Todos sabemos que el Nissan GT-R, el famoso “Godzilla”, forma parte de la saga de los Nissan Skyline, aunque nunca contó con un diseño que lo ligara con sus hermanos ni con una denominación que indicara que estábamos ante un Skyline en toda regla. Pero así era, el GT-R formaba parte de la saga de los Skyline tanto por prestaciones como por capacidades de potenciación. Nissan lo retiró de las tiendas europeas por culpa de la legislación –en Europa por emisiones y el Reino Unido por contaminación acústica– y, nuevamente, nos hemos quedado, oficialmente, sin el Skyline.
Obviamente, nos quedamos sin poder soñar realmente con tener uno, pues que se haya retirado de las tiendas europeas, a nosotros, nos afecta más bien poco. Eso no quiere decir que sea una pena que coches como este, como el Nissan GT-R, encuentren su final antes de tiempo por una serie de normativas que, en ocasiones, son creadas por gente cuyo mayor contacto con el mundo del automóvil es cuando cogen su coche particular para desplazarse de un lugar a otro. Pero no vayamos a centrarnos en esto, sobre todo porque el GT-R vuelve a ser noticia. Y no, Nissan no volverá a traerlo al Viejo Continente, al menos de momento.
Las noticias sobre el GT-R nos llegan desde una empresa llamada Artisan Vehicle Design –ADV–, quienes han desarrollado una serie de planes para el modelo japonés, que se centran en otorgarle la imagen que, según dicen ellos mismos, siempre debió tener. Desde AVD, además, han confirmado que fabricarán un total de 36 unidades y que las entregas comenzarán en 2024.
¿Y cuál es el aspecto que siempre debió tener? Pues el mismo que ha tenido siempre el Skyline, un coupé con carrocería de dos volúmenes de marcada personalidad nipona, que según cuentan desde ADV, se fabricará íntegramente con fibra de carbono. Por el momento no hay nada físico, nada real, solo se han publicado algunos renders sobre el proyecto y sobre cómo podría ser el resultado final. Unas imágenes que, de convertirse en realidad, podrían dar vida a una de las ediciones del GT-R más geniales de la última iteración del modelo. El diseño se ve tan acertado, que en Nissan deberían pensar en qué han hecho hasta ahora con el diseño del modelo.
De todas formas, es justo reconocer que el Nissan GT-R buscó introducir el concepto en una nueva era y vaya si lo logró, pero es evidente que se trata de un coche que es víctima de su propio éxito, como le ocurre al Porsche 911 o a cualquier Lamborghini, “condenados” a ser siempre iguales –iguales, claro, salvando las distancias que se crean con cada evolución– y haber creado una interpretación moderna de su icónica silueta, como pretende ADV, podría haberlo convertido en un objeto de culto mayor de lo que actualmente es, o bien, en un auténtico fracaso masacrado por las críticas de los fanáticos.
La fuente de inspiración para el diseño creado por ADV, es el Skyline R34 GT-R y se verá acompañado de dos paquetes de equipamiento: Track y Ultimate. También se crearán llantas inspiradas en las icónicas Rays TE37 y un habitáculo con muchos cambios, donde destaca una enorme pantalla vertical, un volante de tres radios sin airbag y unos espectaculares asientos fabricados con fibra de carbono. Por nuestra parte, la presencia de una pantalla tan grande es totalmente prescindible en un coche cuyo destino es quemar gasolina en buscar de curvas.
No hay más información, ni siquiera una fecha exacta de lanzamiento y mucho menos, algo sobre sus precios. Es evidente que no será barato, porque la nueva carrocería contará con elementos fabricados con fibra de carbono, un elemento ya de por sí caro, al que habrá que sumar la obtención de un Nissan GT-R que sirva como base para todo el proyecto. Tampoco han dicho sobre qué generación se podrá realizar el proyecto, como tampoco han dicho si se podrá transformar alguna unidad que ya tengamos nosotros en el garaje.
Aun así, podemos esperar que serán ellos quienes se encarguen de encontrar la base sobre la que llevarán a cabo el trabajo, no debemos olvidar que solo pretenden fabricar 36 unidades.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS