Manta, Kadett, Corsa y Astra ya fueron dignos de recibir la insignia GSi, lo que dentro de Opel significa la versión más deportiva del modelo en cuestión…hasta que llegó OPC en 1999, con el primer coche de calle aún más deportivo que el GSi. Ahora nos llega desde Rüsselsheim la versión deportiva de su berlina familiar, el Opel Insignia GSi, que es 12 segundos más rápido que el antiguo OPC dando una vuelta en Nürburgring ¡a pesar de ser menos potente!
Esto no quiere decir que no vaya a existir renovación en el modelo más radical de la gama. De hecho, se espera que Opel lo anuncie este mismo año. Vamos a echar un vistazo para ver qué nos ofrece este nuevo modelo.
Motor
Los propulsores que Opel ha incluido en la gama GSi son un gasolina y un diésel, ambos de cuatro cilindros. El primero es un 2.0 turbo de inyección directa, que rinde 260 CV a 5.300 RPM y posee 400 Nm de par entre 2.000 y 4.000 vueltas. El diésel es también 2.0, pero en este caso incorpora dos turbos, ofreciendo 210 CV a 4.000 RPM y 480 Nm de par desde 1.500 vueltas. Ambos cumplen con la normativa Euro 6. Con estas cifras es más que suficiente para realizar una conducción alegre y divertida, sin ser demasiado radical.
El Insignia OPC de generación previa tenía un V6 turbado con 325 CV de potencia, pero superaba las 2 toneladas en orden de marcha
Con cualquiera de los dos motores solamente tenemos disponible una caja de cambios automática de 8 velocidades, con levas en el volante, para poder seleccionar la marcha si queremos realizar una conducción más inmersiva.
Chasis
El chasis es tal vez lo más llamativo que ofrezca el Insignia GSi, por un precio razonable. Al ya conocido esquema de suspensión delantera McPherson con mangueta desacoplada (HyperStrut), y suspensión trasera multibrazo, Opel ha añadido a esta versión algunas cosas realmente interesantes, incluyendo una rebaja de altura de 10 mm.
Monta de serie el paquete FlexRide, que consta de amortiguadores adaptables electrónicamente (los CDC de ZF Sachs) que se regulan de manera constante según los parámetros que detecte la centralita electrónica de aceleración de la rueda respecto al chasis; y la posición del selector de usuario, ya que se puede elegir entre Standard (modo por defecto), Tour (más confortable) y Sport (más deportivo). Aparte de la suspensión, el sistema regula la respuesta del acelerador, la dureza de la dirección y la caja de cambios automática.
Tal vez lo más interesante de todo sea su tracción total. Al ser originalmente un tracción delantera con motor transversal podemos pensar que monta lo de siempre: un embrague Haldex para pasar la tracción a las ruedas traseras, pero no es así. En este caso, los ingenieros del Insignia GSi se han decantado por el diferencial GKN Twinster, el mismo empleado en el Focus RS, y que posee unas cualidades realmente particulares.
En vez de pasar potencia al árbol de transmisión central solamente cuando hay deslizamiento en las ruedas delanteras, a modo de diferencial central y dejando atrás un diferencial abierto, GKN opta por enviar continuamente par a este árbol mediante un engranaje hipoide, dejando la transmisión del par a las ruedas en manos de dos embragues multidisco controlados electrónicamente, uno para cada rueda trasera. De esta manera se puede realizar un control vectorial del par trasero para varias funciones.
Una de ellas es eliminar el subviraje, ya que la centralita controla las aceleraciones de guiñada, y puede mantener un comportamiento neutro, o incluso sobrevirador, enviando más par a la rueda trasera exterior. De este modo podemos emular en cierta medida las sensaciones de conducir un propulsión trasera. Otra función puede ser el modo Drift, que ya emplea el de Ford. Si queréis disfrutrar de algo similar en el Insignia GSi, dispone del modo “Competición”, el cual desactiva el control de tracción, y el ESP nos permite ciertos niveles de derrape sin que entre en acción. Os dejo un vídeo por si queréis saber cómo funciona este diferencial activo con mayor detalle.
