El motor V8 6.75 de Bentley es un vestigio de tiempos pasados

El motor V8 6.75 de Bentley es un vestigio de tiempos pasados

Las normativas de emisiones han podido con él


Tiempo de lectura: 7 min.

Corría el año 1959 y España promulgaba el llamado “Plan de estabilización”, uno de los grandes hitos del franquismo que permitió que entrara a formar parte de la Organización Europea para la Cooperación Económica (actualmente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE). También fue el año en que ETA comenzó con sus actividades criminales, así como el año que se instauró la ley de Orden Público y la inauguración del Valle de los Caídos.

Mientras esto ocurría en nuestro país, se lanzaba desde el cosmódromo de Baikonur (URSS) la sonda “Lunik 1” (su nombre oficial era “Programa Luna”), el primer artefacto humano que venció la fuerza gravitatoria de la tierra y estableció una órbita que todavía hoy sigue estable. En 1959 también se firmó el Tratado Atlántico y se reunió por primera vez el tribunal Europeo de Derechos Humanos. Hechos de importancia histórica, que han quedado registrados para su posterior recuerdo.

Sin embargo, para los amantes del automóvil, 1959 fue el año en el que Pegaso dejaba de fabricar sus espectaculares deportivos, se daba a conocer el llamativo Maserati 5000 GT, así como el Skoda Felicia descapotable, el Aston Martin DBR 1/2 logró la victoria en las 24 horas de Lemans con Carroll Shelby y Roy Salvadori a los mandos y, entre otros casos, aparecía el Bentley Continental S2 Flying Spur. Un automóvil que, aunque podría pasar desapercibido destacando únicamente por su clasicismo y el enorme lujo que contenía, escondía una innovadora mecánica de aluminio.

bentley s2 continental flying spur

Bentley S2 Continental Flying Spur

El primer motor V8 de Bentley

Por aquel entonces, Bentley ya era propiedad de Rolls-Royce y se había mudado cierto tiempo antes a Crewe (Cheshire, Inglaterra). Rolls-Royce había construido unas instalaciones allí en 1938 con el objetivo de fabricar motores de avión para la Segunda Guerra Mundial lo más lejos posible de los bombarderos nazis. Instalaciones que adoptaron la fabricación de automóviles tras el final de la guerra, mientras que la planta de Derby pasaba a encargarse de los motores de aviación.

El primer automóvil que salió de Crewe fue el Bentley Mark VI, el primer automóvil con carrocería propia fabricada en acero prensado que fabricaban ambas compañías. Es uno de los coches más exitosos de la compañía al haberse fabricado más de 5.000 unidades, mismo número de coches que Rolls-Royce había fabricado en los 20 años anteriores a la guerra. Sin embargo, aunque sus coches salían de las instalaciones de Crewe, Bentley no trasladó su sede hasta mediados de la década de los 50.

Motor Bentley Brooklands

Motor Bentley 6.75 V8 del Brooklands

Fue justo entonces, una vez instalados en su nueva sede, cuando se encarga el proyecto de un nuevo propulsor para sustituir al seis cilindros que venían usando los Bentley Mark VI, R-Type y S1. El responsable del trabajo fue el ingeniero Jack Philips y se basó en una serie de premisas fundamentales que le plantearon desde la directiva. El nuevo motor debería ser un 50 % más potente, debería ocupar el mismo espacio que el seis cilindros y obviamente, tenía que ser más ligero.

El resultado llegó tras 18 meses de trabajo, un bloque V8 de aluminio con 6,2 litros de cilindrada que, solo en banco, una unidad de pruebas estuvo 500 horas a máximo régimen sin problemas de algún tipo. Era el primer motor con esta arquitectura que desarrollaba Bentley y además de pesar 13 kilos menos que el seis cilindros al que sustituía, rendía 200 CV.

