Tres años y pico después del estallido del Dieselgate, está claro que Volkswagen quiere hacer una transición acelerada hacia la electromovilidad, aunque sin dejar de lado otras tecnologías que sean adecuadas para cada segmento. Están comprometidos 44.000 millones de euros en i+D que se van a repartir también en conducción autónoma, nuevos servicios de movilidad y la transformación de sus fábricas.
Del objetivo anterior de 10 millones de coches eléctricos para mediados de la próxima década, se pasa a 15 millones de unidades. El grueso de los nuevos modelos estarán basados en la plataforma MEB, que es el “equivalente” de la MQB para vehículos totalmente eléctricos. El desarrollo de esa primera oleada de 15 millones de unidades contempla una inversión de 11.000 millones de euros en un lustro, 9.000 de los cuales irá a la familia ID de Volkswagen. Por lo visto, la MEB no es la más adecuada para los modelos más pequeños, y ahí entra en juego SEAT.
El primer modelo de la MEB, el Volkswagen ID.(1), se empezará a fabricar en Zwickau (Alemania) a finales de 2019
La semana pasada se celebró en Wolfsburgo (Alemania) el comité de empresa mundial de Volkswagen AG. Entre otras cosas, salió de ahí el encargo para SEAT de desarrollar una plataforma pequeña, cuyo nombre temporal es Small BEV, que se aprovechará en otras marcas del Grupo Volkswagen. En un lenguaje sencillo, apunta a los sucesores de Volkswagen Up!, Skoda Citigo y SEAT Mii, los modelos más pequeños del catálogo.
Los sindicatos UGT y CCOO ya han transmitido la decisión a los trabajadores, según Europa Press. Aunque la plataforma se desarrolle en España, no significa necesariamente que vaya a materializarse en una fábrica nacional. Viendo la inercia de los acontecimientos, seguramente los checos reciban ese encargo.
En 2020 llegará el primer SEAT eléctrico, tal y como fue anunciado en marzo de este año, el cual tendrá una autonomía de 500 kilómetros y estará basado en la plataforma MEB. El mismo año también estará en el mercado la versión híbrida enchufable del León, que tendrá al menos 50 km de autonomía sin usar gasolina. La marca española obtuvo en 2017 un beneficio antes de impuestos de 281 millones de euros, y recientemente ha anunciado la fabricación de su unidad 10 millones en Martorell. Ahora SEAT vive su momento más dulce.
Por otro lado, la marca cumplirá otro hito que se le resistía, entrar al mercado chino con producción local, tras fracasar en el pasado el intento de traer coches desde Europa con una oferta potente en equipamiento y potencia, pero con el lastre de los aranceles de importación respecto a otras alternativas. Eso ocurrirá en 2021. La colaboración con los chinos va más allá.
Esta semana se ha puesto la primera piedra de un centro tecnológico en Hefei, que trabajará para Volkswagen, SEAT y la joint-venture con JAC. Trabajarán en electrificación, conectividad y conducción autónoma. Es el primer resultado tangible desde que se firmó el acuerdo de este año entre las tres empresas, con la presencia del presidente chino, Xi Jinping, y el español, Pedro Sánchez.
China va a ser uno de los principales mercados para los modelos de la ofensiva eléctrica de VAG. En los próximos dos años se van a lanzar comercialmente 30 modelos alternativos electrificados en China, la mitad se van a producir allí. Para 2020, el volumen esperado es de 400.000 unidades, y en 2025, de 1,5 millones de unidades.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.COMENTARIOS