La electrificación llega por fin a la gama del Land Rover Defender, para más crispación de los puristas. La firma británica acaba de sacar a la luz el nuevo Land Rover Defender P400e híbrido enchufable y un nuevo propulsor diésel con hibridación suave que además, ofrece tres versiones diferentes.

Era cuestión de tiempo que el grupo propulsor híbrido enchufable de Land Rover se pusiera bajo el capó del nuevo Defender. Es la forma más sencilla de rebajar emisiones en coches tan pesados y con una aerodinámica como la que tienen estos coches. Además, la mecánica ya está ahí,tan solo hay que adaptar algunos detalles y trabajar en la electrónica. De hecho, la electrónica se lleva gran parte del presupuesto de desarrollo en los coches actuales.

Respecto al diésel micro híbrido, se trata de un nuevo grupo motor y no el equipado en los Ranger Rover Evoque y Land Rover Discovery. En estos hablamos de un tres cilindros de 1.5 litros y en el nuevo Defender tenemos un propulsor con el doble de cilindros, es decir, seis. Lo bueno es que estos motores podrían ir a parar bajo el capó de los modelos de Jaguar y dar así un empujón a sus ventas.

Land Rover Defender P400e

400 CV y 43 kilómetros de autonomía eléctrica

Cuando se presentó el nuevo Land Rover Defender ya se adelantó que contaría con un grupo propulsor híbrido enchufable, así que su puesta de largo no supone ninguna sorpresa. Tampoco lo es que se haya escogido el bloque electrificado que mueve al Range Rover, una unidad compuesta por un gasolina de cuatro cilindros turbo con dos litros de cubicaje capaz de rendir 300 CV, combinado con un motor eléctrico de 142 CV alimentado por unas baterías de 19,2 kWh. En conjunto la potencia llega a 398 CV (404 PS) mientras que el par es de 640 Nm.

Se posiciona de esta manera como una de las versiones más potentes de la gama, pero también como uno de los que menos consumen (siempre que se cargue las baterías con asiduidad). La marca anuncia un consumo medio de 3,3 litros cada 100 kilómetros, con unas emisiones de 74 gramos de CO2 por kilómetros, todo según ciclo WLTP. Las baterías permiten recorrer hasta 43 kilómetros sin necesitar que el motor de combustión se ponga en marcha, mientras que la presencia del motor eléctrico ayuda a completar el sprint en 5,6 segundos y a remolcar hasta 3.000 kilos. Además, puede circular con el motor eléctrico incluso usando la reductora, algo que será bienvenido cuando no se circula por asfalto.

Para cargar las baterías se cuenta con cargador Modo 3 ubicado en el lado izquierdo del coche, dejando el Modo 2 como opcional. Este Modo 3 permite cargas al 80 % en dos horas (el Modo 2 necesita hasta siete horas), mientras que usando un cargador de 50 kW, se puede conseguir el 80 % de la carga en 30 minutos.

De serie también contará con llantas de 20 pulgadas y suspensión neumática de control electrónico, pero solo estará disponible con la carrocería larga, el Defender 110.

Land Rover Defender D300

Diésel con hibridación suave y tres niveles de potencia

Para los que no quieran los 400 CV del híbrido enchufable, pero quieran la etiqueta ECO, el Land Rover Defender también estrena un nuevo bloque diésel con micro hibridación. Se trata del seis cilindros Ingenium al que se añade un sistema de hibridación suave de 48 voltios, que se podrá elegir con tres niveles de potencia.

Este nuevo motor comienza su gama con el Defender D200, que como su nombre indica rinde 200 CV y 500 Nm. El siguiente en la gama es el D250, que pone a disposición 250 CV y 570 Nm de par. En el último escalón está el D300, con 300 CV y 650 Nm de par, que se posiciona como uno de los motores más interesantes de la gama.

Todos ellos van unidos a un sistema de tracción total, que estrena un nuevo sistema de transmisión inteligente que varía el par entre los ejes, según la información recibida de diferentes sensores y que abarca desde el ángulo de las ruedas, la velocidad a la que se circula o según las condiciones del terreno.

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Land Rover Defender P400e

Land Rover Defender diésel MHEV