Lamborghini es una de las marcas más reconocidas y respetadas en el mundo de la automoción, siendo ésta la artífice de auténticas obras de arte rodante que han redefinido lo que un automóvil podía ser. Tenemos el Lamborghini Miura, que fue el primer superdeportivo con motor central, o el futurista Countach, obra del célebre Marcelo Gandini y cuya mecánica recayó sobre el genio Paolo Stanzani. Estoy seguro de que a muchos se nos viene a la cabeza un Countach LP 5000 QV con el monstruoso alerón trasero (que no era funcional) cuando pensamos en Lamborghini…No puedo ser el único.
Pues sí, Lamborghini siempre fue una marca sin concesiones, en la que la mentalidad emprendedora e inconformista de su creador, Ferruccio Lamborghini, siempre estuvo plasmada en sus creaciones. No obstante y quizás en parte por ello, la firma de Sant’Agata Bolognese ha estado en no pocas ocasiones cerca de su desaparición, habiendo cambiado de manos varias veces tras la crisis del petróleo de 1973 hasta que en 1998 encontró cobijo bajo el paraguas del grupo VAG. Así, en 2001 vio la luz el primer producto de esta nueva era, el Lamborghini Murciélago, el cual se vendió muchísimo mejor que el Lamborghini Diablo y sentó las bases del éxito que experimentaría la marca en el futuro.
Dos años después, en 2003, salió al mercado el Lamborghini Gallardo, que se convirtió en un best seller en mercado de los superdeportivos. El segundo producto que Lamborghini sacaba a la venta tras su adquisición por parte del grupo VAG se convirtió en el Lamborghini más vendido, hasta que fuera superado por el Lamborghini Huracán en 2019. Con una filosofía similar a la empleada en el Murciélago, el Lamborghini Gallardo pretendía ser un supercoche efectivo y pasional pero algo más sencillo de usar y menos extravagante que los “toros” de antaño. Si bien esto fue criticado por los más puristas, es innegable que gracias a las sinergias entre compañías hemos podido disfrutar del glorioso V10 que se estrenó en el Gallardo y cuyo sonido es difícil de describir sin incurrir en palabras malsonantes o sonidos guturales primitivos.
Pese a las críticas por parte de aficionados de la marca, que se “suavizó”, es innegable que gracias a este cambio de paradigma y la experiencia y refinamiento aportados por el grupo VAG, la compañía se salvó del desastre”.
En cuanto al Lamborghini Gallardo, estuvo a la venta durante 10 años y fue sujeto de evolución constante como suele suceder en vehículos de estas características, que están en el mercado durante un período de tiempo más largo que coches más mundanos. Bajo el chasis de aluminio, fruto de la gran experiencia de Audi en este material, latía un V10 de 5 litros que erogaba 500 CV al inicio de su vida comercial. Potencia que se convertiría en 570 al término de esta, ascendiendo la cilindrada hasta los 5.204 centímetros cúbicos. Lo que sí que se mantuvo intacto fue el concepto del modelo, que pese a algunas versiones con tracción únicamente posterior, la tracción integral le otorgaba una facilidad de manejo y usabilidad que le diferenciaba de sus rivales.
DRVN Monterossa Speedster, un paso más allá
Ya conocemos algo de la historia de este modelo de Lamborghini, que me aventuro a afirmar, que todo petrolhead querría tener en su garaje. Pues bien, para lo que un simple mortal sería un logro en la vida, para otras personas no es suficiente y ven un Gallardo como un lienzo en blanco para desatar su creatividad, como es el caso del DRVN Monterossa Speedster.
El DRVN Monterossa Speedster es un Lamborghini Gallardo transformado en una suerte de barqueta cuyo diseño con el habitáculo abierto recuerda a una mezcla un tanto curiosa entre un KTM X-Bow y un Ferrari Monza SP”.
Del diseño original del Gallardo del que se parte, poco queda ya, aunque bien es cierto que por lo agresivo y minimalista de sus líneas, en las que se deja a la vista prácticamente todos los componentes de la suspensión trasera, podríamos perfectamente estar ante un concept car de la propia Lamborghini, si no fuera porque el lenguaje de diseño dista bastante del que emplea la firma italiana.
En cuanto a la mecánica, el motor V10 ha sido potenciado hasta los 600 CV, lo cual mejora la relación peso potencia ya que el peso también se ha rebajado y con ello, se ha mejorado el reparto de pesos, que ahora es de 47/53.
Al desprenderse de numerosos elementos de la carrocería y hacer uso extensivo de la fibra de carbono forjada, se ha reducido el peso del conjunto hasta unos 1270 kg.
En palabras de la compañía DRVN Concepts, el Monterossa Speedster es descrito como una fusión entre un supercoche y una superbike. Desde luego ha de ser muy parecido a una moto de carreras, ya que la relación peso potencia se sitúa en 2,2 kilogramos por caballo. Lo que sí que no me queda muy claro de esta preparación, que estará limitada a 15 unidades, es su eficiencia aerodinámica con ese concepto abierto y las ruedas traseras tan expuestas pero… ¿A quién le importa?
Francisco Jiménez
Ingeniero mecánico adicto a todo lo que queme gasolina… y por qué no decirlo, también de lo eléctrico. Mi meta es no dejar nunca de aprender la técnica que rodea a la automoción y si ya puedo transmitir lo poco que sepa, tanto mejor. Sí, soy de esos que no recuerdan muy bien los nombres de las personas pero jamás olvidan qué coche tienen.COMENTARIOS