Todos los detalles del Mercedes-AMG S 63 E PERFORMANCE que se acaba de presentar

Todos los detalles del Mercedes-AMG S 63 E PERFORMANCE que se acaba de presentar

La berlina de representación de la marca alemana muestra su versión más potente y capaz de la historia, gracias a la adición de una parte eléctrica y a su motor de combustión de ocho cilindros en uve


Tiempo de lectura: 11 min.

Mercedes-Benz continúa desvelando nuevos miembros de la familia Mercedes-AMG electrificados. Después de los Mercedes-AMG GT 63 E PERFORMANCE Coupé y Mercedes-AMG C63 E PERFORMANCE, que también te presentamos aquí, llega al fin el Mercedes-AMG S 63 E PERFORMANCE, la esperadísima versión deportiva de la actual y séptima generación del buque insignia de la marca de la estrella.

No es el primer vehículo de la gama del Clase S actual que recibe hibridación, pues ya cuenta desde hace algún tiempo en su catálogo con el Mercedes-Benz S580e. Sin embargo, mientras que en aquel la adición de una parte eléctrica estaba orientada a optimizar su eficiencia y tratar de obtener un buen dato de autonomía por cada carga completa —113 km, en ciclo WLTP—, sin perder ni un ápice del confort propio de esta categoría de automóvil, en el modelo que os traemos hoy, la cuestión es bien distinta.

En el caso del Mercedes-AMG S 63 E PERFORMANCE que os traemos hoy, batería y motor eléctrico se incluyen en la ecuación con la sola intención de convertir a esta berlina de lujo en un misil, vestido con etiqueta CERO de la DGT, eso sí. Con 33 km de autonomía eléctrica, lo consigue por los pelos —un kilómetro por encima del umbral—, gracias a su batería de 13,1 kWh.

La Clase S siempre ha tenido un significado muy especial para nosotros. En 1971, hizo famosa la marca AMG de la noche a la mañana con su legendaria aparición en las 24 horas de Spa. Esta fue, sin duda, una importante piedra angular para el ascenso como marca de coches deportivos y de altas prestaciones con relevancia mundial», ha comentado Philip Schiemer, presidente del consejo de administración de Mercedes-AMG GmbH

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Potencia eléctrica para mejores prestaciones

Pero, como decimos, pese a ser un híbrido enchufable, no debemos emplear la vara de medir habitual para este tipo de vehículos. Esta condición es casi mera anécdota, teniendo en cuenta que de la combinación del motor de combustión, montado sobre el eje delantero, y el motor eléctrico, acoplado a las ruedas traseras, este Mercedes-AMG S 63 E PERFORMANCE declara 802 CV —590 kW— de potencia máxima conjunta y 1.430 Nm de par máximo. De este modo, se convierte en el Clase S más rápido de la historia, con una aceleración desde parado hasta 100 km/h en tan solo 3,3 segundos. La velocidad máxima está limitada de serie a 250 km/h, aunque puede solicitarse el paquete AMG Driver’s Package, que eleva esta hasta los 290 km/h. No está nada mal para un vehículo que pesa 2.595 kg.

Como apuntábamos, bajo el capó delantero se sitúa un motor de combustión y gasolina, con denominación interna M177 y una arquitectura de ocho cilindros en uve y 3.982 cc de capacidad. Está asistido por dos turbocompresores de doble entrada, colocados entre las bancadas de los cilindros, y ofrece 612 CV —450 kW–, disponibles entre las 5.500 y las 6.500 revoluciones por minuto. El par máximo declarado para este propulsor es de 900 Nm, entre las 2.500 y 4.500 rpm.

En la parte trasera, donde también se encuentra la mencionada batería, se sitúa el motor eléctrico, que es síncrono y de imanes permanentes y entrega 140 kW —190 CV— de potencia máxima durante diez segundos —80 kW de manera continua—, con un par máximo de 320 Nm. Está integrado en una carcasa que también encierra el diferencial de deslizamiento limitado de este eje anterior, además de una transmisión de dos velocidades a la que está acoplado dicho propulsor, y que selecciona la segunda velocidad cuando se superan los 140 km/h, momento en el que dicho motor está girando a 13.500 rpm.