Carrocerías y equipamiento
En este caso, la variante deportiva se ofrece en la carrocería sedán, llamada Grand Sport y familiar, con el Sports Tourer. En ambas podemos elegir cualquiera de los dos motores, y mantendremos tanto el paquete FlexRide como la tracción total.
Lo más destacable de su equipamiento tal vez sean los faros matriciales IntelliLux LED® de 32 segmentos, capaces de iluminar con las luces largas continuamente a 400 metros, creando zonas de sombra para no deslumbrar a los conductores. Si queréis profundizar en cómo funcionan, podéis leer nuestro artículo sobre sistemas de iluminación.
Otro detalle a destacar es que Opel ha diseñado y fabricado unos asientos específicos para esta versión, dotándoles de mayor deportividad, pero también de mucho confort, sin olvidar la calefacción, la ventilación, el masaje, o las múltiples regulaciones eléctricas. Aún con todo esto, han conseguido realizar un asiento 2 kg más ligero que el que montaba el Corsa OPC. Constan con la certificación AGR -ya habitual en Opel- y están disponibles en cuero marrón o negro.
Aparte de esto, tenemos más equipamiento, como por ejemplo: el capó activo de aluminio, la cámara frontal con detección de peatones y frenada automática, asistente de mantenimiento de carril con corrección automática de la dirección, indicador de distancia de seguridad, control de velocidad de crucero adaptativa, pantalla de proyección Head-Up display y cámara de 360°. Sin olvidarnos de la conectividad OnStar, y el navegador compatible con Apple CarPlay y Android Auto, también de serie.
Vamos, que viene full equipe.

Prestaciones y consumos
En cuanto a prestaciones, ambas versiones están muy parejas, penalizando la versión familiar por su aumento de peso de 33 kg en la versión gasolina (1.683 frente a 1.716 kg) y de 35 kg en su versión diésel (1.772 frente a 1.807 kg). Como vemos no son muy ligeros, pero hay que tener en cuenta todo el equipamiento que montan.
Como decíamos, la berlina gasolina hace el 0 a 100 km/h en 7,2 segundos, siendo su versión diésel 0,7 segundos más lenta. La versión familiar consigue llegar a 100 km/h en 7,4 y 8,0 segundos, para el gasolina y diésel respectivamente. Ojo, el Insignia OPC era más rápido en aceleración en línea recta, aunque sea menos eficaz en circuito. En cuanto a velocidad punta, la berlina gasolina alcanza 250 km/h, mientras la diésel llega a 233 km/h. El familiar llega a 245 y 231 km/h respectivamente. El Insignia OPC lograba alcanzar los 270 km/h en el caso más favorable (gasolina, sedán, manual) en su versión “Unlimited”.
Los consumos son de 8,6 l/100 km para el Grand Sport gasolina, mientras en su versión diésel consigue 7. Su hermano familiar aumenta ambos en 0,1 l/100 km. El ahorro en caldo respecto al anterior V6 parece evidente, en homologación 2 litros menos hablando de gasolina, y en diésel, el salto es notoriamente superior. Lástima que este no lo ofrezcan con GLP, sería un puntazo.
Precio y disponibilidad
Ya está disponible en nuestro país, partiendo de 45.500 euros el modelo GSi Grand Sport gasolina, siendo el Sports Tourer 1.200 euros más caro. En cuanto a las versiones diésel, están disponibles desde 46.400 euros la berlina, por 47.600 euros del familiar. En este sentido no convence lo mismo, ya que el Insignia OPC estaba por debajo de 40.000 euros en la versión berlina y sedán (manuales), el familiar costaba un poquito más.
Es un segmento de precios muy competido, donde marcas como Volvo, Jaguar, BMW, Audi, DS, Kia o Infiniti tienen variantes igualmente con tracción total y caja automática. Aunque a los que hemos conducido un GSi siempre nos tirarán estas siglas.
Pablo Mayo
Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.Muy bien por la tracción, los espectaculares asientos y el look deportivo que le han añadido. Pero en números te deja algo frío. No destaca nada en aceleración o consumos frente a la competencia.