No tardó mucho en hacerse viral el pasado mes de noviembre, el SSC Tuatara, el espectacular hiperdeportivo de Shelby SuperCars para batir los récords de Bugatti, de Hennessey y de Koenigsegg, había roto todos los pronósticos al alcanzar una media de 508 km/h. Es el siguiente estadio en la obsesión por la velocidad, la creación de un automóvil “de calle” capaz de superar los 500 km/h.
Sin embargo, aquel récord de velocidad del SS Tuatara no fue homologado, es decir, no es válido y por tanto, de nada sirve superar los límites si nadie lo ratifica. Así que la firma norteamericana anunció que volverían a intentarlo. El problema fue, básicamente, un vídeo que sembró muchas dudas por una edición que hacía pensar en una manipulación. Tras las polémicas surgidas, tanto los responsables del Guinness como la empresa que suministraba el aparato de medición, DEWETRON, literalmente se lavaron las manos al respecto anulando cualquier validez en el registro.
En Shelby SuperCars están muy convencidos de su máquina y no se dejaron amilanar, así que prepararon otro intento que tampoco ha podido consumar el récord de velocidad. Un segundo intento que se llevó a cabo a comienzos de diciembre y que ha sido frustrado por diversos fallos mecánicos. Fueron los días 12 y 13 de diciembre cuando el SSC Tuatara volvió a enfilar una recta de enormes proporciones para superar al Koenigsegg Agera RS, que tiene actualmente el récord en 447,24 km/h.
Cuando se pusieron manos a la obra para el segundo intento, todo parecía estar en contra. La lluvia impidió trabajar con normalidad el primer día, luego el capó se abrió accidentalmente durante unas pruebas, se sucedieron varios problemas eléctricos que afectaron a varios de los cinco sistemas de medición GPS y un sobrecaliento del motor provocó el fallo de dos de los cilindros del V8 sobrealimentado (las bujías dejaron de funcionar). Aún así, con dos cilindros del V8 “muertos”, el SSC Tuatara logró alcanzar los 403,95 km/h.
Entre los asistentes invitados al intento de récord se encontraban los youtubers Shme 150, Robert Mitchell y Misha Haroudin, aunque curiosamente solo este último estuvo presente por las restricciones impuestas por la COVID-19.
Otra curiosidad es que no era un piloto profesional quien estaba a los mandos del coche el día de la prueba, era el propietario de la unidad que se estaba usando para el récord quien condujo el coche. No ha trascendido la identidad del conductor, aunque se dice que tiene cierta experiencia en competición y que volverán a por el récord después de navidad.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS