Lotus ha cambiado tanto, que comparar su actual catálogo con lo que ofrecía antes es casi como comparar dos marcas totalmente diferentes. Si Colin Chapman viera lo que han hecho con su marca de coches, seguramente no se creería que se trata de la misma empresa. Y la cuestión es, además, que nunca volverá a tener esa esencia y nunca se volverá a hablar de coches muy, muy ligeros, eso ha pasado a la historia.

Actualmente, Lotus, que está en manos chinas, se han tirado de cabeza al mundo de los coches eléctricos, y con ello, ha dado la espalda no solo a su historia, sino a la base de su producción hasta hace apenas un puñado de años: los deportivos. Ahora, Lotus tiene una berlina y un SUV, ambos eléctricos y tan pesados como elefantes –aunque la marca no quiera publicar esas cifras–. También tiene un superdeportivo, del que tampoco ha publicado cifras de peso, solo de potencia.

No hay nada en la Lotus actual que haga recordar a tiempos pasados. El logotipo no significa nada, y que se haya mantenido la tradición de nombrar a los coches con denominaciones que comienzan con la letra E es puro marketing, pues el resto, no es Lotus. Y menos lo será en el futuro, pues se espera que haya más SUV eléctrico en el catálogo y, para colmo, el proyecto Type 135, el que debería dar lugar al reemplazo del Lotus Elise, podría no llegar al mercado cuando estaba previsto.

Hay que entender que, aunque el pasado sea importante, sin futuro, las empresas no sobreviven, y para sobrevivir, hay que vender. Ahora, si se quiere vender hay que tener SUV en las tiendas, es así de sencillo y, también, así de triste. Puede que te gusten los SUV y pienses que no hay nada de malo en ellos, pero que un fabricante de coches deportivos como Lotus –o como Porsche, Lamborghini, Ferrari… – se vea obligado a vender SUV, es algo que deberíamos analizar detenidamente.

Pero aparte de eso, como decíamos, Lotus es un fabricante de coches deportivos, que pretende, o eso dicen desde la marca, mantener la esencia que la hizo famosa. Para mantener esa esencia, hacen falta deportivos y además, ligeros. El Type 135 era ese deportivo a la vieja usanza que, teóricamente, acogería la misma esencia y el mismo espíritu del Elise. Algo que, parece ser, la misma Lotus pone en duda. Concretamente, ha sido el jefe de diseño de Lotus Group, Ben Payne, que ha insinuado que actualmente la tecnología no permite cumplir con los objetivos que se han puesto sobre la mesa.

En un primer momento, el Type 135 debería estar listo para el año 2027, pero el señor Payne dice que podría retrasarse hasta que llegue la próxima generación de baterías: “El Elise es el punto de contacto de referencia para Lotus. La tecnología actual realmente no permite recrear ese producto de una manera convincente. Ahora, el arquetipo de producto es más grande, porque permite empaquetar de manera muy simple los elementos necesarios en un vehículo eléctrico”.

Con estas declaraciones, Lotus se pone al nivel de BMW, marca que también parece tener muy claro que la tecnología actual no permite crear auténticos coches deportivos como los equipados con motores de combustión. Y hay muchas muestras de ello en el mercado, como los própios Lotus Electro y Lotus Emeya, dos modelos eléctricos, muy pesados y más grandes que cualquier otro Lotus.

Por el momento, la arquitectura para el Proyect 135 está lista, una estructura llamada E-Sports compuesta por una subestructura trasera que, según la marca, permite reducir un 37% el peso total comparada con la usada por el Lotus Emira con motor de combustión. En su diseño se ha tenido en cuenta la presencia de baterías colocadas tras los asientos, en el mismo lugar que estaría el motor de combustión, lo que permitiría colocar el centro de gravedad muy abajo y muy centrado.

El problema es que esas baterías sería muy pesadas y no encajan con la esencia del coche que quieren crear. Lo más cercano para que Lotus pueda seguir con el desarrollo es la tecnología de baterías en estado sólido. El mismo Payne le dijo a la revista Autocar, cuando le preguntaron si las baterías de estado sólido podrían facilitar la llegada del Type 135: “sí, lo hace. La reducción del tamaño físico e inevitablemente, la reducción de la masa, permiten volver a los valores fundamentales. Para una marca como Lotus, poder reducir todo al mínimo y luego envolverlo en plástico es la filosofía central de Chapman”.