De las grandes tragedias siempre hay personas que se enriquecen. En el país norteamericano de México sufren a diario la violencia de los grandes cárteles del crimen organizado, tales como el de Sinaloa o el de los Zetas. Están a la orden del día asesinatos de altos cargos políticos, militares, policías, empresarios o miembros de las distintas bandas criminales rivales entre sí.
El mercado de blindaje de automóviles en este país empezó a crecer en los 90, y desgraciadamente no ha dejado de hacerlo hasta el día de hoy, donde se ha alcanzado el máximo histórico desde el año 2012. El año 2017 obtuvo del dudoso honor de ser el peor año en lo referido en violencia criminal con una media de 70 asesinatos diarios, lo que contabiliza un total de ¡25.339 victimas!, convirtiéndose en el periodo más sangriento del Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
Se rebasaron en un 13% las cifras de 2011, en pleno clímax de la “guerra contra el narcotráfico” y que era una especie de cruzada contra los cárteles de la droga iniciada por el entonces presidente Felipe Calderón en 2006. Fue un año terriblemente letal para México, con 22.409 víctimas de asesinato. En el año 2017 la tasa oficial de homicidios estaba en 20,5 por cada 100.000 habitantes, mientras que la real se supone en 24 casos por cada 100.000 habitantes. En cabeza de este lamentable ranking están Venezuela, Brasil y Colombia, con unas tasas de 57 casos, 27 y 27 cada 100.000 habitantes, respectivamente.
Todos estos alarmantes datos han hecho que los servicios de blindaje de automóviles aumentasen un 10% hasta alcanzar las 3.284 unidades, según la Asociación Mexicana de Blindadores de Automotores (AMBA)
El 70% de los blindajes hechos en México han sido de nivel 3, es decir, refuerzos con estructuras de acero de 3 mm de grosor, ventanas blindadas de 21 mm y un refuerzo del suelo del vehículo con una fibra de polietileno llamada “Dyneema”, garantizada de por vida. Este blindaje eleva el peso en 280 kg con un costo entre 30.000 y 36.000 euros, ofrece protección adecuada contra “delincuencia urbana” (calibres de menos de 40 mm). Así florecen empresas como Uber o Cabify -cuyos nombres nos suenan mucho-, que ofrecen camionetas con este nivel de blindaje y otros sistemas de seguridad añadidos para quien pueda pagarlos.
Vehículos con este nivel son utilizados por la mayoría de empresarios, altos funcionarios del Gobierno y ejecutivos -para proteger también a sus familias-. El 30% restante utilizan blindaje de nivel 5, con refuerzos de acero de 9,7 mm y cristales de hasta 42 mm de grosor, engordando el peso hasta 1.200 kg, y sus precios oscilan entre 65.000 y 74.000 euros. Los neumáticos también están preparados para los posibles balazos, integrando entre sus componentes un polímero que permiten rodar hasta 70 km sin dañar las llantas en el caso de ser “tocados” por estos proyectiles; en otras palabras, tecnología RunFlat.
Estos blindajes se hacen en vehículos para altos funcionarios de Gobierno federal en México DF y de algunos estados con altísimo índice de criminalidad como Guerrero (2.318 asesinatos), Baja California (2.092 asesinatos) o Estado de México (2.041 asesinatos); son datos oficiales correspondientes al año 2017. Como comparativa podemos decir que en España se cometieron 308 asesinatos -técnicamente homicidios dolosos y asesinatos consumados- en todo el año 2017, frente a 294 el año anterior, según fuentes del Ministerio del Interior. La población española es tres veces inferior.

Es tal la importancia del fenómeno, que una empresa como Audi ha comenzado a blindar sus vehículos en la propia línea de ensamblaje en su factoría de la ciudad mexicana de Puebla, concretamente del modelo Q5, para venderlos en el mercado local y en Argentina y Brasil. El nivel de blindaje tiene certificación VR4. Lo mismo han hecho BMW, Jeep y Mercedes-Benz. En México se blindaron 3.284 unidades, aunque la palma se la lleva Brasil, con más de 15.000. Los pioneros en esta industria fueron los colombianos a raíz del secuestro del expresidente Andrés Pastrana el 18 de enero de 1988 por los hombres de Pablo Escobar.
En Europa también se ofrecen versiones blindadas de fábrica en los modelos de gama más alta con el apellido “Security”
Como siempre las desgracias de unos se convierten en suculentos negocios para otros. Qué triste realidad…
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS