El BMW M3 CS Touring es el coche más estúpido de cuantos se han puesto de largo en los últimos años. Sí, he dicho estúpido. Piénsalo bien; es un coche teóricamente familiar, pero ultra potente, radicalmente deportivo y, para colmo, ahora se ha aligerado para que sea todavía más rápido. No tiene sentido, es la tontería más grande que ha hecho BMW… ¡Es genial! Es el coche familiar que tendría en mi garaje si mi cuenta corriente me permitiera comprarme algo así.
Seamos sinceros desde el primer momento. Los aficionados al automóvil no somos muy lógicos cuando de coches se trata. Cuando nos gusta algo, no nos importa las pegas que pueda tener y somos capaces de sufrir lo necesario con tal de disfrutarlo. Y he usado la palabra “sufrir”, porque un deportivo, por el centro urbano de una gran ciudad, en plena hora punta, se sufre, al igual que se sufre un chasis radical cuando vas con la familia “de paseo”.
El M3 CS Touring es un coche, sin lugar a dudas, se sufrirá. Todos conocemos las versiones CS de la firma alemana, ¿verrdad? Son radicales, demasiado para siquiera haber pensado en aplicarla la fórmula sobre una carrocería familiar. Sin embargo, ahí está, como en la marca alemana quisieran resarcirse o buscarán poner en entredicho a la especialista en familiares cañeros: Audi. La antigua Auto Union, desde que lanzaran el Audi RS2, ha presumido siempre de que sus versiones más deportivas, las RS, se articulaban sobre carrocerías familiares. No obstante, aunque rápidas como alma que lleva el diablo, nunca fueron especialmente radicales.
Es ahí donde BMW ha querido hacer pupa, en demostrar que no lo habían tenido hasta ahora porque, simplemente, no habían querido. Me recuerda al lanzamiento de la BMW S1000 RR, una moto que se convirtió, desde el primer momento, en la Superbike más potente del mercado empleando las mismas armas que los japoneses y quedó claro que no lo habían hecho antes porque no habían querido. Ahora parecen hacer lo mismo con los familiares deportivos; primero el BMW M3 Touring, luego el BMW M5 Touring y ahora, la variante más radical del primero, el M3 CS Touring. ¿Vendrá después el M5 CS Touring? No estaría nada mal ver como adelgazan semejante ballenato…
Con cara de pocos amigos
Por más que miro las fotos, no logro encajar el dichoso frontal con esas enormes aberturas. No me gusta, me resulta un tanto deforme y me fastidia, porque hay cosas que si me gusta, y mucho, de la imagen que desprende este M3 CS Touring. Hay una imagenes en las que aparece el coche cruzado y me encantan la musculatura que se aprecia: aletines ensanchados, ruedas “gordas”, un splitter frontal bastante grande… Visto desde atrás no hay tanto drama con diseños peculiar, pues se ve como un BMW de toda la vida, algo que, al menos yo, agradezco. Me gustan todos los BMW “viejos”, generación Bangle incluida y en el nuevo M3 Cs Touring se muy radical.
La Serie 3 es, quizá, el BMW más BMW de todos, el único que, por el momento, no ha perdido la vieja esencia de la marca y solo en su versión más deportiva adopta ese frontal tan polémico y que, por si alguien no lo sabe, les ha otorgado muchas ventas. Pero, obviando la calandra, el resto es más que sugerente. Las llantas, de diseño muy complejo, le sientan la mar de bien y permiten apreciar los enormes frenos; son tan grandes que la pinza apenas tiene sitio. El splitter, la carcasa de los espejos, los bajos de caja, el difusor… todo es nuevo y, por supuesto, fabricado con fibra de carbono.
El aspecto es claramente amenazador, potente, radical. Me gusta. Como he dicho antes, no me importaría tener uno en el garaje, incluso con ese feo frontal –sí, lo he repetido varias veces, pero, lo siento, ¡no me gusta nada de nada!–. Y en el interior encontramos más de lo mismo, aunque en este caso, hay más cosas que no me gustan, como la insidiosa manía de no poner botones físicos. De todas formas, los asientos son tremendos, al menos visualmente y, no tengo dudas, también funcionalmente.
Mucha fibra de carbono, más potencia, puesta a punto específica…
Pero el BMW M3 CS Touring, como cabe esperar, no es solo imagen, también esconde mejoras en el apartado técnico, o más que mejoras, tendría que decir adaptaciones para hacerlo más rápido tanto en recta como en curva.
Se han aplicado cambios en la suspensión adaptativa, en los frenos, en la dirección y en el control de estabilidad. Se han implementado configuraciones para pilotar en circuito –¡¡un familiar para rodar en circuito!! Habrase visto… –, se monta diferencial trasero M activo, se mantiene, por supuesto, el modo de propulsión que desactiva el control de estabilidad y hasta se ha modificado el sistema que produce sonido en el habitáculo para proporcionar una mayor emoción a la conducción; sistema, por cierto, que bien podrían evitarse si pusieran menos aislamiento –es una versión deportiva, por favor, el sonido mecánico tiene que ser natural, no artificial–.
Con respecto al motor, los turbos generan más presión de sobrealimentación –hasta 2,1 bares– y permiten anunciar 20 CV adicionales, hasta 550 CV. El par también se beneficia de un aumento y ahora alcanza los 650 Nm entre 1.750 y 5.950 revoluciones. Y por si fuera poco, el motor puede girar hasta las 7.200 revoluciones. ¿Resultado? 0 a 100 km/h en 3,2 segundos, 0 a 200 km/h en 11,4 segundos, el 80 a 120 km/h se hace en 2,7 segundos en cuarta, mientras que en quinta lo completa en 3,5 segundos, y si te esmeras con el acelerador, puedes poner este familiar a 300 km/h.
Todo ello vestido con un capó, splitter, tomas de aire delanteras, carcasas de los espejos laterales y un difusor fabricados con CFRP –Carbon Fiber Reinforced Plastic, plástico reforzado con fibra de carbono–. En el interior también hay mucho CFRP en los asientos, las levas del volante, molduras decorativas…
No sabemos el precio del BMW M3 CS Touring, pero realmente no me hace falta, sé que no me lo podré comprar. Si tu caso es diferente, deberás saber que las entregas comenzarán en marzo de 2025.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS