicos que hay ahora para fundir a multas al personal -para bien y para mal-, y que a buen seguro la DGT aumentará su recaudación con el incremento de las vías secundarias. De hecho, hasta el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ya tiene preparado el retorno de las “vías rápidas”, derogadas en 2003, con el aparato de vigilancia de Tráfico más eficiente de la historia.

carreteras dos mas uno

Recomendaciones para el diseño de Carreteras 2+1 y carriles adicionales de adelantamiento

La Orden Circular 1/2021 sobre Recomendaciones para el diseño de Carreteras 2+1 y carriles adicionales de adelantamiento (ver PDF) fue aprobada por la Dirección General de Carreteras el mes pasado, noticia tapada entre el escándalo del día anterior y el del día siguiente de los atornillados a sus puestos y que hace tiempo perdieron todo sentido del ridículo. Dimitir es un nombre ruso.

Sumariamente, sienta las bases legales para vías de plataforma única donde se habilita un carril central para adelantar, y que con separación física permitirá alcanzar los 100 km/h, un híbrido entre una vía secundaria y una autopista, pero en versión low-cost. En Europa las encontraremos en Alemania, Francia, Finlandia, Irlanda, Rumanía, Suecia, etc. Súmese a eso un parque móvil con más de 13 años en mitad de una recesión económica.

Se dan todas las circunstancias para un desastre a cambio de que una minoría de garrapatas se beneficie

Las vías rápidas que existían antaño eran un problema porque los conductores tendían a ir muy rápido -por la sensación de seguridad- y claro, no había apenas radares. El concepto es prácticamente el mismo, pero ahora se definen más medidas de ingeniería para hacerlas menos peligrosas. Lugares ideales para plantar radares y que no pare de sonar la caja registradora, solo que ese dinero no irá a financiar ni un centímetro de carreteras, sí para repostar los helicópteros Pegasus y comprar más Velolaser aprovechando descuentos por volumen.

Mis disculpas al lector por la insistencia en este tema, pero me siento en el deber personal como ciudadano, contribuyente y periodista a oponerme con todas mis fuerzas a esta nefasta idea. Comparte esta información y opinión con quien lo consideres oportuno.

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Sobre mí

Javier Costas

Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.

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