Ecos de Tokio: Un lugar especial para el Toyota Supra A80 más especial

Ecos de Tokio: Un lugar especial para el Toyota Supra A80 más especial

Un homenaje necesario de Gazoo Racing para el coche que lo inició todo


Tiempo de lectura: 3 min.

En vísperas del pasado Tokyo Auto Salon, en los días finales del 2024, una imagen computerizada anticipaba cómo iba a ser el stand de Toyota Gazoo Racing. Clásicos al fondo, prototipos y versiones de competición cubiertos por lonas que pronto descubrirían coches como el GR Yaris diseñado para regresar en 2025 a las 24 Horas de Nürburgring, el concepto GR Yaris Aero Package y el GR Yaris M Concept. En un guiño a la historia más cercana sintetizada por una línea cronológica con los mejores momentos de la división en Nürburgring –incluyendo los primeros, cuando aún Gazoo Racing no estaba consolidada como división–, la fila la iniciaba un Toyota Supra de cuarta generación.

Sugerente, este Supra se elevaba sobre el resto en una plataforma exclusiva, en una escena cargada de simbología: el ejemplar azul, Nürburgring, el trazado alemán, 2007, el año clave. Claro, con algo más de épica se presentaba la foto con que Toyota invitaba y adelantaba de qué iba a ir la cosa: el Supra azul adelante, liderando en el nocturno y lluvioso Infierno Verde, al resto de los imprescindibles que contarían la historia, como la versión de carreras del Altezza RS200, el Lexus LFA y el GR Supra con el que Akio Toyoda corrió en Nürburgring en el 2019.

Akio reconocería aquel coche con ingeniería BMW, pero estos casos siempre guardan un lugar especial para los orígenes. “Para Morizo, todo comenzó en Nürburgring”, anuncia Toyota Gazoo Racing desde su página web. Y a esos más de 20 kilómetros alemanes, pocos coches de Toyota los conocen al detalle como el Toyota Supra MK4. Porque allí se desarrolló a comienzos de los años noventa, hacia su lanzamiento en el ’93; porque allí, ya fuera de producción, siguió viviendo como modelo de entrenamiento. Y he aquí ese momento preciso que para estas líneas es la razón de ser.

Toyota Supra A80 Morizo

Un lugar especial para el Toyota Supra A80 más especial de todos. Ya pasaron días desde que la cumbre más importante del tuning asiático cerró sus puertas hasta el 2026, y de esa estrella azul transgeneracional quedaron los ecos que aquí recogemos. Exuberante, el Supra A80 que marcó a Morizo casi dos décadas atrás no se salió jamás de la escena, del centro de atención. Fue el invitado preferencial que observó cómo las novedades fueron revelándose. Todo en él estuvo dicho. Con su sola presencia, toda la conferencia de Toyota fue una constante puja entre la tecnología GR del presente y la nostalgia que el deportivo sin detractores emanaba y esparcía por la sala.

Del desarrollo a la producción, de la producción a la jubilación, de la jubilación a los entrenamientos. El Altezza número 109 fue el inscripto en las páginas de las 24 Horas de Nürburgring desde el momento en que Toyoda lo puso a competir con sus propias manos y pies en aquel 2007 fundacional, pero llegar a tal instancia se lo debe al Supra azul. Con él se preparó para estrenarse en la carrera y fue su motivación por partida doble.

El coche seguía siendo el último deportivo de Toyota incluso cinco años después del final de su serie y, a pesar de verse atrasado frente a contemporáneos de otros fabricantes, todavía tenía mucho que dar como modelo experimental. Ese azul fue el motor de Morizo para probarse en circuito, pero también fue el punto de partida hacia la gestación de Gazoo Racing. El homenaje que en el Tokyo Auto Salon 2025 se le rindió fue, cuanto menos, justo.

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Mauro Blanco

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