Volkswagen, desde que se vio atrapada por el Dieselgate, parece no haber levantado cabeza. Sus coches eléctricos, la familia ID., no ha logrado el calado que esperaban desde la marca y las ventas son bastante justas –e incluso se han visto sumergidos en una demanda por su denominación–. Los Volkswagen ID., con los que se pretendía marcar un antes y un después en la materia, han sido un fiasco, no porque sean malos, sino porque no han sido, precisamente, ese antes y después y las ventas no acompañan.
La conversión de Volkswagen a la electricidad estuvo marcada, obviamente, por el Dieselgate, un momento histórico que perseguirá a VAG durante mucho tiempo y eso que hace casi 10 años que pasó aquello. Herbert Diess, antiguo mando de la compañía, encabezó la electrificación de la marca y apostó por una conversión llamativamente rápida, mucho más rápida de lo que parecía lógico y recomendable, lo que puso a la competencia en guardia. Como bien dicen en Híbridos y Eléctricos, cuando el mayor fabricante de Europa y el segundo del mundo toma una decisión, todos se plantean su existencia.
Sin embargo, las cosas no han funcionado y ahora, Volkswagen tiene que volver a replantear el futuro, donde los coches eléctricos iban a ser la piedra angular de todas las ventas, pero que ahora, tal y como están las cosas, parece que no será así. Muchos fabricantes han ralentizado su inversión en electricidad y han vuelto a mirar al motor de combustión, aunque no en solitario como antes, obviamente, ahora es la hibridación la que marcará el rumbo de los futuros lanzamientos e inversiones.
De hecho, y de nuevo mencionando a la gente de Híbridos Eléctricos, Toyota, como bien dicen, ha demostrado que su forma negativa a invertir “a saco” en coches eléctricos ha sido la acertada, sus modelos, la mayoría híbridos, registran números que son la envidia de los rivales y se han convertido en la referencia que antes era Volkswagen. De hecho, es evidente que Volkswagen ha perdido peso poco a poco en el mercado, ya no es tan fuerte, ni siquiera el Golf tiene la misma imagen de ser “El coche” como la tenía antes. Es más, ninguna de las marcas “típicas” de VAG –Audi, Volkswagen, SEAT, Škoda… – se muestran tan seguras y tan interesantes como antes, una situación que no es precisamente buena. Solo las marcas de alto standing como Porsche, Lamborghini o Bentley parecen haber encontrado la forma de mantenerse en el camino del éxito.
Sin un socio con el que trabajar, la reducción de costes para lograr un coche eléctrico barato se torna complicado
El último varapalo que se ha encontrado Volkswagen, tiene que ver con los coches eléctricos baratos. Los alemanes habían abierto conversaciones con Renault, en busca de una asociación que permitiera a los dos grupos empresariales poder desarrollar coches eléctricos de forma conjunta, y así, rebajar los costes y poder ofrecer ese “coche eléctrico barato” que tanta falta hacer. En el Grupo Renault tiene el Dacia Spring, pero es un coche eminentemente urbano, cuyo precio se ha logrado a base de ofrecer un coche de prestaciones, autonomía, tamaño y calidades justas. Es, por así decirlo, un coche de batalla con un rango de alcance limitado. No es el ese coche eléctrico para las masas que tanto se busca.
Un acuerdo de colaboración que, según parece, se ha ido al garete. La información llega desde Reuters, quienes hacen referencia a fuentes cercanas al asunto. Esas fuentes, aseguran que tras meses de negociación, no han logrado llegar a un acuerdo y, por tanto, en Volkswagen se ha tomado la decisión de desarrollar el “coche eléctrico barato” por su cuenta. El CEO de Volkswagen, Tomas Schäfer, puso fecha a ese eléctrico de precio accesible: 2027. La fuentes aseguran que el problema ha estado en donde fabricar el coche. Cada una de las marcas quería fabricar el coche en sus instalaciones y ninguno ha dado su brazo a torcer.
Por su parte, Renault seguirá su trabajo sobre el futuro Twingo eléctrico, el cual se espera que llegue en 2026. El caso es que Renault lo tiene más fácil, pues podría trabajar con Nissan o con Mitsubishi, aunque también están abiertos a cualquier otra colaboración. Sea como sea, parece que Renault lo tiene más fácil para lograr contener los costes.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".Se puede decir más alto pero no más claro.