Muchos restomods tienden a insertar hábilmente un propulsor moderno en un coche que, ya de por sí, es deportivo. Pero a veces hay algún loco que monta un aparto como el Alfaholics Giulia Super R 270, el restomod familiar. Basado en un familiar, discreto por fuera, pero con un potente motor que te permite divertirte cuando te apetezca.
Está claro que el mundo del automóvil se ha polarizado, a la venta encontramos el enésimo SUV con primos y hermanos casi calcados, o auténticas piezas de colección de precios prohibitivos. La muerte paulatina del cupé económico ha hecho de nuestras calles un fluir anodino de compactos y SUV, bueno, y patinetes eléctricos. Además, la cultura de las preparaciones también ha tenido un crecimiento meteórico en nuestro país en los últimos 20 años, pasando de “repro y chuches” para una gran mayoría, a un turbo enorme y una buena lista de piezas para, en muchas ocasiones, doblar la potencia de salida del coche.
Aquí es donde entra en juego el Alfaholics Giulia Super R 270, un sedán de cuatro asientos al que se le ha brindado todo el amor y la atención para su construcción, en un paquete cómodo. Cuatro asientos, discreto, y con todo el carácter de un Alfa, así es este restomod, y me encanta. Aunque la insignia en la parte posterior dice 1.3, la versión Alfaholics está propulsada por un motor de cuatro cilindros y 2,3 litros de cilindrada totalmente de aluminio que funciona con cuerpos de aceleración y una ECU Motec.
En total, produce 243 CV a 7.000 rpm, que es más que suficiente para el pequeño Alfa Romeo, ya que el automóvil pesa menos de 900 kg gracias a un capó de fibra de carbono y otro puñado de mejoras. Esas otras modificaciones incluyen piezas de suspensión de titanio. Diseñado para parecer clásico, pero con piezas punteras escondidas en cada rincón, cuenta con asientos apropiados para la época, mientras que los toques modernos, como el cargador de teléfono inalámbrico, están ocultos para ayudar a mantener el ambiente clásico del vehículo.
El volante grande también se conserva del automóvil original y le da al Giulia Super R 270 una sensación más clásica. Todo se combina para hacer un automóvil que es lo suficientemente pequeño para no ser intimidante, lo suficientemente moderno para ser conveniente y lo suficientemente clásico para sentirse divertido. “Realmente no puedo pensar en un camino, un viaje, una situación en la que este automóvil no me haría feliz”, dice Henry Catchpole de Hagerty en un video reciente.
Aunque no está enfocado milimétricamente el desempeño en circuito, sigue siendo un placer conducirlo sin importar dónde se encuentre. Y eso es precisamente lo que lo hace tan especial, poder mimetizarse con esa masa de patinetes como coche de diario, ya que no debe consumir tanto, pero permitiendo un achuchón con muy buenas capacidades. Y el fin de semana, si te apetece ir un poco más allá, puedes irte a tu carretera de montaña favorita a exprimirlo o, simplemente, disfrutar del paisaje con su rugido de fondo.
Francisco Javier Rodriguez
En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.COMENTARIOS