Solo el motor de combustión está acoplado a la caja de cambios de nueve velocidades —AMG SPEEDSHIFT MCT-9G—, con embrague multidisco bañado en aceite. Aunque sí que es cierto que el motor eléctrico puede enviar par al eje delantero, en caso de ser necesario, a través de un acoplamiento electromecánico en el árbol de transmisión de su sistema de tracción total 4MATIC+.

Con E PERFORMANCE, abrimos un nuevo capítulo: Nunca antes una berlina de lujo había combinado tan perfectamente las mejores prestaciones de su clase con una experiencia de confort superior y una conducción eléctrica prácticamente silenciosa. De este modo, también nos abrimos a grupos objetivo muy exigentes que ven en Mercedes-AMG la marca de lujo de alto rendimiento del siglo XXI», ha añadido Philip Schiemer, presidente del consejo de administración de Mercedes-AMG GmbH

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Al respecto de la batería, Mercedes-AMG ha comentado que está inspirada en la tecnología empleada por el equipo de Fórmula 1, y que su desarrollo en Affalterbach se ha servido de intensas conversaciones con el departamento de motores de la escudería, con sede en Brixworth, Reino Unido. Su denominación interna, AMG High Performance Battery (HPB), hace referencia a su naturaleza diferenciada de las baterías instaladas en otros vehículos híbridos de Mercedes-Benz.

La batería de este Mercedes-AMG S 63 E PERFORMANCE pertenece a la misma familia que la instalada en los dos anteriores modelos híbridos con el apellido del preparador alemán. Si en aquellos se trataba de la HPB 80, en este modelo se trata de la HPB 150, aunque en ambos casos emplean la misma tecnología y funcionan a 400 voltios. La característica diferencial de estas baterías, y que permite unas mayores tasas de carga y descarga, además de una elevada densidad de potencia, es su sistema de refrigeración. En su caso, sus celdas —1.200 para la HPB 150— están directamente sumergidas en un líquido no conductor de electricidad, lo cual permite que la batería trabaje a la temperatura deseada, en este caso, una media de 45 ºC.

Permite una potencia de carga de 3,7 kW en corriente alterna, pero lo más interesante en este concepto de híbrido enchufable reside quizá en su capacidad para regenerar energía durante las deceleraciones. En este sentido, el Mercedes-AMG S 63 E PERFORMANCE ofrece la posibilidad de seleccionar hasta cuatro niveles para esta recuperación de energía —van del 0 al 3—. En el nivel 0, el comportamiento del coche es equivalente al de un vehículo movido por un motor a combustión que circula con la transmisión desembragada. En el nivel 1, que se activa por defecto al encender el vehículo, la recuperación de energía ofrece unas sensaciones iguales a las de circular sin carga y con la marcha engranada en cualquier vehículo a combustión. Con el nivel 2, la retención provocada por su sistema de propulsión eléctrico es notable, y en el nivel 3 casi es posible la conducción a un pedal, aunque el coche no se detendrá por completo si no se pisa el pedal de freno. En esta última configuración se pueden alcanzar 90 kW de potencia de recuperación.

En el S 63 se utiliza nuestra propia y exclusiva batería de alto rendimiento, con una capacidad significativamente mayor que la conocida hasta ahora, lo que aumenta la autonomía eléctrica. La disposición híbrida de alto rendimiento con el motor de combustión en la parte delantera y la unidad de propulsión eléctrica en el eje trasero no sólo ofrece una experiencia de conducción superior, sino que también aumenta significativamente la eficiencia», ha comentado Jochen Hermann, director técnico de Mercedes-AMG GmbH

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Lujoso envoltorio y tren de rodaje deportivo

Exteriormente, destaca la calandra delantera propia de todos los modelos procedentes de Affalterbach, y sobre el capó encontramos el emblema de AMG en sustitución de la estrella de tres puntas, como viene siendo habitual en los últimos lanzamientos de Mercedes-AMG. También llama la atención el faldón delantero específico, provisto de grandes tomas de aire en los laterales, así como cortinillas de aire funcionales.

