Jaguar Land Rover, como cualquier otro fabricante, quiere hacerse con un gran trozo del pastel de los coches eléctricos. Sin embargo, a pesar del auge exponencial de este tipo de mecánicas, siguen teniendo un gran hándicap: el precio. La firma inglesa considera que no veremos coches eléctricos más asequibles de aquí a tres o cinco años.
En estos momentos, el consorcio británico está aposando fuerte por su primer modelo libre de emisiones contaminantes, el Jaguar I-Pace. Si bien las ventas en lo que va de año no han sido especialmente buenas para este modelo (40 unidades entre enero y agosto en España, el segundo clasificado de la marca tras el XJ con 13 ejemplares), todavía representa, aproximadamente, del 9 al 10 % de las entregas totales de Jaguar.
Sin embargo, a pesar de los resultados relativamente fuertes y alentadores en el sector de vehículos eléctricos, para el CEO de Jaguar Land Rover, Ralf Speth, siguen siendo demasiado caros de adquirir. Y esto no cambiará pronto. En declaraciones a Autocar, Speth comentó que cree que los coches que funcionan con baterías son el futuro de la industria automotriz. Sin embargo, lo que debería de evolucionar enormemente son las infraestructuras de recarga.
“Espero que la infraestructura mejore”, dijo Speth. “El precio de los vehículos eléctricos sigue siendo demasiado alto, ya que necesitamos conseguir que tengan mucha autonomía. Por lo tanto, necesitan de baterías de gran tamaño que no pueden ser recargadas rápidamente. Si pudiese hacerse, podríamos hacer que las baterías fuesen más pequeñas y reducir así el coste”. Y tiene toda la razón del mundo.
Imagina que hubiese tantas estaciones de carga como de servicio para los coches movidos con gasolina y diésel. La ansiedad de la autonomía desaparecería en un instante y, entonces, el segundo gran inconveniente (después del precio) de los vehículos eléctricos quedaría solucionado. Afortunadamente para los propietarios de estos coches, las gasolineras están integrando cada vez más puestos de recarga.
El pronóstico de Speth para los próximos tres-cinco años no es optimista en términos de precios dirigidos hacia el cliente final de vehículos eléctricos nuevos. Por ejemplo, el propio I-Pace de Jaguar tiene un precio de partida de 80.400 euros en España, lo que lo convierte en el segundo modelo de la casa del felino más caro del país después del XJ y sus 94.300 euros de factura. Y esto probablemente no cambiará hasta mediados de la próxima década.
“No habrá un coste reducido por tres a cinco años. Necesitamos una red de carga más densa, de más calidad y de más cantidad, que esté más estandarizada y proporcione una carga más rápida. Claramente necesitas una buena difusión en todo el país, no solo en una gran ciudad como Londres”. Moraleja, no solo hay que invertir en el producto que se va a vender, también es necesario hacerlo en la infraestructura que lo va a mantener.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS