Los ricos también lloran, aunque a veces eso no se ve a simple vista. El truco para saberlo es analizando su nivel adquisitivo y las últimas compras que han realizado y esto lamentablemente también ha afectado a la industria de la automoción y se ve reflejado en las decisiones que toman ciertas marcas. Una de ellas es la de Mercedes-Benz, que han tenido que optar por reducir significativamente su nivel de producción del Mercedes Clase S, especialmente por unos datos de ventas que son terroríficos para una clase que está destinada para esos propietarios que tienen más dinero.

No es ningún secreto que en la firma de la estrella tenían una gran preocupación por lo que podría suceder en el primer semestre del año con su máximo exponente y es que durante los tres primeros meses del año las ventas llegaron a caer en un 37%, situándose solo 16.900 unidades. No obstante, los últimos datos que se han facilitado son más alarmantes y preocupantes, al menos desde fuera. Desde la marca no han querido facilitar toda la información y es que en este segundo trimestre cayeron un 23% las ventas combinadas de la Clase S, EQS, EQS SUV y GLS; dicho de otra manera, esto se traduce en unos 33.400 coches.

En los últimos meses, se ha rumoreado mucho sobre lo sucedido con estos modelos y es que se ha llegado a comentar que podrían cortar de raíz todos los problemas que tenían con esta clase dejándola de producir directamente. Lamentablemente, estos rumores se han confirmado, aunque con algunos matices. En Mercedes no les ha quedado más remedio que paralizar parte de su línea de producción del modelo de tope de gama. Así lo ha admitido un portavoz de la empresa a Automobilwoche, que ha confirmado que el Clase S se producirá en un solo turno en la factoría 56 en la planta que tienen en Sindelfingen.

Las alarmas ya han saltado entre los trabajadores de esta línea de producción y es que han sido ellos los que han reconocido que esta planta de montaje estaba infrautilizada por la fuerte caída de las ventas que ha sufrido. En ese sentido, se ha podido conocer que desde la planta se estaría evaluando una redistribución del plan de trabajo para que sea productiva y eficiente, reconociendo que podían trabajar en distintos turnos con varios modelos.

La preocupación se ha externalizado a otros elementos de la cadena, como es el caso de un proveedor de componentes de piezas del interior del coche, que ha destacado que si se corta la producción sería una “catástrofe”. Eso sí, a los trabajadores no les ha afectado tanto, al menos de momento, que desde Mercedes han indicado que tras la vuelta de vacaciones pasarán a ocupar otras funciones en la producción de dicha planta, en la cual se fabrica también el EQS eléctrico.

Se trata de una mala noticia se mire como se mire para el sector y es que el Mercedes Clase S se ha situado rápidamente desde su lanzamiento como la referencia en ese segmento, especialmente por incorporar toda la tecnología más sofisticada, ya sea con sistemas de asistencia a la conducción con nuevos elementos de infoentretenimiento. Ahora, es momento de analizar lo que ha supuesto este cambio en la tendencia del mercado y todo hace pensar que el interés por los SUV y los coches eléctricos han perjudicado a estos modelos que son especialmente caros.

Con esta complicada situación, se puede llegar a dudar sobre la estabilidad del sector y en especial para la marca de la estrella. El Clase S actual se encuentra en mitad de ciclo y lo habitual es que llegue en breves una actualización, que en este caso se está invirtiendo mucho más dinero de lo habitual en esta clase de renovación.

En Mercedes quizás le están dando una última oportunidad a un modelo que es histórico para ellos y no es para menos si se tiene en consideración los altibajos que se están produciendo con este segmento. En ese sentido, es bastante probable que estén aprovechando que seguirán produciendo esos motores de combustión a partir de 2030, por lo que quizás estén optando por ver como se mueve el sector antes de tomar una decisión definitiva.

Sea como sea, en la firma alemana tienen otro ojo puesto en sus rivales más directos, como son Audi o BMW que han tenido que hacer malabares para llegar a cumplir con las necesidades de sus clientes. Ahora, todas las miradas están puestas en lo próximo que harán, especialmente si se tiene en consideración los cambios en las peticiones de los usuarios finales.