Que las ventas de SUV están al alza no es algo nuevo, y el año pasado ya representaban el 34% de las ventas totales, lo que es un pedazo del pastel muy jugoso para los fabricantes. Si se vende, ¿por qué no fabricarlo? Esto deben pensar todos los fabricantes, pues la mayor parte de las novedades ahora se dan en este segmento. Citroën ya tenía el C3 Aircross y C4 Aircross, de los que rondan las 100.000 unidades vendidas, así que es el momento de llevar al resto del mundo el nuevo C5 Aircross, un SUV que ya se vendía en China desde el año pasado y del que han comercializado ya 40.000 unidades.
Motor y chasis
Como es natural, las motorizaciones del nuevo modelo cumplen con la norma Euro 6.2, y se trata de dos versiones de gasolina y tres diésel. Los gasolina son los PureTech 130 S&S de tres cilindros, con cambio manual de seis marchas (6v), y PureTech 180 S&S, con la caja automática (EAT8) de ocho velocidades y convertidor de par fabricada por Aisin.
El diésel no ha muerto, y en Citroën siguen apostando por él, con tres versiones: BlueHDi 130 S&S, con cambio manual de 6 marchas (6v), o los BlueHDi 130 S&S y BlueHDi 180 S&S, unidos a la caja automática de ocho (EAT8).
Todas las motorizaciones térmicas serán tracción delantera, pero dispondrán del Grip Control, un sistema que actúa a modo de diferencial virtual, frenando la rueda que pierde tracción. Es una especie de control de tracción muy mejorado.
Pero las motorizaciones no se quedan aquí. Para finales de 2019, Citroën prevé introducir la versión C5 Aircross PHEV 4×4, un híbrido enchufable con una autonomía de 60 km, el primer vehículo de producción de la marca en incorporar esta motorización híbrida. Según la información que tenemos, tendrá un motor de gasolina de 200 CV, unido a dos motores eléctricos, que entregarán una potencia combinada de 300 CV y que será tracción total, el eje trasero no se mueve por árbol de transmisión, sino por motor eléctrico.
En cuanto a chasis, este modelo emplea la plataforma modular de PSA llamada EMP2, montando un esquema McPherson delante, y detrás con dos opciones: eje torsional o multibrazo. En este caso la marca no ha facilitado este detalle, aunque sería lógico pensar que se emplee el eje torsional para las versiones de tracción delantera, y el multibrazo para las de tracción total. Las llantas que podrá equipar son de 17, 18 y 19 pulgadas, creciendo cada vez más en tamaño, como llevamos viendo desde hace ya unos años.
Sus dimensiones son propias del segmento C, con una longitud de 4.500 mm, anchura de 1.840 mm, altura de 1.670 mm y una distancia al suelo de 230 mm, suficiente para rodar por caminos o vadear pequeños arroyos, pero no para hacer verdadero todoterreno, porque no es su función. Como todos los SUV, se sienten más cómodos en carretera.
Como siempre, Citroën debe innovar en suspensiones, y tras eliminar su famosa suspensión hidroneumática, este modelo equipará los Amortiguadores Progresivos Hidraúlicos, ya estrenados en el C4 y que consisten básicamente en dos muelles dentro del amortiguador, uno para extensión y otro para rebote, junto a dos válvulas independientes, por lo que se puede configurar el recorrido en extensión o compresión, consiguiendo mayor confort y menos rebotes, pues la energía se disipa al completo.
De este modo también se evita que la suspensión haga tope, llegando al final del recorrido de una manera más suave, sin llegar a sentir el golpe típico cuando pasamos un gran bache. Según la marca, se mantiene la filosofía Citroën del confort como en una “alfombra mágica”, a la vez que se mejora la estabilidad. Puesto que una imagen vale más que mil palabras, os dejamos con un vídeo donde se pueden ver los nuevos amortiguadores patentados de Citroën.
Diseño y equipamiento
El diseño exterior es típico Citroën, aunque comparte la mayoría de las piezas con su primo el Peugeot 3008 y 5008. Han logrado darle su propia personalidad, continuando con la firma lumínica “engañosa”, donde los faros superiores dan un aspecto diferente al coche, pero no son los que verdaderamente alumbran, ya que estos se sitúan más abajo. Un truco de estilo que ya empleó anteriormente no solo Citroën, sino otras marcas como por ejemplo Jeep con el Cherokee.
En el exterior de las puertas, dispone de los famosos Airbumps, pero no en el centro de ella, sino en la parte baja. Una posición bastante más discreta que en el C4 Cactus, aunque también menos efectiva.
En la carrocería se dan algunas pinceladas de color en contraste, como en las tomas de aire frontales, los Airbump o las barras del techo, algo que está siendo una característica de la marca en el resto de vehículos de su gama. Los caprichosos no se podrán quejar, pues dispondrán de 30 combinaciones diferentes en el exterior, con siete colores a elegir, posibilidad de techo en negro, y tres inserciones de color diferentes.
Pasando al interior encontramos un habitáculo renovado, con mayor sensación de calidad. Ya no nos encontramos con cosas extrañas o particulares de la marca, como volantes con el centro inmóvil, o velocímetros de rueda con lupa, sino que adopta un diseño más convencional. Esto no es malo per se, pues el diseño ahora parece más limpio y depurado, y puede atraer a más clientes potenciales. Eso sí, parece que ha perdido la personalidad de la que disfrutaba antaño.
Como en todos los vehículos de nueva hornada, el cuadro de mandosde 12,3” es completamente digital, y va acompañado de una pantalla táctil de 8” para el sistema de multimedia. Se ha cuidado el confort, pues equipa cristales laminados y mayor aislamiento del vano motor, para que los ruidos lleguen mínimamente al habitáculo. El interior se puede elegir en cinco ambientes diferentes, para adaptarse completamente a nuestros gustos particulares. La marca destaca sus asientos de nueva factura, donde los mullidos se han cuidado al máximo, y el exterior ofrece un aspecto visual nuevo, mejorando a su vez el confort de los viajeros.
Los pasajeros de las plazas traseras ya no sufrirán tanto, pues dispone de 3 asientos individuales de igual tamaño, con banqueta deslizante y respaldo inclinable y abatible, que ofrece mucha flexibilidad, pudiendo pasar de un maletero de 580 litros a 720 litros, según la posición de la banqueta, y si los abatimos podemos conseguir 1.630 litros, por lo que podremos comprar en Ikea sin problemas.
En equipamiento no le falta de nada, y de hecho nos podemos perder entre tantas siglas y una lista muy larga. Lo que más destaca es su posibilidad de conducción autónoma nivel 2, gracias a las múltiples ayudas a la conducción que equipa, como regulador de velocidad, o alertas de colisión. No pueden faltar las cámaras de visión 360º e incluso una cámara frontal (ConnectedCAM Citroën) con la que poder sacar fotos y enviarlas a nuestro móvil.
Precio y disponibilidad
Aún no se han facilitado los precios de las diferentes versiones, pero claramente deberían estar por encima del C4 Aircross, que parte de los 18.700 euros. Si os ha gustado el modelo, tendréis que esperar a final de este año, que será cuando Citroën lo tendrá disponible en Europa y resto del mundo, llegando a 92 países en total.
Pablo Mayo
Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.COMENTARIOS