Coches como nuestro protagonista de hoy escasean demasiado en 2020 o directamente podemos contarlos con los dedos de una mano -y nos sobran dedos-. Estamos presenciando un mercado que ha sucumbido totalmente y ya sin vuelta atrás a los SUV/crossover y cada día nos es más complicado a los que tenemos como droga esto de los coches, encontrar uno de este tipo. Uno que tenga la dosis justa de practicidad, que sea bonito, de tacto deportivo, relativamente asequible, de tres puertas y que empuje desde atrás.
Hoy nos toca departir sobre uno que cumplía todo esto. Es el Opel Manta (A) o Manta de primera generación. El Opel Manta se trataba de la versión deportiva del Opel Ascona -coche del que os hablaremos también en breve-. El Ascona representaba el carácter más familiar y práctico -aunque también había una versión coupé, menos trabajada en lo estético que el Manta, pero también más práctica-, mientras que el Manta era el culmen de deportividad dentro de la gama de la marca del rayo -con permiso del Opel GT-.
Por si os lo preguntabais -y aunque no lo hagáis, ya os lo digo yo-, su nombre viene del pez manta o mantarraya. El motivo de este bautismo fue debido a que en la época en la que salió al mercado estaba muy de moda esto de asignar nombres de animales “imponentes” a coches deportivos, como era el caso del Mustang de Ford (un caballo) o el Corvette Stingray de Chevrolet (mantarraya en la lengua de Shakespeare).
Vayamos ahora a su historia: corría el final de la década de los 60 y Opel buscaba a un compañero para su Opel GT, coche que había empezado a comercializarse en 1968. Estaban en pleno auge los coupés y había que sacar tajada. El Manta saldría a la luz en septiembre de 1970, conviviendo con el GT hasta 1973 -año en el que el GT dejó de fabricarse-.
Eso sí, el Opel Manta (A) estaba situado en un peldaño inferior en cuanto a precio, prestaciones y deportividad. El GT era un deportivo minoritario, radical y de dos plazas; mientras que el Manta era mucho más práctico, más GT que el propio GT y destinado a un público más general.
La base heredada del Ascona (A) se observaba en los elementos principales del coche -chasis, suspensiones y propulsores-, además de otros elementos como los asientos. Economía de escala lo llaman ahora y pan nuestro de cada día. Aunque claro, para diferenciarlo lo máximo posible, los paneles exteriores de chapa y las lunas eran totalmente distintas. Quisieron además dotarle de una apariencia en cierto modo de muscle car yankee.
Muy en la línea del Ford Capri que salió en 1968, y no es casualidad. El Capri fue “culpable” de que el Manta naciera con el objetivo de hacerle frente. Podemos sumar además del Capri a rivales como los Renault Fuego, Volkswagen Scirocco o Alfa Romeo Sprint. Todos ellos llegarían más tarde y no disfrutaban de la arquitectura de motor delantero longitudinal más propulsión trasera de los Capri y Manta. Habían sucumbido a un esquema más económico de motor delantero y traición tracción en el mismo eje.
Como curiosidad, la serie A del manta fue vendida en EEUU bajo la marca Opel, pero en concesionarios Buick. No fue el único Opel vendido al otro lado del charco, pero sí de los pocos -y de los últimos-. En Reino Unido se vendería bajo la marca Vauxhall, como el resto de modelos de Opel.
El Manta (A) era un tres volúmenes al uso, con capacidad para cuatro pasajeros con cierta comodidad, además de su equipaje. Sus dimensiones eran algo mayores que las del Capri: 4.340 milímetros de longitud, 1.630 mm de anchura, 1.360 mm de altura y una batalla de 2.430 mm. Con cualquier motorización rondaba la tonelada justa de peso.
Equipaba bajo su capó motores de entre 1,2 y 1,9 litros de gasolina, con potencias que iban desde los 60 hasta los 105 CV -este último con inyección indirecta de combustible Bosch L Jetronic-, siendo todos de cuatro cilindros. Fue un hándicap con respecto al Capri, que llegó a equipar motores V6.
Con el motor más potente rozaba los 190 km/h de velocidad máxima y ejecutaba el 0 a 100 en menos de 12 segundos. La parte negativa era la monta de frenos de tambor en el eje posterior.
El equipamiento estándar para todos los Manta incluía volante deportivo, luneta trasera térmica, faros halógenos, limpiaparabrisas de accionamiento eléctrico y techo de vinilo. Los cinco años que estuvo en producción esta serie contó con numerosas ediciones especiales como los Holiday, Plus, Swinger o Summer Bazar. Todos ellos llevaban un mayor equipamiento que el modelo base, pero a un precio más competitivo que incluyéndolo por separado.
En 1975 tendría su relevo con la serie B, modelo al que dedicaremos otro artículo más adelante. Si quieres incorporar este Manta (A) a tu garaje, prepara entre unos 7.000 y 24.000 euros que te costara una unidad en función de su estado y kilometraje. En España hay pocas unidades a la venta, pero en su tierra natal tienes muchos donde elegir.
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Adrián Iniesta
Ingeniero electrónico industrial de profesión y amante de los coches por vocación. Dicen que aprendí a leer con las matrículas de los coches y que con 2 años me conocía todas las marcas y modelos. Cualquier cosa que me discutas sobre coches, te la intentaré rebatir ;)COMENTARIOS