Han pasado 25 años desde que Nicolas Cage se jugó el pellejo en una persecución imposible para robar 50 coches en una noche, y aunque todos teníamos claro que el verdadero amor de su personaje, Memphis Raines, no era Angelina Jolie, sino Eleanor, ese Shelby GT500 Fastback de 1967 vestido con pintura “Pepper Grey” y listas negras, hasta ahora nadie podía tener uno sin arriesgarse a una demanda.
Pero se acabó el drama judicial: Eleanor ha quedado libre, y para celebrarlo, Cinema Muscle Recreations va a fabricar 25 unidades oficiales, con más caballos que la cuadra de Maranello y un precio a la altura del mito: desde 500.000 dólares, y subiendo. ¿Mucho? Puede. ¿Demasiado? Depende de cuánto te obsesionara la escena del salto final sobre el puente.
Una persecución legal que ni la DGT entendería
Tener una réplica de Eleanor fue jugársela durante dos décadas. No por circular sin ITV ni por emisiones, sino porque la viuda del director del filme original, Denice Halicki, había registrado el coche como si fuera un personaje con derechos de autor, y cualquiera que intentara fabricar o vender una réplica era perseguido como si hubiese robado el oro de Fort Knox.
Vaya si lo hacía la señora, porque demandó a preparadores, youtubers, empresas de réplicas y hasta coleccionistas, alegando que Eleanor no era un coche, sino un “personaje cinematográfico con alma propia”. Lo que viene siendo una flipada legal. Hasta que en 2024, el Tribunal del Noveno Circuito en EE.UU. dijo basta: Eleanor no tiene personalidad jurídica, ni dialoga, ni tiene motivaciones, y, por tanto, no es un personaje. Es un coche. Fin del sainete.

La sentencia ha marcado jurisprudencia y ha abierto la veda. Ahora, por fin, cualquiera puede fabricar una Eleanor sin temor a acabar en el calabozo con Memphis Raines.
¿Qué trae esta Eleanor “oficial”? Spoiler: no es para pobres
Las 25 unidades que se van a fabricar no serán simples Mustang con un par de vinilos y unas llantas cromadas. Aquí hablamos de una preparación a lo bestia: base de GT500 auténtico, interior personalizado hasta el último tornillo y mecánicas que van desde 480 hasta 875 caballos, según lo que te atrevas (y lo que te deje tu cuenta bancaria).
Además, cada coche vendrá con una placa conmemorativa numerada, certificado de autenticidad, y hasta te permitirán elegir detalles como tipo de caja (manual o automática) y comportamiento de suspensión. Vamos, que es más configurable que un Tesla, pero con alma, olor a gasolina y el culo inquieto de los muscle cars de verdad.
Eso sí, prepara el bolsillo: el precio base ronda los 500.000 dólares, pero si te emocionas con las opciones (que lo harás), la factura final puede rozar los 700.000, y no te esperes que baje en reventa: estos bichos ya nacen como coleccionismo puro.

¿Vale la pena pagar tanto por una fantasía de Hollywood?
Para el común de los mortales, un Mustang clásico ya es un capricho. Pero esta Eleanor juega en otra liga: no es solo un coche, es una postal de la adolescencia, un símbolo de rebeldía noventera, un objeto de culto para los que crecimos con pósters de coches en la pared y no con filtros de Instagram.
¿Hay alternativas más baratas? Por supuesto: puedes pillarte una réplica no oficial por 80.000 euros y hacer el cafre por la carretera de la costa. Pero no será LA Eleanor. No tendrá ese pedigrí, esa placa, ni esa historia de juicios, derechos y persecuciones legales que la han convertido en el coche más ilegal del cine. Hasta ahora.
En resumen: si te sobra el dinero, la gasolina te corre por las venas y te sabes de memoria la escena del salto o la del taller con la música de War sonando de fondo, esta Eleanor puede ser tuya. Y por fin, sin necesidad de robarla en 60 segundos.
Jose Manuel Miana
Ando loco con los coches desde que era pequeño, y desde entonces acumulo datos en la cabeza. ¿Sabías que el naufragio del Andrea Doria guarda dentro el único prototipo del Chrysler Norseman? Ese tipo de cosas me pasan por la cabeza. Aparte de eso, lo típico: Estudié mecánica y trabajé unos años en talleres especializados en deportivos prémium.COMENTARIOS