Mazda estuvo muy acertada cuando puso en circulación la primera generación del CX-5. Hablamos del año 2012, han pasado 9 años de aquello y ya circulan por todo el mundo más de tres millones de unidades de este SUV japonés. Y eso que por entonces no había tanta locura con los SUV, todavía había lugar para otro tipo de coches aunque se vislumbraba lo que estaba por venir.

Desde entonces, también se ha convertido en el coche más vendido del mundo con el sello de Mazda, un best seller que ha destacado, entre otras cosas, por fiabilidad y diseño. Fue con este coche con el que la marca comenzó a perfilar sus diseños de forma notable, logrando una opinión casi unánime respecto a sus líneas. Fue con el CX-5 con el que comenzó el camino que ha llevado Mazda a tener unos de los mejores lenguajes de diseño actuales.

Ahora, ponen al día su best seller de cara a soportar en el mercado otros nueve años más si hiciera falta. No es una nueva generación, podemos considerarlo un restyling, una renovación que afecta a todos los aspectos pero sin llegar a ofrecer un coche completamente nuevo. Hay muchas novedades, desde estéticas hasta de equipamiento, incluyendo algunos cambios en el apartado técnico y por supuesto, a nivel de sistemas de seguridad.

Primera generación del Mazda CX-5

Mazda Minagi Concept

Objetivo: segmento premium

Mazda es un fabricante que se encuentra actualmente a medio camino entre los fabricantes generalistas y los premium, aunque cada día que pasa se acerca más a los segundos. De hecho, con esta renovación de su modelo más vendido, pretenden acercarse todavía más a los considerados fabricantes de alta gama. ¿Y qué necesita un fabricante premium para ser considerado como tal? Pues ante todo, calidad, luego diseño y por supuesto, prestaciones y fiabilidad, aunque no siempre sirve con esto porque Mazda lo tiene, pero no está considerada premium, al menos de momento.

El Mazda CX-5 ha presentado los mismos rasgos característicos desde que se presentara la primera generación y con esta renovación, nada cambia al respecto. Se sigue reconociendo como un Mazda CX-5, pero tiene un aspecto más refinado y hasta cierto punto elegante, aunque no por ello pierde la personalidad original. Mazda es un fabricante con un talante dinámico y deportivo y se nota en todos sus diseños, así como en su tacto al conducirlo y en su comportamiento en carretera.

Y ese talante deportivo se mantiene con un frontal de faros alargados, casi triangulares, que son de nuevo de diseño, al igual que los pilotos y los paragolpes. La calandra, de grandes dimensiones, también recibe nuevas formas que destacan, principalmente, por el marco cromado que ahora no se adentra bajo los faros y tiene un laterales mucho más anchos. La vista lateral se verá modificada por las llantas, que ahora sin siempre de 19 pulgadas y con nuevos diseños, al mismo tiempo que se estrenan nuevos colores de carrocería.

Las formas generales siguen siendo iguales, con líneas muy fluidas y suaves, sin estridencias, sin dejarse tentar por las formas barrocas tan moda últimamente. Es una de las mejoras bazas de Mazda actualmente y una clara seña de identidad.

No hay cambios notables para el habitáculo, mostrando el mismo diseño que hasta el momento, aunque si hay cambios en algunos apartados que no se notan tanto a la vista. Por ejemplo, los asientos delanteros se han rediseñado para mejorar la comodidad, se ha añadido un cargador inalámbrico para dispositivos móviles y se ofrecen nuevas molduras decorativas. El maletero aumenta ligeramente de capacidad aunque no se dice cuanto.

Más precisión y más equipamiento

Toda la estructura del Mazda CX-5 es la misma que ha tenido hasta ahora, como hemos dicho antes, no es una nueva generación, es un restyling, una renovación sobre la base ha habido hasta ahora. Aún así, desde la marca afirman que se ha aumentado la rigidez de la carrocería para mejorar el confort sobre firme irregular, al tiempo que se montan nuevos muelles y amortiguadores. Estos apartados también son clave en la búsqueda del apelativo premium, un comportamiento de primer nivel debe ir acompañado de sensaciones acorde y de una filtración de rotos en la carretera y vibraciones elevada.

Mazda CX-5 Newground

Mazda CX-5 Signature

Mazda CX-5 Homura

Bajo el capó no hay cambios, se mantienen los mismos motores que hasta el momento, todos ellos de las familias Skyactiv. La oferta de forma con dos motores gasolina con sistema de desconexión de cilindros: 2.0 Skyactiv-G de 165 CV y 2.5 Skyactiv-G de 194 CV. También hay dos diésel: 2.2 Skyactiv-D con dos niveles de potencia, 150 y 184 CV. La caja de cambios puede ser manual de seis velocidades o automática con idéntico número de relaciones, pudiendo también combinarse con un sistema de tracción a las cuatro ruedas.

Se ofrecerán seis niveles de acabado: Origins, Evolution, Newground, Zenith, Homura y Signature. Los más distintivos, como cabe esperar, son los cuatro últimos. El Newground le confiere un estilo más “campero”, con unos paragolpes específicos (defensas en tonos plateados), llantas y carcasa de los retrovisores en negro, mientras que la calandra tiene tonos en verde lima. El interior combina tapicería de gamuza con costuras en verde lima entre otras cosas.

El acabado Homura podría considerarse como el típico acabado “Sport”, con detalles en negro brillante en la calandra (que también luce acabados en rojo), el alerón trasero específico, las secciones inferiores del paragolpes, los pasos de rueda o los adornos de las puertas. Las llantas también están acabadas en negro peroen este caso metalizado y el habitáculo destaca por costuras rojas en contraste con la tapicería negra.

Mazda también hace hincapié en la terminación Signature, que se posiciona como el tope de gama ofreciendo un mayor equipamiento. La carrocería es de un solo tono, las llantas son de tonos plateados y en el interior hace gala de un ambiente más clásico con tapicería de piel marrón napa, combinado con algunos adornos en madera.

Contará con conducción autónoma de nivel 2

En general, cualquier modelo de Mazda es un coche que resulta interesante de conducir. Tienen una finura general bastante acertada y un comportamiento dinámico que permiten ir más rápido de lo que uno pretende, pero como todos los automóviles modernos necesita ofrecer una buena cantidad de sistemas de asistencia a la conducción, llegando a conformar un sistema de conducción autónoma de nivel 2.

Como viene siendo costumbre, equipa un selector de modos, llamado en este caso “Mazda Intelligent Drive (Mi-Drive), aunque solo estará disponible para las versiones gasolina con cambio automático (sin importar si es tracción delantera o total). Este selector de modos ofrecerá un programa llamado “Off-Road”, disponible únicamente para aquellos equipados con tracción total.

Esta renovación del Mazda CX-5 estrena el sistema i-Activsense, que incluye asistente de tráfico y crucero (CTS). Con el objetivo de mejorar el confort al volante, actúa sobre el acelerador, el freno y la dirección en situaciones de tráfico lento. Los faros son de tipo LED con iluminación adaptativa.

Las primeras entregas del nuevo Mazda CX-5 comenzarán en enero de 2022 y tiene un precio que arranca en los 30.900 euros, sin incluir descuentos o promociones.

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