Los ricos, o mejor dicho, los “megaricos”, no entiende de crisis ni de penurias. Mientras el resto de mundo se muere de hambre, ellos amasan más fortuna que luego, invierten en vivir a lo grande o en caprichos, a veces, de lo más hortera. Y es que una cosa es clara, el dinero no te da el buen gusto ni la humildad, más bien parece adormecer los sentidos y solo permitirles funcionar cuanto más ostentoso sea lo que tienen delante.

Pero no vayamos a centrarnos en esas banalidades que, al fin y al cabo, serán tal cual son por toda la eternidad, pues el exceso de dinero y fama, endiosa y vuelve idiota a la gente. Nos vamos a centrar en lo que se puede conseguir con mucha cantidad de dinero, pero con un gusto por lo estético y por los detalles mucho más comedido y, si se nos permite decirlo, mucho más acertado. Además, nuestro protagonista es un Rolls-Royce y por lo general, personalizar un Rolls no suele ser sencillo, la marca ya ofrece las suficientes posibilidades como para sacar de fábrica un coche único en el mundo y a eso, por supuesto, debemos sumarle que se trata de un coche que busca la opulencia de una forma elegante y hasta cierto punto discreta.

 

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El tuning es un sector que, en ocasiones, se menosprecia un poco. En España tenemos una imagen un tanto turbia del mundo del tuning, no en balde, durante muchos años, estuvo relacionado con ciertas tribus urbanas siempre envueltas en polémicas, pero el mundo del tuning ofrece unas posibilidades espectaculares y en algunas partes del mundo, tienen una importancia enorme. Además, la inversión que realizan algunas empresas es muy grande, una inversión que no solo se dedica a la fabricación de las piezas, también al diseño y desarrollo, porque un “buen tuning”, no es simplemente cambiar piezas o poner masilla –un buen tuning no lleva masilla… –.

Hay empresas como Novitec gastan mucho dinero en desarrollar componentes que encajen perfectamente en los coches a los que van destinados, usando los mismos anclajes de origen. Y mencionado a Novitec porque es la empresa que ha diseñado y fabricado el paragolpes que monta el Rolls-Royce Ghost negro satinado que han creado en el taller Boden AutoHaus, situado en el condado de Orange, en California –Estados Unidos–.

La verdad es que no hay mucha información al respecto, tan solo el mencionado paragolpes, la pintura negro satinado –¡y mate!– y que monta unas llantas Forgiato también pintadas de color negro, junto con la publicación de las fotos en la cuenta de Instagram. Al menos, podemos ver que todavía hay quien tiene un gusto acertado, o al menos muy parejo al nuestro, para modificar un coche como el Rolls-Royce Ghost y no hacer una horterada horrible.

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