En vista lateral llaman la atención las llantas, que de serie son de fundición y de 20 pulgadas de diámetro, aunque pueden solicitarse unas llantas forjadas y de 21” en opción. Dejan ver unos discos de freno que son carbocerámicos y de considerables dimensiones —400 mm de diámetro los delanteros, por 380 mm de los traseros—, abrazados por pinzas fijas de seis pistones en las ruedas anteriores y flotantes de un pistón para las posteriores.

En el interior, apenas hay cambios respecto de otras versiones de la berlina de lujo de la marca alemana. Aparecen elementos propios de AMG, además de los mútiples distintivos con las tres letras, por supuesto, como los asientos específicos y un volante AMG Performance de serie, con diseño de radios dobles y botones integrados para controlar los programas de conducción y otras funciones. El sistema MBUX también presenta gráficos específicos para esta versión, que acompañan nuevas opciones de visualización relacionadas con su naturaleza híbrida y con los mencionados modos de conducción disponibles.

Como acabamos de apuntar, también cuenta con diferentes programas de conducción. Son hasta siete configuraciones diferentes, entre las que se encuentran varias opciones habituales en estos casos: un modo para circular solo con el propulsor eléctrico —hasta 140 km/h y 33 km por carga completa—, otro que permite conservar el porcentaje de carga de la batería para un uso posterior, una opción para situaciones de baja adherencia y el modo Confort, conectado por defecto al encender el vehículo.

Además del sofisticado sistema de propulsión, también hemos hecho todo lo posible con el chasis para conseguir el mayor equilibrio posible entre confort y dinámica de conducción. Por ejemplo, la combinación de la suspensión neumática, la dirección del eje trasero y la estabilización activa del balanceo están presentes por primera vez en una Clase S AMG», ha añadido Jochen Hermann, director técnico de Mercedes-AMG GmbH

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Además del modo Individual, para combinar cada parámetro a gusto del conductor, destacan también los dos modos deportivos —Sport y Sport+—, con ajustes a cada cual más dinámicos de los reglajes de su tren de rodaje, dirección y grupo motopropulsor. Cada uno de estos modos está asociado con una de las tres configuraciones concretas de su control de estabilidad, que además se pueden seleccionar independientemente a través de un mando en el volante.

Uno de los elementos que permiten tanta personalización de su comportamiento es su sistema de suspensión —AMG RIDE CONTROL+—, con muelles neumáticos y amortiguadores pilotados electrónicamente. Por otro lado, las barras estabilizadoras instaladas en sendos ejes son activas, estos es, modifican su resistencia a la torsión en función de cada situación concreta —más rígidas en curva, menos en recta—. Este sistema, denominado AMG ACTIVE RIDE CONTROL, se sirve de unos actuadores electromecánicos que separan cada una de las dos partes que constituyen las barras transversales de cada eje, y conlleva la instalación de una red eléctrica secundaria de 48 voltios. Además, incorpora de serie eje trasero direccional, aunque se conforma con un ángulo máximo de giro de 3 grados, frente a los diez que ofrecen otras versiones de la berlina. La velocidad a la que cambia el sentido de giro de estas es 100 km/h, aunque puede variar en función del modo de conducción elegido.

Como es habitual para la Clase S de Mercedes-Benz, buque insignia de la marca y, por qué no decirlo, también de la industria del automóvil en general, ofrece avanzadas soluciones tecnológicas. En este caso, destaca el sistema de conducción automatizada denominado DRIVE PILOT, que ofrece conducción de autónoma de nivel 3 gracias a la instalación de un lidar, el cual puede apreciarse escondido en la calandra en una vista frontal.

Desconocemos por ahora plazos para la llegada de las primeras unidades del Mercedes-AMG S 63 E PERFORMANCE a las carreteras, así como los precios. Suponemos que estará disponible en algún momento del año que viene y, si sirve de referencia, apuntamos que en su generación anterior, el modelo deportivo de la berlina de lujo de Mercedes-Benz se situaba en el entorno de los 180.000 euros.

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David García

No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.

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