La marca del símbolo del hierro acaba de presentar hace unos días su nueva berlina del segmento D, el Volvo S60. Se trata de una renovación más dentro de la casa, adoptando las nuevas líneas de diseño exterior y acogedor interior que ya hemos visto en otros modelos como el XC90, S90, XC60 o XC40. Aprovechando la presentación del modelo, la marca ha presentado su primera fábrica en Charleston, EEUU, donde se fabricará el nuevo S60, un movimiento estratégico que puede ser perjudicial, debido a la guerra comercial iniciada por Trump.

El segmento D está decreciendo, tanto en Europa como en EEUU, aunque aún las cifras de ventas justifican las renovaciones que se están llevando a cabo. Por eso Volvo planificó hace tiempo que sería buena idea disponer de una fábrica en EEUU, para evitar los aranceles locales pues sus ventas en Estados Unidos son importantes, aunque no pudo prever que la guerra comercial pudiera conllevar también aranceles para los vehículos fabricados en EEUU. Es algo que aún no ha ocurrido, pero que puede ocurrir si Trump continua su particular -y absurda- guerra comercial, estableciendo aranceles del 20% a los coches europeos. La Unión Europea ya ha avisado que responderá a cada movimiento, y lo más lógico sería gravar las importaciones de vehículos estadounidenses.

“El nuevo S60 […] es un vehículo perfecto para el conductor que nos sitúa en una posición de liderazgo en el segmento sedán de EE.UU. y China y crea nuevas oportunidades de expansión para Volvo Cars.” – Håkan Samuelsson, presidente y director ejecutivo de Volvo Cars.

Pero vayamos al modelo en cuestión. Los motores de que dispondrá el nuevo modelo serán todos de gasolina o híbridos -adiós al diésel- y de cuatro cilindros. Volvo ya anunció que dispondría de vehículos electrificados en toda su gama a partir de 2019, y va por buen camino para cumplirlo. El nuevo S60 en versión de combustión se podrá equipar con el motor T5 de 254 CV -solo con turbo- o el T6 de 310 CV -que incorpora turbo y compresor-.

Las motorizaciones híbridas enchufables (PHEV) son las ya disponibles en el resto de la gama: el T6 Twin Engine AWD, que genera una potencia combinada de 340 CV, con el motor térmico T5 de 254 CV junto a un motor eléctrico de 88 CV, más la batería de 10,4 kWh de capacidad; y el T8 Twin Engine AWD, que ofrece 400 CV, de los cuales 320 CV son procedentes de su motor térmico, y 88 CV de su motor eléctrico, junto con la batería de 9,2 kWh. Como ya es habitual en Volvo, el motor térmico moverá el tren delantero, mientras el motor eléctrico, el tren trasero, no existiendo conexión mecánica, sino eléctrica, entre ambos ejes.

Como estrella de la gama, Volvo ofrecerá el S60 Polestar Engineered, un modelo “tuneado” por Polestar que ofrecerá 415 CV y mejoras en el tren rodante en suspensión y frenos, más algunos detalles de diseño específico.

En cuanto al chasis, el S60 utilizará la plataforma modular SPA, que igualmente usan el resto de modelos de gama como el S90 o XC90, por citar dos ejemplos. El empleo de este tipo de plataformas genera unos ahorros de impresión a los fabricantes, pues los componentes son comunes, y facilita mucho los procesos de fabricación a ser modular.

“El chasis activo y los modos de conducción ofrecen un control excelente y un rendimiento inigualable que lo convierten en un vehículo especialmente diseñado para el conductor.” – Henrik Green, vicepresidente primero de investigación y desarrollo de Volvo Cars.

En el diseño vemos que continúa la línea marcada por el Volvo S90, siendo este S60 prácticamente una copia a escala de su hermano de gama, distinguiéndose por leves detalles diferentes, como la parrilla frontal o las tomas de aire.

En la trasera el único cambio apreciable es la posición de la matrícula, que en el S60 queda en posición más elevada, dentro de la puerta del maletero; y los reflectores del paragolpes, que el S90 tiene integrados en las luces traseras.

En el interior, aparte del tamaño, personalmente no distingo ninguna diferencia con la nueva hornada de modelos, continuando con la homogeneización de la gama en cuanto a diseño. Entrar en un nuevo Volvo supone una experiencia muy agradable, pues el diseño limpio y sobrio, a la vez que cálido y confortable, crean muy buen ambiente. La única pega que le encuentro es la falta de personalidad entre modelos, pues si te encuentras dentro de cualquiera de ellos, es prácticamente imposible distinguirlos, a no ser que nos fijemos en la etiqueta exterior.

Respecto al equipamiento, se actualiza con las últimas novedades ya vistas en el resto de modelos de la gama Volvo, tanto en confort como en multimedia. El sistema Sensus Connect es compatible con Apple CarPlay y Android Auto, y como ya hemos visto, se maneja con la gran pantalla táctil central, que también incluye la navegación, la configuración del vehículo o las funciones multimedia.

Como siempre en la marca, la seguridad es muy importante, equipando los sistemas City Safety con freno automático, capaz de reconocer a peatones, ciclistas y animales grandes. Este sistema también podrá realizar el frenado de emergencia para mitigar las colisiones frontales.

El sistema Pilot Assist -opcional-, actúa sobre la dirección, la aceleración y el frenado en carreteras bien señalizadas y hasta 130 km/h. El nuevo S60 también incluye prevención de salidas de la calzada, prevención de colisiones con vehículos del carril contrario y otros sistemas de asistencia a la dirección. La opción de alerta de cruce con freno automático aumenta aún más la seguridad de las personas que se encuentran dentro y fuera del vehículo.

La marca no ha facilitado precios aún, pero lo que está claro es que se presenta una situación complicada para el fabricante sueco, pues la guerra comercial que se avecina puede llevar al traste los planes estratégicos de la marca acerca de las bondades de la fabricación en Estados Unidos y exportación a otros países. Preparad las palomitas, pues con Trump nunca se sabe qué va a pasar.

Galería de fotos