Hay coincidencias que cuesta pasar por alto. No acababan ni de sacar el nuevo Panda y lo primero que muchos pensamos al ver su frontal fue: “¿Esto no se parece demasiado al Hyundai Santa Fe?”. Cuadrados por aquí, faros geométricos por allá, y esa sensación de que ambas marcas han pasado por el mismo despacho de diseño. ¿Casualidad o inspiración no tan disimulada?
La comparación visual es inevitable. El Grande Panda, presentado por Fiat en junio de 2024, recupera el espíritu del Panda clásico con una carrocería moderna y cuadrada, pero su frontal tiene un aire… familiar. Muy familiar. Con sus faros LED encajados en bloques rectangulares y una parrilla integrada en el mismo plano del paragolpes, recuerda inevitablemente al Santa Fe de quinta generación, lanzado en 2023. No ayuda a disipar la sospecha que ambos apuesten por un diseño rotundo, con formas simples, casi de videojuego retrofuturista.
Pero vayamos por partes. El Grande Panda es un producto del Centro Stile Fiat, bajo la dirección de François Leboine, y se plantea como un coche global para mercados muy distintos. Su diseño mezcla la herencia del Panda original (con detalles inspirados en la mítica fábrica Lingotto de Turín, como las luces con forma de X que recuerdan las ventanas industriales) con una reinterpretación moderna de lo que hoy debe ser un urbano resistente, versátil y con cara de SUV aunque mida poco más de cuatro metros.
Mientras tanto, el Hyundai Santa Fe, desarrollado por la división surcoreana de la marca, dio un giro radical en su quinta generación. Apostaron por un diseño cuadrado, aventurero y muy distinto al anterior modelo, con una firma lumínica en forma de H, grandes superficies planas y un look pensado, según la propia marca, para un cliente “activo y outdoor”, ese que hace paddle surf entre reunión y reunión.

Diseño cuadrado para todos
Puestos uno al lado del otro, las similitudes saltan a la vista. Pero también es cierto que los detalles difieren más de lo que parece a simple vista. En el Fiat, los faros se integran en una parrilla más cerrada, con un diseño más limpio y urbano. En el Hyundai, el juego de luces en forma de H busca ser protagonista absoluto, más decorativo que funcional. La sensación de familia visual existe, pero las intenciones son distintas: uno quiere parecer simpático y práctico, el otro imponente y sofisticado.
La pregunta del millón es: ¿se ha inspirado Fiat en Hyundai? La respuesta honesta es que no hay pruebas claras, ni declaraciones que lo confirmen. Lo más probable es que ambas marcas hayan llegado a soluciones similares partiendo de las tendencias actuales del diseño automotriz, que sinceramente, son un coñazo. En los últimos años, hemos visto cómo muchas marcas han abrazado líneas rectas, superficies planas y geometría marcada. Desde los Kia EV hasta los Land Rover Defender, lo angular está de moda. Esto parece ya un juego de 8 bits.
También es lógico: los coches necesitan diferenciarse del resto, y el lenguaje de los 2000, lleno de curvas y formas orgánicas, ya no vende tanto. Lo que vende ahora es parecer robusto, tecnológico y modular en plan años 70, y si para eso hay que encuadrarlo todo como si fuera una nevera de diseño sueco, pues se hace. Aunque luego se vea un poco raro durante los primeros meses y ya para el resto de su vida.
Tampoco conviene olvidar un detalle: el Panda es un nombre muy fuerte en Europa. Aunque su legado no es el mismo que el del 500, lleva décadas presente, y Fiat ha querido reinterpretarlo sin perder su personalidad. El frontal cuadrado y sencillo es parte de esa idea de coche funcional, casi utilitario, que siempre ha definido al modelo. Si el resultado recuerda a Hyundai, puede ser tanto por coincidencia como por convergencia estilística.

Más convergencia que copia
En resumen, sí, el Grande Panda y el Santa Fe se parecen. Mucho. Pero no hay motivos para pensar que se trate de una copia. En todo caso, lo que vemos es un ejemplo más de cómo las líneas del diseño se cruzan en una industria que, aunque compite ferozmente, también se mueve por las mismas modas. Nadie inventa nada en solitario. Todo se filtra, se recicla y se adapta. Realmente no es nuevo el que los coches de varios fabricantes se parezcan en la misma generación.
Los diseñadores, además, no viven en cuevas. Van a los mismos salones, leen las mismas revistas, viajan por los mismos aeropuertos y ven los mismos perfiles de Instagram donde se reparten renders a puñados. No es raro que acaben llegando a soluciones parecidas, sobre todo cuando los estudios de mercado les dicen que los consumidores quieren lo mismo: algo nuevo que parezca conocido.
El Fiat Grande Panda no es una reinterpretación del Santa Fe. Es, si acaso, una respuesta europea a una estética global. Una que mezcla nostalgia, funcionalidad y un poco de marketing. Que Hyundai lo hiciera antes con su SUV grande no convierte a Fiat en imitador, igual que Tesla no fue el primero en hacer un coche eléctrico con pantalla.
Así que no, Fiat no se ha inspirado en Hyundai. O al menos no más de lo que Hyundai se inspiró en los Volvo o en los Land Rover de los 80. Todo es una gran rueda, y lo importante es que no te pille fuera de sitio parado cuando vuelva a girar.
Jose Manuel Miana
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