Desde que el BMW Serie 1 adoptara la tracción delantera, ha sido uno de los coches más criticados por los fanáticos. Eso no quiere decir que sea peor coche, simplemente significa que el cambio no ha gustado a los fanáticos, aunque sí a los usuarios no aficionados, a quienes no les importa que ruedas mueven el coche. Precisamente, uno de los motivos que llevaron a BMW a realizar el cambio más drástico que podría sufrir el compacto alemán.

No obstante, la versión más deportiva y potente de la actual generación, el BMW M135i xDrive, es un caso aparte. Es un automóvil pensado para los amantes de la conducción, para usuarios “entendidos”, que buscan un coche divertido y gratificante de conducir, dos cosas que el M135i xDrive puede ofrecer, pero no al nivel que las generaciones previas. Así lo han constatado algunos medios especializados como, por ejemplo, los alemanes de Auto motor und sport, que afirmaron tras probarlo que “no era tan atractivo como algunas versiones M anteriores”, diciendo también que eran un coche “sorprendentemente dócil” en una comparativa con el Volkswagen Golf R y el Audi S3 Sportback.

Curiosamente, el BMW M135i xDrive se somete una ligera revisión, recibiendo algunos cambios estéticos menores y modificaciones en las suspensiones, bajo la premisa de ofrecer “características de rendimiento notablemente optimizadas y una experiencia de conducción emocional”. Es decir, pulir esos “fallos” que los más consumados volantistas criticaban del compacto de Bayern. Básicamente, los cambios se han efectuado para mejorar el comportamiento y hacerlo más deportivo, al tiempo que ofrece mayores sensaciones.

Una de las modificaciones permite que las ruedas delanteras tengan un camber, una mayor caída, mejorando la capacidad de absorción de las fuerzas laterales al tomar una curva a gran velocidad. Hay un nuevo soporte hidráulico para los brazos de la suspensión delantera, que se combinan con un nuevo conjunto muelle-amortiguador tanto delante como detrás. Y ya que se menciona la parte trasera, hay que decir que ahora tiene brazos de control y arrastre del eje trasero rediseñados. Con estos cambios, desde BMW aseguran que se mejora el comportamiento del coche en curva y se mejora las sensaciones cuando se conduce de forma deportiva.

Otros cambios efectuados para mejorar el comportamiento y hacerlo más deportivo, ha sido la inclusión de un limitador del deslizamiento de las ruedas mediante un actuador integrado en la unidad de control del motor. Este sistema de control permite controlar la tracción hasta diez veces más rápido que con los sistemas convencionales, o eso al menos se afirma desde BMW. También hay un diferencial de deslizamiento limitado de tipo mecánico en el eje delantero integrado en la caja de cambios automática Steptronic Sport (con 8 relaciones) tarado al 36% en aceleración y al 26% en retención.

El control de estabilidad recibe un nuevo “Performance Control”, que optimiza el comportamiento de la dirección actuando sobre los frenos, buscando evitar situaciones de subviraje, típicas de un tracción delantera cuando se fuerzan las cosas. Igualmente, en pos de unas mayores sensaciones, se ha modificado el sistema de escape, que mejora la respiración del motor (sin modificar la potencia) y ofrece un sonido más “sugerente”.

Bajo el capó no hay cambios, mantiene el 2.0 TwinTurbo de 306 CV y 450 Nm de par, que asociado con el cambio Steptronic Sport el sistema de tracción total xDrive, acelera de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos. Tampoco hay cambios en la carrocería, salvo la adopción de tres nuevos colores: gris metalizado, naranja y amarillo brillante (en las fotos).

Su producción comenzará en noviembre y llegará a los concesionarios poco después, con un precio, en Alemania, de 51.450 euros.