Tesla es el fabricante abanderado de la electrificación, pero también del software controlado desde la propia fábrica. Un Tesla es como un teléfono móvil con ruedas, puede recibir multitud de actualizaciones que se descargan y se instalan desde la nube aunque, al contrario que en el teléfono móvil, aquí las actualizaciones no son gratis, más bien lo contrario.

El caso es que igual que se puede actualizar en remoto, también se puede desactualizar. Es decir, se puede instalar una nueva función en el ordenador del coche cuando queramos, pudiendo quitarla igualmente cuando queramos o, como el caso que nos ocupa, cuando quiera Tesla Motors.

Un usuario se compró un Tesla Model S de segunda mano en un concesionario, procedente de una subasta de la propia Tesla. El coche teóricamente contaba con el “piloto automático mejorado” y con el “modo de conducción autónoma completo”, tal como indican los documentos del vehículo. Cuando el concesionario enseñó la unidad al usuario, tuvieron problemas con los mencionados asistentes, pero pensaron que sería un pequeño problema que sería corregido en la siguiente actualización. Sin embargo, no era como ellos pensaban, dichas funciones antes mencionadas habían sido desactivadas por Tesla en remoto.

La historia se ha publicado en Jalopnik, que además adjunta varios documentos sobre el suceso y aclara algunos puntos. Para empezar, Tesla informó al usuario que no había pagado para poder contar con dichas actualizaciones, diciendo que si estaba interesado no habría problema en comenzar con el proceso de actualización, acción que conlleva la nada despreciable cifra de 8.000 dólares, unos 7.368 euros.

Como bien plantean en Jalopnik, el dilema viene porque el usuario compró el coche en base a unas características que presentó el concesionario, que por su parte, compró la unidad directamente a Tesla. Si el cliente compró ese coche con unas funciones instaladas, ¿cómo se entiende que no pagara? Se trata de actualizaciones de pago único, no de suscripciones y por tanto, una vez abonado su coste e instaladas, ¿qué más hay que pagar?

En la subasta inicial y en los documentos que tenía en su poder la concesión que vendió la unidad, no se comenta nada sobre este respecto y Tesla realizó una auditoría en remoto del coche cuando este ya estaba en manos de su propietario y sin avisar con anterioridad. Según parece, este suceso no es aislado, otros usuarios se han visto afectados por cosas similares.

Lo ocurrido ha creado mucha controversia, pues deja una clara sensación de desprotección. Parece ser que en el futuro, cuando compremos un automóvil con actualizaciones, dichas funciones no nos corresponderan pudiendo desactivarlas desde la fábrica y cobrarnos por ellas cuando el fabricante crea oportuno. Es como si a cualquier otro coche comprado de segunda mano, viniera un equipo técnico a quitarle el climatizador por no haberlo pagado.