“Me complace confirmar que el 550 Maranello, chasis n.º 105067, es el coche que he conducido en muchas ocasiones. (…) Espero que su próximo propietario disfrute de este coche que he amado durante mucho tiempo”. Se informa que estas palabras salieron del puño de Michael Schumacher y que datan del 2003, cuando las habría plasmado en una carta para no dejar duda alguna de que el Ferrari que se ponía a la venta era el que la marca italiana le había cedido al piloto alemán para que le diera uso personal.
Cada tanto, la colección Ferrari de Michael Schumacher le dice adiós a uno de sus coches. En ocasiones es alguno de los monoplazas, en otras, uno de producción contemporáneo a su estadía en la escudería de Maranello. Son de rápido acceso las fotos de Schumacher de 1996 en Fiorano, vestido de civil y de rojo Ferrari, con un Ferrari 550 Maranello en las instancias finales hacia su estreno. Pero cuando en julio de ese año el importador alemán convocó a su Ferrari Racing Days en Nürburgring, aquel nuevo deportivo con motor V12 delantero longitudinal se multiplicó para avanzar por el Infierno Verde como un convoy.
Entre esos ejemplares se movía como un pez en el agua recién nacido el que está por ser vendido en París. Pero en aquella jornada de exhibición y estreno no era el ex Benetton el que avanzaba sobre el coche con la combinación de acabado exterior “Argento Nürburgring” e interior en rojo “Cartier”, sino el italiano Max Papis, que venía de la que iba a ser su única temporada en F1. Hoy, se abren las puertas de este 550 Maranello y no sólo se confirma que no se ha movido un ápice de su apariencia original –¡quién lo haría tratándose de un Ferrari, más cuando se trata de uno que Schumacher tuvo en sus años dorados!–, sino que la firma que el alemán le estampó en 2002 en la tapa de la guantera se ve intacta.

El Ferrari de Michael Schumacher: historial e nueva subasta
“…De este coche que he amado durante mucho tiempo”. En el catálogo de Aguttes, la casa de subastas a cargo de bajarle el martillo este 7 de abril, el 550 Maranello es la estrella de punta a punta, de la portada a la contratapa. Sin embargo, no se adjunta aquella carta con firma del ex piloto fechada el 10 de febrero del 2003, lo que constituye una verdadera pena, pero me ha motivado a rastrearla, aunque, de momento, sin éxito. Bien, ese día fue el día de su exportación. De Alemania a Japón. El Ferrari 550 Maranello no perdió el tiempo y uno de los datos más interesantes sobre su historial tiene que ver con aquel 10 de febrero.
Apenas llegó a su nuevo destino, el importador oficial recibió 165 solicitudes para hacerse del coche. La venta a su primer dueño en Japón, en ese entonces residente de la Prefectura de Mie, se efectuó unos cuatro meses después, a finales de junio. Cuando este propietario se lo vendió a su segundo y último dueño, también japonés, el Ferrari 550 acumulaba 4.700 kilómetros. Algunas apreciaciones finales que parten de lo siguiente: el coche lleva más de nueve meses intentando ser vendido en Francia. En junio del 2024 se había puesto a subasta en Saint-Tropez, lo que me consta por el anuncio de la casa Artcurial.
En su reseña, éstos se refirieron al último propietario como “uno de los principales coleccionistas de Japón”. ¿Shiro Kosaka, dueño histórico del único Ferrari Mythos original? Fotos con un 550 no le he visto, al menos. Desde aquel intento, este Ferrari 550 Maranello sigue registrando los mismos 10.000 kilómetros, pero su valor cayó: antes se pedía entre 250 y 450 mil euros y ahora entre 200 y 250 mil. Pienso en la carta de Schumacher. En la empresa Aguttes, que es la que cita el fragmento, no figura y se da a entender que no se cuenta con ella, pero tampoco aparecen fotos de las facturas y el coche se entregará con una carpeta de facturas japonesas. Quién sabe…
Mauro Blanco
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