Los prototipos del Toyota Supra de quinta generación (A90) han dado buena cuenta del asfalto renovado del Circuito del Jarama y ya empiezan a aparecer las primeras pruebas en los medios. Afortunadamente se ha despejado una gran duda: no va a ser un BMW Z4 disfrazado, los dos coches van a tener diferencias más que sustanciales.
BMW y Toyota trabajaron conjuntamente hasta 2014, y a partir de ahí, los equipos de desarrollo no volvieron a tener contacto; eso es lo que ha dicho Masayuki Kai, uno de los ingenieros jefe del proyecto. Los fabricantes se han puesto de acuerdo en lo fundamental, y los componentes más importantes del coche son de origen BMW.
Es, por tanto, un poco menos Supra que las generaciones precedentes. Los Celica Supra y Supra eran GT 2+2, y el nuevo Supra será un biplaza coupé, como el Z4. La versión targa no la descartaría, por coherencia con sus antepasados. Los anteriores Supra eran las joyas tecnológicas de Toyota, ahora es un desarrollo parcialmente conjunto. Todo lo que será puesta a punto, carácter… será Toyota, sea la base mecánica que sea.
Y es que las cosas han cambiado y ahora no es tan importante para Toyota que su deportivo buque insignia sea 100 % Toyota, a fin de cuentas, BMW es un compañero de viaje de total confianza. Sé que he sido duro con BMW respecto a lo que hace en su gama de acceso, pero en la gama alta la historia es completamente distinta.
Las experiencias de los probadores están siendo muy positivas, hasta se puede considerar como un GT 86 de gama alta, aunque no implique tanta diversión. Es una buena forma de recuperar la reputación en deportivos. Da igual que leamos un medio español que uno australiano, está gustando. Los coches probados son de especificación casi definitiva, aún quedan por saber unas cuantas cosas.
¿Habría sido mejor “base” el BMW Serie 8? Pues no necesariamente, para empezar por el tema del precio…
Toyota Supra y BMW Z4 tendrán en común la base pero tendrán clientes diferentes, a fin de cuentas, el alemán será un descapotable. Toyota quiere arañar clientela a clientes de Porsche, que ya es apuntar muy alto, pero con un precio que no se saldrá de madre; se especula con 50.000 euros. A cambio, un copué biplaza con 340 CV como mínimo, propulsión, cambio ZF de ocho velocidades y tecnología por un tubo.
Inicialmente puede que el nuevo Supra sea difícil de asimilar para un “suprista”. Pero también hay que decir que el primer Supra puro (el A70 de 1986) era un GT pensado más en el público americano, el siguiente modelo (el A80 de 1993) se convirtió en la base perfecta para hacer un gran deportivo a base de chuches, y el A90 tendrá su propia personalidad.
La pérdida de las plazas traseras no es ningún problema, son muy poco prácticas. No tiene sentido que en un coche de gama alta haya que echar los asientos muy hacia delante para que los que van atrás vayan mínimamente cómodos (sin tocar las rodillas). De maletero tampoco iban sobrados. En ese sentido, la evolución es absolutamente lógica.
En el Salón de París podremos ver ya el modelo definitivo, y se podrá sacar de los concesionarios a partir de primavera de 2019; se podrá reservar anticipadamente desde el 2 de octubre. Me temo que muchos tendremos que esperar unos años a que las unidades usadas empiecen a tener precios razonables, a menos que tenga un papel protagonista en las dos últimas películas de Fast & Furious. Si eso ocurre, una década de espera no nos la quitará nadie.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.COMENTARIOS