Hace muy poco, BMW nos mostró el nuevo Z4 con cambio manual, una versión para puristas –puristas modernos, obviamente– que ha conseguido llamar la atención de todos los fanáticos a los coches, o casi. Esto se debe, como podrás imaginar, al hecho de montar una caja de cambios manual, un mecanismo que está en claro proceso de desaparecer. Y no se trata de una habladuría o de una sensación general, la caja de cambios viaja hacia su final desde hace tiempo. Mercedes ya dijo que no tendría más modelos con transmisión manual, Toyota hace tiempo que solo ofrece coches con cambio automático –a excepción de tres y siempre muy deportivos: el GR Yaris, el GR86 y el GR Supra–, en VAG, por poner un ejemplo más, también empiezan a escasear los cambios con tres pedales, con especial mención al Volkswagen Golf GTI y así podríamos tirarnos un buen rato enumerando fabricantes.

Parte de culpa del adiós del cambio manual la tiene la obsesión por ofrecer vehículos muy eficientes y altamente eficaces. El cambio automático, al contrario que el manual, se puede combinar con una gestión electrónica que, en contacto directo con el ordenador central, pueda explotar todas las bondades del sistema de propulsión en pos de, según necesidades y objetivos del modelo, potenciar la eficiencia o la eficacia. Es más, actualmente solo se tiene en cuenta eficiencia y eficacia, y cuestiones como la pasión, la diversión o las sensaciones han quedado a un lado. Entendemos que hay casos en lo que interesa más una buena eficiencia –utilitarios, coches familiares… –, pero cuando hablamos de deportivos “de calle”, las sensaciones deberían ser la principal baza. Sin embargo, no ocurre así y lo que cuenta es tener el coche más veloz en Nürburgring aunque solo lo uses para ir a comprar el pan.

Otro apartado que afecta a la presencia de las cajas de cambio manuales es la gestión de los sistemas ADAS, los asistentes de seguridad. Es evidente que, como en el caso de la eficiencia y la eficacia, la gestión de estos sistemas es mejor cuando se instala una caja de cambios automática. Y como la normativa es cada día más intransigente y finalmente nos obligará a viajar en coches robotizados, la caja de cambios manual parece no tener hueco en el mercado.

Son productos divertidos, pero seamos honestos, los volúmenes de ventas son cada vez más pequeños. Por lo tanto, ya no tiene sentido desarrollarlos”, Frank Weber, miembro de la junta directiva de BMW

La cuestión es que quienes disfrutan del cambio manual tendrán que echar un vistazo al mercado de segunda mano, o bien, adaptarse a lo disponible, pues las cosas se van a poner muy feas. Y lo dicen desde BMW, que ha dejado claro que no habrá más BMW con cambio manual, los clientes prefieren cambio automático y por ello, dejarán de lado el tradicional juego de tres pedales y selector en H. Y no ha sido cualquiera, ha sido Frank Weber, miembro de la junta directiva de BMW quien, durante una entrevista con la revista italiana Quattroroute, ha comentado que “no habrá versiones con cambio manual, ni siquiera para modelos especializados como los de la división ///M. Así que si quieres un ///M manual, debes comprarlo ahora”.

Son declaraciones que, sumadas a las que ya ofreció el señor Dirk Hacker, jefe de desarrollo de BMW ///M en verano de 2023, nos confirman lo que muchos ya pensaban: el cambio manual morirá con el actual BMW M2. Y según Weber, tiene toda la lógica del mundo. Los clientes viajan entre 25.000 y 30.000 kilómetros al año y no quieren pasar los atascos cambiando de marcha. Eso provoca que el cambio manual haya quedado relegado a los mercados de nicho, donde las ventas son limitadas y no justifica el desarrollo de dichas transmisiones. Es decir, estamos ante una decisión donde los costes tienen todo el peso.