En Ontario, Canadá, alguien acaba de adquirir un Jaguar SV Project 8 modelo 2019 y, con él, los 600 CV que lo catapultaron a lo que ya es, a lo que será mañana: un Jaguar definitivamente de colección. En algún momento, el escenario mundial –el europeo, sin dudar– habrá cambiado. Ejemplares como este poderoso cuatro puertas serán historia en las factorías. Las siguientes líneas van en apreciación a su existencia.
Jaguar SV Project 8: Crónica de un último bastión para la idiosincrasia en retirada
“Fabricarán 300 de estos, tienen mucha confianza en vender los 300”, apunta el comentarista. “Sin dudas, los venderán”, agrega su compañero. Se percibía el gran potencial, que se estaba frente a una versión prometedora en el mercado. El Grupo Jaguar Land Rover se trae algo entre manos, apostando por darle al sedán un hermano inconsciente que no tardará en confirmar su poder.
Lo que le depara el futuro va más allá de sus logros en circuito. De nacimiento ha adquirido atributos que lo hacen especial, pero acabará siendo una versión madura y consagrada, un combo que lo hará más coleccionable de lo que siempre ha sido. El contexto, el nuevo rumbo de la firma, elevará su prestigio, hará de él un cuatro puertas camino a convertirse en un coche de culto. De momento, todo es expectativa e ilusión en el Goodwood Festival of Speed 2017, donde ni siquiera se sospecha que su producción limitada será aún más limitada –agregue otro dato a su prontuario.
La edición convoca en Goodwood House automóviles de excelencia. Lo mejor de la ingeniería europea del momento. El Porsche 911 Turbo S hace los honores, atrás le siguen el Pagani Zonda 760RS y el robusto Maserati Granturismo. Diez minutos después, una seguidilla de tres que en un lapso de unos siete años habrán dicho adiós: el Audi R8 coupé, el Bugatti Chiron y el BMW i8. De inmediato al deportivo híbrido bávaro, el turno le llega al Jaguar XE SV Project 8.
La obra de la Special Vehicle Operations (SVO) se presenta en su formato cuatro plazas. Su característico Orange Valencia pinta su carrocería compuesta por paneles en fibra de carbono –los guardabarros, por ejemplo–, su zaga limpia se descubre cuando pasa, exhibiendo sus paneles de aluminio, su alerón fijo y un difusor sobrio con dos escapes por lado. El spoiler delantero ajustable es uno de sus atributos aerodinámicos –destaquemos también la sección inferior plana y cerrada, así también como su suspensión con altura de manejo regulable– y pronto tendrá injerencia en el Infierno Verde. El rugido de su novedoso V8 5.0 sobrealimentado –una mejora del AJ estándar– no se expresa en vano. Es un presagio.
Sus récords de velocidad lo avalan
Rápidamente se proclamará la berlina más rápida del mundo. Con su historial en una serie de trazados podrá, como decimos en Argentina, sacar chapa. En 2017, un récord de vuelta completa en Nürburgring –longitud de 20,8 km– con un tiempo de 7 minutos con 23 segundos. En 2019 batirá su propio récord verificado de 07:21:23 en longitud de 20,6 km, registrando un tiempo de 07:18:36. En Laguna Seca no se privará de dejar su huella: con siete minutos y 37,54 segundos, firmará en el WeatherTech Racewey la vuelta rápida.
Pergaminos que aportarán a que se lo vea como uno de los últimos bastiones de la tradicional idiosincrasia de la marca británica antes de que ésta adopte una postura de mercado disruptiva y arriesgada, que consistirá desde el 2025 en convertir sus concesionarias en boutiques de lujo y priorizar el beneficio personal al cliente por sobre el volumen de ventas. Un exponente de la gama de combustión que, repito, se volverá un objeto de deseo cuando los coches de Jaguar sean todos eléctricos.
Siete años después de su estreno, en Ontario, Canadá, un ejemplar de su codiciada especie –uno de los últimos en salir de fábrica– ha sido vendido por la casa Bring a Trailer por 136.666 dólares. Confiamos en que su futuro dueño lo tratará como lo que es: un Jaguar cuyo valor no tiene techo, un coche al que el paso del tiempo le sonreirá.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS