SEAT ya ha conseguido unas reducciones significativas de su impacto medioambiental -algo inherente a toda actividad industrial- y así lo ha dado a conocer. Desde 2010 ha reducido un 43 % su huella ambiental: esto es, un 65 % de emisiones de CO2. En un año ha reducido un 26 % el gasto en energía, un 32 % en agua y un 38,5 % en residuos, invirtiendo una cantidad aproximada de 27 millones de euros en el último año para estas iniciativas. Según el fabricante, ha sido clave la gestión de envases en origen y el aprovechamiento de residuos de plástico. Por ejemplo, se han sustituido botellas de agua de plástico por reutilizables para los empleados.
Para el descenso de CO2 ha sido fundamental el plan de renovación de los hornos de pinturas, cuya implementación ha hecho que disminuya en 2.400 toneladas la emisión de gas de efecto invernadero, y han ahorrado a las plantas de SEAT hasta 11,7 GWh en el consumo de gas natural. En cuanto al agua, también se han aplicado medidas en el taller de pintura, reutilizándola en un circuito cerrado a la hora de aplicarla a los vehículos. Por ejemplo, emplean una segunda etapa de ósmosis inversa (para purificar el agua mediante mecanismos de presión y membranas semipermeables que eliminan iones, moléculas y partículas).
Entre otras actividades, SEAT ha invertido en una materia medioambiental específica: la plantación de árboles cerca de su plantas de producción en Barcelona y de SEAT componentes, en el Espacio Natural del Delta de Llobregat. El objetivo va más allá de reducir un 50 % las emisiones de las fábricas de SEAT, es lograr una huella ambiental de 0 gramos para 2050. Todo ello de acuerdo con su compromiso al Acuerdo de París, que intenta velar por el cambio climático y la reducción de gases de efecto invernadero.
Cuando las emisiones de CO2 son inevitables, entonces han de ser compensadas para capturar o neutralizar ese gas de otra forma, y para eso siempre han venido bien los árboles y su fotosíntesis
La actuación del fabricante español en estos términos se enmarca en el plan “Ecomotive Factory”. En otras ocasiones han utilizado otros métodos para lograr esos objetivos medioambientales, como la reducción de la temperatura en ciertos procesos, desechar ceras, disolventes y otros productos más contaminantes o utilizar filtros nuevos para pasar el control de estanqueidad en los coches. También se ahorra agua en este último proceso, o en la condensación de los climatizadores.
“SEAT al Sol” es otro de los planes que incluyeron en 2011, y que consistía en formar una planta eléctrica con 20.000 paneles solares en una superficie de 135.000 m2 de aparcamiento techado. El proyecto ganó un premio por una revista especializada en energías renovables a “la mejor iniciativa a la responsabilidad social corporativa”. En 2013 se remodeló y pasó a tener 53.000 paneles solares y una superficie de 276.000 m2. Esto hace que la producción sea menos contaminante y que se puedan iluminar las carreteras y puentes de acceso a la fábrica de Martorell.
Las grandes empresas, como SEAT, tienen que pagar derechos de emisión de CO2 -pagar por contaminar-, por lo que hay una lógica económica detrás de estas políticas de reducción de emisiones y residuos
La planta recibió más premios en 2015, como por ejemplo el Lean & Green Management como la más eficiente de la industria de automoción europea en aplicar medidas sostenibles, mientras que en 2016 tuvo la mención de honor en los premios Factory of the Year por los mismos méritos. Ese mismo año iniciaron un proyecto de instalación de recuperadores de energía. Estos recuperadores son celdas que se colocan en las chimeneas de pintura y recuperan calor por el efecto Seebeck (la conversión de diferencias en la temperatura a electricidad).
SEAT llegó a ser la primera empresa en liderar una gestión medioambiental con la certificación ISO 50.001 (sistema estándar internacional), UNE 16.001 y la energética ISO 14.001. Además de estas medidas, innovó en la monitorización y control de energía consumida con el sistema ENERGEST, en la efímera gama de vehículos con GLP (gas licuado de petróleo), dinámica mejorada y en el sector eléctrico.
La marca nos recuerda que hay antecedentes en su historia de electromovilidad: el León TwinDrive, prototipo de su primer coche eléctrico enchufable, y el 100% eléctrico Altea XL Electric Ecomotive. No se llegaron a comercializar, como el primer Toledo eléctrico de 1992, pero fueron utilizados en programas de pruebas para afinar la tecnología. El primer SEAT eléctrico es el Mii Electric, una versión del Volkswagen e-Up! desvelada el año pasado, y poco a poco llegarán al mercado híbridos ligeros, híbridos enchufables y modelos totalmente eléctricos.
Actualmente SEAT es una de las marcas que más tecnologías de propulsión ofrece en su catálogo, pues hay versiones gasolina (TSI), diésel (TDI), de gas natural (TGI), híbridas y totalmente eléctricas, en función del modelo. El año pasado la marca rubricó su mayor éxito en producción, en ventas y en lo económico, por lo que está en uno de los mejores momentos de sus 70 años de historia.
Enrique Delgado
Terminando la carrera de audiovisuales y empezando en el mundo del periodismo con el espíritu de aprender sobre motor. Siempre tengo un ojo para lo que ocurre en el mundo y otro en absorber todo el conocimiento que pueda sobre él para escribir literatura, mi hobby personal.COMENTARIOS