El Ren RS no es un coche de lo mas conocido, y menos aún su fabricante Techrules, aunque siguen intentando darse a conocer, presentando prototipos en el Salón de Ginebra desde el año 2016. Y este año no va a ser una excepción, con la presentación de este supercoche de carreras. Esta compañía, con sede en Pekín (China), se dedica a fabricar componentes para automóviles eléctricos, teniendo una fuerte orientación hacia i+D. Por esto mismo, se dedican a crear prototipos funcionales, ya que necesitan llevar a la práctica lo que en la teoría parece que funciona. Los que alguna vez nos hemos dedicado a esto, sabemos lo largo y difícil que es ese camino, aunque en la teoría no lo parezca.
Pasando al vehículo, solamente nos han dejado con una imagen cenital, esta que veis en cabecera. Se trata de un monoplaza, estilo LMP, basado en el prototipo Ren presentado el año pasado también en Ginebra. De sus diseñadores seguro que os suena el apellido: Giorgetto y Fabrizio Giugiaro, padre e hijo unidos en un mismo proyecto, algo grande. De esos lápices han salido diseños increíbles para multitud de marcas, entre las que destacan Ferrari, Lamborghini, Alfa Romeo, Lancia o Fiat. Puesto que se trata de un vehículo únicamente destinado al circuito, la preparación y el ajuste fino lo han dejado en manos del especialista turinés L.M. Gianetti.
Pasando a la planta motriz, aquí llega lo interesante: consta de 6 motores eléctricos (2 delante, 4 atrás) con una potencia máxima de 960 kW (1.287 CV), propulsados por una batería de 28 kWh y, atención, una turbina alimentada por gasóleo. Si querido lector, has leído bien, una turbina como la de los aviones comerciales, pero en miniatura. Lo llaman TREV (Turbine-Recharging Electric Vehicle) y sirve para mover un generador que a su vez recargue la batería. Es decir, un extensor de autonomía, como el BMW i3 REX o el Opel Ampera. El concepto es muy parecido a lo que ya intentó Jaguar con su C-X75, un híbrido con dos microturbinas de gas que recargaban las baterías; o el Project 1221 de algunos años atrás.
La turbina gira a unas 96.000 RPM, unida a su vez al generador eléctrico, y trabajando siempre en su punto óptimo. Las turbinas por lo general disponen de un rango de giro limitado a una zona muy estrecha de revoluciones, donde su rendimiento es bueno. Por este motivo han fracasado algunos proyectos anteriores, donde los vehículos intentaban ser propulsados directamente por una turbina unida a algún tipo de convertidor de par. El pionero fue el Chrysler Turbine del año 1962. Hay algún video circulando por internet donde puede verse, y se aprecia el lag desde que el conductor acelera, hasta que la turbina llega a las revoluciones necesarias para proporcionar el empuje para que el coche avance. En el caso del Ren RS, puesto que no hay conexión directa entre la turbina y las ruedas, su funcionamiento como simple extensor puede tener un buen rendimiento. El peso del conjunto de la turbina ronda los 100 kg.
En cuanto a prestaciones y según los datos que facilitan, puede alcanzar los 100 km/h en 3 segundos y llegar hasta los 330 km/h. La autonomía que declaran es de 1.170 km, con las baterías cargadas y su tanque de 80 litros repletos de gasóleo.
Puesto que se trata de una empresa de ingeniería, es fundamental crear alianzas con otras compañías donde poder aplicar sus productos. De hecho, tienen acuerdos con una empresa fabricante de autobuses eléctricos y otra dedicada al equipamiento ferroviario.
Esta es una fase emocionante en el crecimiento de Techrules, a medida que crece nuestra reputación al compartir el amplio conocimiento y la experiencia que tenemos utilizando turbinas para ofrecer una autonomía sin precedentes en vehículos eléctricos. Estamos desarrollando innovaciones técnicas propias para ofrecer eficiencia y rendimiento mejorados en una amplia gama de aplicaciones, y con un impacto ambiental muy bajo.
– Matthew Jin, Director Técnico
Ante estas declaraciones, yo me pregunto: un vehículo que consume 6,8 l/100 km de gasóleo, ¿es de bajo impacto ambiental? Personalmente, lo dudo. Que dispongamos de baterías y de motores eléctricos, en un vehículo que depende en un 85% del gasóleo, no significa que sea ecológico y de impacto ambiental bajo. En cualquier caso, puede ser una tecnología-puente interesante para el transporte por carretera, hasta la completa electrificación. Aunque para esta función, yo apostaría por la pila de hidrógeno.
En cuanto a precios o disponibilidad aún no tenemos datos, así que tendremos que esperar hasta su presentación.
Pablo Mayo
Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.COMENTARIOS