¿Acaso un Ferrari no es de por sí ya suficientemente exclusivo? En determinados entornos, la respuesta a esta pregunta es un rotundo no. Y, cuando uno es cliente de la marca italiana y cuenta con el dinero suficiente, acude al Centro Stile Ferrari para solicitar una versión única, un one-off, fabricado a capricho para el comprador en cuestión.
La última de estas creaciones especiales e irrepetibles es el Ferrari SP51, presentado en estos días por el fabricante con sede en Maranello. Ha sido fabricado sobre la base del Ferrari 812 GTS, de quien toma tanto chasis como mecánica, para un coleccionista taiwanés que ya cuenta con varias unidades de Ferrari en su poder.
Se trata de un roadster con motor delantero, concretamente el V12 atmosférico conocido, de 6.500 cc de capacidad, con 800 CV de potencia máxima a 8.500 revoluciones por minuto y 718 Nm de par máximo a 7.000 rpm.
Este modelo único de la casa del cavallino rampante ha sido encargado por un afamado coleccionista de Ferrari natural de Taiwán
Sin embargo, no es esta la parte del vehículo más interesante, puesto que permanece invariada respecto del vehículo de origen. Cuando el departamento de diseño de Ferrari, dirigido por Flavio Manzoni, pone sus manos sobre uno de sus modelos para dar lugar a una de estas versiones especiales, la atención debe centrarse, sobre todo, en el aspecto del vehículo.
En este caso, respecto del Ferrari 812 GTS que le sirve de base, se modifican todos los paneles de la carrocería, que cuenta con líneas más suaves que las de aquel. Se ha llevado a cabo un intenso trabajo de desarrollo, tanto a través de simulaciones CFD –análisis computacional de dinámica de fluidos–, como mediante el uso de horas de túnel de viento, para dar lugar a este roadster de líneas armónicas y que, según la marca, ofrece el mismo confort acústico y de marcha que el modelo original con techo.
Los cambios más significativos pueden observarse en las ópticas delanteras, que han sido rediseñadas por completo, así como en las llantas, también específicas del modelo. Estas cuentan con unos aletines de fibra de carbono en todos sus radios, un material que abunda en otras partes de la carrocería. Como por ejemplo en las dos tomas de aire integradas en las dos jorobas situadas tras el habitáculo. Estas sirven además de soporte para una viga situada transversalmente en este punto, también en fibra de carbono, que retrotrae a los modelos con techo tipo targa y permite, a la vez, integrar la estructura antivuelco de forma elegante. Ferrari afirma que se trata de un guiño a sus prototipos de competición de los años sesenta del siglo pasado.
Combina una arquitectura tan a la orden del día como la del Ferrari 812 GTS, al tiempo que en su estética concede guiños a los prototipos de Ferrari para las carreras en los años sesenta del siglo pasado, o al Ferrari 410 S de 1955, con la inclusión de los colores azul y blanco en la pintura de su carrocería
También hay fibra de carbono sobre el capó rediseñado, para integrar las dos tomas de aire situadas sobre este panel de la carrocería. El color en el que está pintada toda ella es también específico de este modelo. Denominado Rosso Passionale, es resultado de un acabado en tres capas. Destaca el cordón en azul con bordes blancos que recorre la superficie del vehículo longitudinalmente en su parte central. No solo sobre la carrocería, sino que se extiende también por el interior, ofreciendo una interesante línea de continuidad entre el exterior y el habitáculo. De este modo, el Ferrari SP51 homenajea al Ferrari 410 S de 1955.
En el interior, la mayor parte del habitáculo está cubierto por tejido Alcantara en el mismo color rojo de la carrocería, y cuenta con detalles también en azul y blanco. En algunas zonas, como los paneles de las puertas o la parte inferior del salpicadero, llaman la atención inserciones en color azul, encargadas al proveedor de materiales textiles de origen danés Kvadrat, con amplia experiencia trabajando con la marca italiana. Estas se complementan con costuras en forma de equis y en color blanco, para dar continuidad, como decimos, a la decoración exterior.
Y, al mismo tiempo, si realizamos un pequeño ejercicio de vexilología sobre esta combinación de rojo, blanco y azul de nuestro protagonista, podemos sospechar que el propietario taiwanés de este Ferrari SP51 se sentirá orgulloso de contar con un modelo que ya no es solo único y exclusivo, sino que es también representativo de los colores de su bandera nacional.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS