El Continental GT es un coche realmente especial para Bentley. Fue el primer modelo que se puso en circulación bajo el control de Volkswagen, es todo un éxito de ventas, el regreso de la marca británica a la competición, también el regreso de Bentley a la deportividad de la siempre hizo gala en sus inicios y para rematar, es el coche con el que han ganado la última subida a Pikes Peak casi para celebrar los 100 años de historia de la marca.
Y, por supuesto, es el coche que la marca ha elegido para homenajear el triunfo en la “Subida hacia las nubes” norteamericana, que ha pasado por las manos de la división Mulliner para tomar una nueva configuración de la que, como cabe esperar, habrá muy poquitas unidades. Tan pocas que solo 15 afortunados en todo el mundo podrán hacerse con una, si es que no están ya todos los ejemplares vendidos. También sirve para celebrar los 100 años de la marca y por ello, no han escatimado en nada.
Para empezar, es uno de los Bentley menos recatados hasta la fecha, pintado en un notable tono verde llamado “Rodium”, aderezado con detalles en negro y unos neumáticos Pirelli P Zero con las letras y un fileteado en el mismo color que la carrocería. No es un Bentley para gente que quiera pasar mínimamente desapercibidas, si es que se puede pasar sin llamar la atención a los mandos de un Continental GT.
El objetivo es que esta edición limitada se asemeje lo máximo posible al Continental GT que usó Rhys Millen para lograr completar la subida en 10 minutos, 18 segundos y 488 milésimas. El récord absoluto para los Gran Turismo de serie. De hecho, el recorrido del Pikes Peak es protagonista en varias zonas del coche, como en el salpicadero frente al copiloto, donde se ha colocado una plancha de fibra de carbono con un acabado espectacular y el trazado de la pista en el color de la carrocería, junto al que aparece el tiempo que tardó en completar la prueba.
La tapicería, de piel y Alcántara negro, está rematada con costuras del mismo tono verde de la carrocería, mientras que los reposacabezas tienen el nombre y un dibujo del monte Pikes Peak. Los altavoces de las puertas rematan la nota “cantosa” del interior de un Bentley que ya de por sí llama la atención desde el primer momento.
El exterior guarda también algunos detalles dignos de mención, como los elementos de fibra carbono delante, detrás y en los laterales (labio frontal, difusor y taloneras), los emblemas de la famosa montaña norteamericana en las aletas o el enorme número 100 en la calandra frontal conmemorando los 100 años de la marca.
Donde no hay cambios, ni falta que hace, es bajo el capó, que sigue ocultando el bloque W12 de 635 CV y 900 Nm de par. Un portentoso propulsor capaz de lanzar hasta 100 km/h desde parado los 2.200 kilos que pesa todo el conjunto en menos de cuatro segundos. Además, si se tiene la valentía de mantener el pié derecho en la moqueta, verá como esta mole británica pero con ingeniería alemana, alcanza los 333 km/h.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS