Hoy vamos a dar un repaso a las razones por las que destacó el Dodge Spirit R/T, el patito feo más rápido de los Estados Unidos. El sedán generalista recibió un cuatro cilindros turbo que lo hizo más apetecible, tanto es así, que superaba en aceleración al conocido BMW M5 E34.
Después de casi desaparecer a fines de la década de 1970, Chrysler Corporation (ahora parte de Stellantis) volvió a la vida bajo la dirección del legendario Lee Iacocca. El bueno de Iacocca consiguió un rápido crecimiento, pero después comenzaron a estancarse, y la gente argumentaba que sus marcas estaban entregando vehículos cada vez más aburridos. Mientras trabajaba para Ford, Iacocca aprendió que la mejor manera de aumentar la popularidad de una marca era presentar algunas versiones pasionales.
De esta época, uno de los casos más conocidos de su intervención es el Dodge Viper R/T, que con la presentación del Cobra reinventado con Carroll Shelby al volante en la Indy 500 de 1991 hizo emocionar a toda una nación. El superdeportivo americano, con su V10 de 7,9 litros de cilindrada, fue el vehículo más innovador desarrollado por la industria automotriz estadounidense en varias décadas. Y, ese mismo año, Dodge también presentó a nuestro protagonista, el Dodge Spirit R/T.
Tras años de sequía automovilística para aquellos a los que nos corre la gasolina por las venas, los estadounidenses demandaban algo pasional que pudiesen permitirse. El Spirit estándar, lanzado en 1989, era un sedán mediano básico y poco inspirador diseñado para las masas. Al igual que su principal rival, el Ford Taurus de primera generación, venía con tracción delantera y un aburrido cuatro cilindros tratando de mover displicentemente el sedán.
Y no fue por la ausencia de competencia, ya que los estadounidenses podían ir a un concesionario Ford y comprar el Taurus SHO, que venía con un potente V6 diseñado por Yamaha. Lo mejor que podía ofrecer Dodge era un V6 fabricado por Mitsubishi capaz de generar unos famélicos 141 CV, por lo que para llenar el vacío, la marca desarrolló el Spirit R/T. Y Dodge lo hizo bien, ya que, cuando salió a la calle, logró ser el sedán estadounidense más rápido que el dinero podía comprar.
Los estadounidenses se fijaron que a los europeos les iba bien con el turbo y desarrollaron uno, basado en un cuatro cilindros en línea y con un desplazamiento de tan solo 2,2 litros, el corazón del R/T, denominado Turbo III, pisó las calles con fuerza. Demostró a los estadounidenses que su “no replacement for displacement” era estúpido al lado de la tecnología venida de Europa, con 224 CV y 294 Nm de par puede no ser mucho en la actualidad, pero para la época fue una revolución.
Mientras que Ford reclutó a los especialistas de Yamaha para ayudar a desarrollar su motor sedán de alto rendimiento, Dodge no se rodeó de cualquiera, encargó a Maserati, a Hans Hermann y a Lotus que diseñaran prototipos de motores, y finalmente optó por seguir la propuesta de este último. Para mantener bajos los costos de fabricación, los ingenieros de Lotus utilizaron la arquitectura del motor K de 2,2 litros existente y diseñaron una culata de doble árbol en cabeza completamente nueva.
Además, el motor recibió un turbocompresor Garrett equipado con un intercooler, lo que le permitió generar tanta potencia. Por suerte no todo el presupuesto se fue para el motor, el Spirit R/T vino con frenos de disco estándar en las cuatro ruedas y un A568 manual de 5 velocidades Getrag. El resurgir de las berlinas estadounidenses se materializó con la ayuda e inspiración de los europeos, y, aunque no era un BMW en términos de manejo, el sedán sin duda vino a resucitar un mercado por explotar en Estados Unidos.
A decir verdad, quizá hubiese puesto en apuros al M5 si se hubiese dedicado algo más de presupuesto a la suspensión y la dirección, pero en ese sentido se mantuvo la misma que el resto de la gama. Hablando de BMW, el R/T podría acelerar de 0 a 97 km/h en 5,8 segundos, según una prueba realizada por Car and Driver, lo que lo hace más rápido que el E34 M5, que realizaba dicha maniobra en 6,3 segundos. Y no solo eso, podía correr el cuarto de milla en 14,5 segundos, un segundo más rápido que el BMW y medio segundo más rápido que el Taurus SHO, su competidor directo.
Durante 1991, Dodge solo vendió 1.208 unidades en los Estados Unidos, seguido de solo 191 unidades en 1992, cuando se suspendió su fabricación, por lo que a día de hoy una buena unidad es de apreciar al otro lado del Atlántico. A pesar de no ser el santo grial del automovilismo, este modelo ya forma parte de la historia de Dodge como el modelo que ofreció a las masas un sedán deportivo asequible.
Francisco Javier Rodriguez
En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.COMENTARIOS