Su estreno fue bajo el capó de Bentley Continental S2 Flying Spur, lanzado en 1959, capaz de alcanzar los 200 km/h y de completar el sprint desde parado en 13 segundos. Son cifras que pueden parecer pobres a día de hoy, pero en su momento y siendo el coche que era, resultaba muy respetables.

bentley mulsanne speed

Bentley Mulsanne Speed

Uno de los motores más longevos de la historia

Con Bentley Continental S2 Flying Spur, la compañía británica entraba por fin en la modernidad, tal y como se entendía en aquel momento; equipada dirección asistida, elevalunas eléctricos, luneta trasera térmica, aire acondicionado, frenos con servoasistencia y, lógicamente, todo el lujo que se esperaba de un Bentley fabricado artesanalmente. Se le consideró un automóvil bastante innovador, algo que su motor V8 de aluminio potenciaba todavía más.

En su momento se llegó a pensar que ese nuevo V8 en realidad no era tan nuevo, sino que se trataba de un propulsor americano con licencia retocado por los ingenieros británicos. Pero era un rumor infundado, porque además de un bloque de cilindros fabricado con aluminio y con camisas húmedas, tenía un árbol de levas central accionado por engranaje, así como bujías y puertos inspirados en motor del avión de Rolls-Royce Merlin -hizo volar, entre otros, a los cazas P-51 Mustang o Spitfire-. Incluso tuvo aplicación en embarcaciones llegando a desarrollar 240 CV a 4.200 RPM.

A lo largo de los años, el motor V8 de Bentley fue sufriendo toda la serie de evoluciones hasta llegar a nuestros días, convirtiéndose en uno de los propulsores más longevos de la historia. Desde 1965 empezó a mutar para adaptarse a las diferente normativas, para modernizarse y para dar vida a nuevos modelos. La primera modificación llegó con el Bentley T-series, donde se empezó a lograr buenas prestaciones reduciendo al mismo tiempo el tamaño para encajar en el espacio disponible.

No fue hasta 1970 cuando alcanzó los 6.750 centímetros cúbicos (6 34 litres), al aumentar la carrera de los pistones hasta los 99,06 milímetros

bentley

Desde es momento, el propulsor V8 ha sido capaz de sobrevivir contra viento y marea, al tiempo que motorizaba a modelos de Bentley y Roll-Royce por igual. Incluso sobrevivió a la etapa de BMW, que a punto estuvo de sustituirlo por sus 4.4 V8, encontrado una nueva vida a partir de 1998 bajo el amparo de Volkswagen, momento en el cual dejó de animar a coches de Rolls-Royce para ser un motor exclusivo Bentley.

Obviamente, del propulsor original quedan solo las medidas, el resto es completamente diferente, aunque la sobrealimentación llegó en 1983. El turbo ha sido una parte esencial del motor desde ese momento, llegando a rendir nada menos que 537 CV a tan solo 4.000 RPM y un brutal par de 1.100 Nm a 1.750 RPM, capaz de lanzar al Bentley Mulsanne Speed hasta los 100 km/h desde parado en 4,9 segundos y de llevarlo hasta los 305 km/h.

La última evolución de este venerable V8 que todavía conserva sus dos válvulas por cilindro, cuenta con desactivación de cilindros, admisión variable, dos turbos que funcionan en paralelo…

bentely mulsanne 675 edition mulliner (1)

Bentley Mulsanne 6.75 Edition Mulliner

Las normativas de emisiones han sido la estocada final

Sin embargo, tras más de 60 años en producción, el motor V8 6.75 de Bentley ha llegado al final de su historia. Wolfgang Dürheimer, máximo responsable de la marca, confirmó que el motor británico más famoso de todos los tiempos (junto al Rover V8), desaparecería al mismo tiempo que el Bentley Mulsanne, cuya edición de despedida ya ha sido dada a conocer. Seguir alargando su vida comercial ha dejado de ser viable, ya que sería muy caro adaptar el propulsor para superar las futuras normativas de emisiones y además, sus emisiones son un problema para la marca. De esta forma el último vestigio de la era junto a Rolls-Royce desaparece también.

Tan solo un motor ha tenido una vida comercial semejante, y también es un ocho cilindros: el V8 small block de Chevrolet, que se produjo desde 1954 hasta 2003, con sus correspondientes actualizaciones y mejoras.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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