En 2016 se comenzó a clasificar el parque automovilístico español en función de la tecnología y de la normativa Euro para la que fueron homologados. Eso es la teoría, en la práctica se aplican unas fechas de corte y vehículos que cumplían la norma por adelantado han sido clasificados injustamente como de un nivel inferior. Pero eso es otro tema.

El etiquetado ECO se concede a todos los vehículos ligeros e industriales ligeros que tienen algún tipo de hibridación, funcionan con gas (GLP o GNC) o recorren al menos 40 kilómetros sin producir emisiones. Además, deben cumplir las condiciones para recibir la pegatina “C” o verde, es decir, Euro 4 gasolina, o Euro 6 para vehículos ligeros o Euro 4 para motocicletas y ciclomotores.

Ahora bien, en la viña del señor hay híbridos e híbridos. Legalmente es tan híbrido un Toyota Yaris 1.5 (híbrido puro) como un Audi Q8 3.0 TDI con el sistema de 48 voltios (semihíbrido ligero). La diferencia entre un coche y otro, además de la obvia, está en que uno emite el doble de dióxido de carbono (CO₂) que el otro, además, el Yaris tiene un papel de la parte eléctrica mucho más importante que el Q8. Ambos tienen el distintivo ECO.

A mayor consumo de combustibles fósiles, más emisiones de CO₂, es una relación directa (estequiometría química)

En el Kia Sportage 2.0 Mild Hybrid el motor/alternador proporciona hasta 16 CV extras al motor diésel

Según declaraciones de fuentes de la DGT recogidas por Cocheando, Tráfico tiene previsto crear un grupo de trabajo formado por expertos en el que se van a mirar casos concretos y se va a redefinir la clasificación. Se buscará una mayor armonización respecto a países de nuestro entorno y la evolución de las distintas tecnologías.

En otras palabras, hay modelos que pueden acabar perdiendo esa clasificación de vehículo ecológico. Por ejemplo, podría determinarse -es un suponer- que pasado cierto nivel de emisiones de CO₂ no se pueda considerar que un híbrido sea ECO. La Euro 6 la tienen que cumplir sí o sí, de lo contrario, no podrían homologarse en toda la Unión Europea, por lo que el quid de la cuestión es la emisión de CO₂ -no regulada por las normas Euro- y cuán híbrido ha de ser un vehículo para considerarse legalmente como tal.

Las normas Euro regulan los contaminantes que pueden salir por el escape, teniendo en cuenta parámetros como la potencia

Quedarían por tanto perjudicados en primer lugar los vehículos ECO de mayor consumo, normalmente por su mayor tamaño, mayor masa o mayor potencia. No suponen un problema en cuanto a su número, pero el distintivo sería un poco más coherente respecto a sus intenciones. Desconocemos si la pérdida de distintivos podría ser retroactiva o regiría una nueva clasificación a partir de determinada fecha.

Varias voces están reclamando que el distintivo ECO no se le conceda a cualquier híbrido, y que para ciertos casos lo suyo es que tengan el etiquetado “C”. No se está haciendo nada ilegal ni irregular, así sale reflejado en la Resolución de 13 de abril de 2016, por el que se reforma el Anexo VIII, que establece la discriminación del parque móvil en función de su tecnología y categoría de emisiones. Se habla de “híbridos” sin entrar en más detalles.