El nuevo BMW iX3 entrará en producción en 2020, convirtiendo al BMW X3 en el primer modelo de la marca en tener una oferta compuesta por motores de gasolina, diésel, híbridos enchufables y eléctricos puros. Un camino que acabarán siguiendo otros coches de BMW.

Con el BMW iX3, la marca pondrá en circulación su primer SUV totalmente eléctrico, o deberíamos decir SAV, pues la firma alemana los denomina “Sport Activity Vehicles“. Prometen una autonomía de 400 kilómetros según el ciclo WLTP, gracias a unas baterías con una capacidad neta de 74 kWh.

Será el modelo pionero de la tecnología BMW eDrive de quinta generación, que también acabará llegando a otros modelos como el BMW i4. Es el resultado de un trabajo de desarrollo dentro de la conocida BMW EfficientDynamics que se aprovecha de la experiencia en electromovilidad adquirida durante los últimos diez años.

Mientras que el BMW iX3 será fabricado por BMW Brilliance Automotive en Shenyang, China, la quinta generación del sistema BMW eDrive es una creación 100% BMW. Incorpora una unidad de accionamiento en la que el motor eléctrico, la electrónica del sistema y la transmisión se unen en una carcasa central. Esto ayuda a ofrecer un conjunto de dimensiones contenidas mejorando la relación entre peso y potencia cerca del 30%, comparado con la cuarta generación del sistema.

La potencia del motor que dará vida al BMW iX3 contará con 210 kW, unos 286 CV, mientras que el par alcanzará los 400 Nm. Será uno de los primeros motores eléctricos de BMW y en general, del mercado, que minimizará la necesidad de tierras raras en su construcción gracias a nuevos métodos de fabricación.

Todo el conjunto de baterías también es nuevo y la marca anuncia que supone la última evolución de la tecnología NMC-811. Los ingenieros han reducido la proporción de cobalto en dos tercios y el tamaño se ha logrado reducir un poco respecto a la cuarta generación del BMW eDrive. Irá colocada en posición plana, en el suelo del coche, con lo que se consigue mantener buenos niveles de habitabilidad.

Además, para rematar la ecología de su modelo eléctrico, BMW asegura que el impacto ambiental del BMW iX3 es positivo. Desde la adquisición de la materia prima, la cadena de suministro, la fase de producción y el uso así como el reciclaje, tienen un balance de CO2 mejor que su hermano con motor de combustión. Comparado con el BMW X3 sDrive 20d, se mejora un 30% y si la energía procede de fuentes “verdes”, la mejora alcanza el 60%.